Zeus repasó minuciosamente los hechos ocurridos en el último día, así como Serit se lo había recalcado no podía mantener imparcialidad ante lo que ocurría si sus habilidades se unificaban como uno sólo sería un verdadero pesar para todo su clan, debía pensar muy detenidamente sus planes e impedirles ni la más mínima de las ventajas.
-Mi señor aquí estoy como ordenó.
-Serit necesito que cumplas una tarea. -Ella se reverencio ante él diciendo:
-Todo lo que mi señor me encomiende estoy dispuesta a cumplir.
-Pues oye bien lo que diré.
Nehuem sintió las pieles suaves bajo su espalda como un mágico placer, abrió poco a poco los ojos vislumbrando las columnas de marmol a su alrededor adornas con franjas y lineas de oro puro que brillaban con la luz matutina del nuevo día, mientras el perfume de jazmín se colaba por su nariz junto a un olor conocido para él pero aún indescifrable, era exquisito y relajaba su corazón, se desperezo y se incorporó viendo aún todo con mayor claridad, era un lugar majestuoso digno del Rey más acaudalado, reviso bajo la sabana estar vestido notando que su toga seguía allí, se levantó y se colocó la parte de arriba la cual estaba doblada encima de un pequeño sillón cuando la puerta se abrió. Nehuem alzó la vista viendo por primera vez claramente al muchacho de cuerpo esbelto y alto con una armadura de plata radiante como el sol atravesó la entrada clavandose delante de él con una sonrisa amable entre sus labios, haciendo el par perfecto mientras los rizos dorados caían por su frente.
-Buenos dias Nehuem, es un placer conocerte, mi nombre es Noah...espero hayas dormido bien, tu llegada fue muy rápida asique no hubo tiempo de arreglar la recámara a la perfección como querrían mis hermanas...pero espero que hayas estado cómodo. Nehuem afirmó con la cabeza agradecido.
-Sí, todo estuvo muy bien, es un placer conocerte también pero....podrías decirme acaso ¿ donde estoy?- El muchacho se rió antes de responderle.
-Lo mejor será que termines de vestirte y salgas a verlo por ti mismo. Nehuem miró su atuendo con extrañes.
-¿Qué tiene de malo?- Noah le respondió cordial mente.
-Aquí tenemos que estar prolijos Nehuem, particularmente tú y yo...porque este lugar tiene una cantidad adorable pero excesiva en mujeres, las cuales son aún muy jóvenes para conocer los vicios mortales y la anatomía completa de un hombres...¿Me entiendes?- Apesar de todo Nehuem asentó creyendo comprender lo que intentaba decir.
-Creo que sí.
-¡Entonces Genial! Vístete y te esperamos en el jardín. Él le dio una palmada en el hombro y salió rápidamente por la puerta.
Nehuem busco por la habitación hasta encontrar la armadura de bronce junto al Cinto que cubriría la parte superior de su túnica, abrocho una por una hasta estar listo, calso sobre sus pies un par de sandalias de cuero y se dispuso a salir de allí. Avanzó por un extenso corredor en forma curvada con diversas puertas que doblaban su altura, no se atrevio a abrir ninguna continuando derecho hasta la salida tapándose con una inmenso salón de bienvenida adornado con telas y pieles, sobre los edenes de oro masiso acompañado de suaves almohadones del mismo tono que las telas, avanzó hacia las columnas marmol las cuales se entrelazaban con gigantescas cortinas que se iluminaban con el rayo del sol. Avanzó por el hueco central entre ellas quedando impactado por lo que veían sus ojos; el cielo no hayaba fin en aquel lugar cubriendo todo el horizonte en un azul incandescente mientras al alcance de su mano se extendía un jardín de mármol y flores mientras en su centro se alzaba una fuente blanca como un sin fin de perlas y emergian de ella las aguas más cristalinas que hubiera visto antes.
- sorprendente. Al mirar a un lado pudo ver a un grupo de jóvenes junto al que conoció anteriormente llamado Noah, se acercó viendo sus largos vestidos de seda e hilos finos resaltando los rasgos de cada una.
- Buenos Días a todos. Él voló su mirada entre las jóvenes bellas y sublimes, de ojos grandes y grises como cenizas, mientras la otra junto a ella revosaba de júbilo, sus mejillas estaban rosadas y sus deslumbrantes ojos azules parecían salirse de su rostro, hasta ver detrás de ambas su cabello ondulado sobre él observandolo de re ojo.
- Buenos días a ti. Cala puso los ojos en blanco sintiendo como su paciencia se agotaba con tan sólo escucharlo. Horiamy la observó viendo como el mal humor comenzaba a apoderarse de ella, empezando de una vez con la debida conversación.
-Nehuem te damos la bienvenida a La Gruta, este será tu hogar y esperamos todos poder hacerte sentir en casa, ellos son Noah, Liria y Cala...existen más personas que habitan este lugar y pronto seguro las conocerás pero lo primordial es que sepas que puedes contar con nosotros, Liria te ayudará a controlar tú don. El chico miro a la joven a su lado linda y delicada como la más notable princesa dudando un poco si realmente sería capaz de ayudarlo.
-Horiamy ¿Verdad? Yo no quisiera ser ofensivo pero no veo como esta dulce señorita podría ayudarme con algo así. Cala marco en sus labios una sonrisa llena de revancha, mirando a su fiel amiga diciéndole:
-Liria porque no le enseñas lo que puedes hacer. Horiamy la observó de mala gana viendo como su aliento despertaba la cólera en la hija del mar.
-Será un placer. Liria movió su mano con sumo cuidado trayendo toda el agua que caía de la fuente y disparandola con fuerza en el cuerpo de Nehuem, el cuál poco pudo aguantar la intensidad del flujo sobre él arrastrandolo hasta un lugar cercano del jardín. La muchacha se puso de pie con una pequeña sonrísa entre sus labios.
-Bienvenido seas Nehuem, espero que podamos divertirnos más veces juntos y claro que no termines en el suelo.