El paisaje resultaba sumamente tranquilo, los juncos altos, el olor a humedad y tierra llenaban los pulmones de Nehuem, La gruta era maravillosa en cada sentido pero ni el mismo jardín de Liria lograba producir el aroma que los bosques de la tierra, trayendo una gran nostalgia a su pecho. Deslizó su vista por el lugar viendo los elevados pastizales, las copas de los árboles cubriendo el cielo mientras sus hojas se movían en un dulce vaivén que lo hacían olvidar todo lo malo.
-¿Dónde estamos Horiamy?- Ella lo hizo voltear notando a una corta distancia la colosal montaña que se alzaba hasta ser cubierta por el cielo.
-Haya arriba esta La Gruta, estamos justo de bajó. Nehuem avanzó un poco notando colina a bajo las cercanías de una ciudad.
-Vamos hacia allá. Antes de poder dar un paso oyó su voz clara negándose a ir hacia ese lugar.
-¿Por qué no?- Horiamy lo observó intentando calmarse.
-Primero no debemos estar cerca de los humanos ellos no pueden vernos, segundo Orión no se esconderia en una Ciudad y tercero si la quieres encontrar recuerda el habitad de una serpiente son solitarias y viven en lugares tranquilos donde nadie las moleste si se acercan mucho a un lugar es porque tienen hambre. Ella dio media vuelta alejándose rápido de aquel lugar.
Nehuem volteó una última vez hacia el poblado sintiéndose curioso de porque su inusual compañera rechazaba el pasar por ahí. Volteó la cabeza notando como Horiamy se alejaba más de él.
-¡Oyé! Espérame.
Liria fue al cuarto de Cala sentándose junto a ella sin omitir palabra alguna.
- Es más extraño cuando estás en silencio que cuando parloteas, te pasa algo ¿Verdad? -Ella asentó y se acurruco en su brazo.
-Estoy preocupada por Horiamy, Orión no es un ser muy agradable por lo que han comentado ¿Y si corre peligro?- La doncella miro por la ventana intentando calmar su preocupación.
- Haber....Horiamy siempre ha sido un ser rodeado de problemas o sino los busca para no perder la costumbre...Pero debemos recordar que siempre a logrado salirse victoriosa de todo, ayudar al cretino de Nehuem con Orión será para mantener su adrenalina en el lugar que quiere.
-Tienes razón, lo mejor será encargarme de mí querido jardín o nadie velará por el ¿Quieres venir conmigo?- La Diosa oscura se negó sacudiendo la cabeza, pero Liria la tomó de la mano estirandola y sacudiendola.
-Vamos ven ¡por favor! Plante Calas Nuevas en tu honor al menos ven a verlas conmigo, te encantaran.
-Uff ¡Liria! Porque eres tan cargosa. Tantas fueron sus intentos que Cala no tuvo otra opción que acompañarla.
El día transcurrió con rapidez Nehuem y Horiamy viajaron una larga distancia atravesando algunos valles y manteniéndose cuatelosamente alejados de los poblados. Hasta que la Luna los encontró obligandolos a acampar en una bajas colinas.
Nehuem recordando sus días en soledad preparo un buena fogata la cual serviría para protegerlos del frío de la noche junto a la visita de animales salvajes. Pronto estuvo lista refugiadolos uno frente al otro aunque el silencio de ambos no abandonaba su lugar, había sido una larga jornada juntos pero ni una palabra había salido de sus bocas.
Apesar de todo el muchacho sentía extraña su presencia, manteniéndose alejada y con la mirada perdida en el cielo.
-¿Seguiremos mucho tiempo más así?- Él se sentó sobre una roca sin apartarle la vista de encima cuando sus ojos se encontraron con los suyos.
-¿Disculpa?- El castaño de sus ojos se intensificó mientras sus labios se apretaban con fuerza antes de hablar.
-Este silencio ya es muy incomodó, si hubieras querido podrías estar en La Gruta. Horiamy puso los ojos en blanco queriendo no hacerle caso.
-¿Por qué viniste en primer lugar? No era tu asunto y aún así te entrometiste para estar aquí. Ella saco la hubre tomando un trago de agua antes de responderle.
-Eres bastante torpe y preferi seguirte para que no te metieran en asuntos aún más complicados. Él observó detenidamente como las facciones de su rostro se modificaban a las habituales, respondiendole con una mueca de alegría.
-Eres buena mintiendo pero no lo suficiente para engañarme. Su gesto quedo sereno y atento a las palabras que decía.
- No se de que me estás hablando.
-Durante toda mi vida tuve que mentir y me topé con muchos iguales a mí...reconozco que lo haces muy bien pero no lo suficiente, se que sabes muchas cosas que no me haz dicho ¿Cómo el recoger a un miserable de su destino? Sólo por caridad, no te creo en estos años descubrí que la caridad es sólo una forma más de aprovecharse de las personas.
Horiamy se mantuvo serena ante sus palabras, acomodó las arrugas del vestido hasta volver la vista a él.
-¿Que quieres que te diga? Probemos si te e mentido en algo o no. Nehuem se rasco la barbilla pensando un instante la idea que se formaba en su cabeza.
-Podrías empezar diciéndome ¿Por qué Zeus me detesta tanto?- Ella clavo los ojos en el igual a lanzas.
-Antes de nuestra llegada al mundo tu padre fue informado sobre una profecía, con el comienzo del nuevo ciclo de la Luna llegarían al mundo niños elegidos entre las estrellas para derrocar su trono el cual traería un nuevo tiempo entre dioses y mortales.
-Me detesta ¿Por una absurda profecía? ¿Cómo puede estar seguro que yo estoy entre esos niños?-Horiamy se abrazó a sus piernas diciendo:
- Tú naciste esa noche junto a todos nosotros, la profecía también te cubría por la sangre que llevas, Zeus ve en ti un peligro mortal ante todo lo que ha creado.
-Si yo era un peligro ¿Para qué me fuiste a buscar? ¿Por qué me llevaste delante de él?- Le preguntó marcando en sus palabras la rabia acumulandose.
-Corres más peligro sólo que conmigo y mis hermanos.
-Eso es una mentira. Horiamy vio con enojo como sus palabras buscaban lastimarla.
-Esta en tu voluntad creerme o no, te lo dije hace mucho y lo vuelvo a decir ahora tu lugar estaba en La gruta junto a tu destino, puede no creerme ahora pero un día me darás la razón, cuando tomes la fuerza necesaria para aceptar lo que eres. La muchacha se acostó sobre la hierba tomando su bolso como almohada sin querer mirarlo de nuevo.