Los pies de Liria apenas tocaron el suelo corriendo por el corredor hasta la habitación de su querida amiga, abrió la puerta sin aviso buscandola con la mirada hasta verla sentada en un diván junto a la ventana.
-LIRIA ¿QUÉ TE PASA?- Ella se acercó sujetandola del brazo.
-Ven conmigo, Nehuem y Horiamy ya volvieron, te necesitan. Ambas salieron apresuradas al jardín cruzandose con las miradas sorprendidas de sus demás compañeras.
Cala salió a la puerta sintiendo la fragancia inconfundible del Kraquen, se acercó notando como sus cuerpos eran envueltos en una delgada bruma invisible que emanaba de ellos, miro sobre su piel los caminos negros trazados.
-Ni se les ocurra tocarlos. Liria notó como sus ojos desorbitaban asombró y temor.
-¿Qué es lo que tienen? ¿Por qué están así? Se recuperaran. La hija de Hades no lograba escuchar sus palabras, estaba envuelta en dudas de como habría llegado eso allí cuando oyó la voz de Noah preguntándole nuevamente cual era su estado.
-Tienen sangre del Kraquen, fueron contaminados con ella.
-Pero el Kraquen ¿No habita el tártaro?-Ella asentó y respondió.
-Sí, es hijo de mi padre, sus venas producen un veneno muy poderoso, letal, pero no entiendo como llegó a ellos, ser contaminados con su sangre requiere acercarsele...y el Kraquen sólo permitiría a mi padre tal contacto.
Liria antes de poder comprender todo, sintió sus mejillas arder, mientras las lágrimas rodaban por su rostro pensando lo peor.
-Cala por favor, dime que puedes hacer algo, tienes que salvarlos. Ella respiró profundo diciéndole:
- No llorés Liria, el Kraquen sirve a mi padre y por ende a mí, nada en su ser podría dañarme. La muchacha apartó a Horiamy del lado de Nehuem y busco en su cuerpo la raíz del veneno, hasta hallarla sobre su brazo izquierdo.
Cala envolvió su mano alrededor del origen venenoso absorbiendo cada gota que recorría sus venas. Prontamente los caminos negros que recorrían su piel fueron desapareciendo sin dejar una sola marca.
-Noah llevala a su cuarto, pronto va a despertar. Él obedeció su pedido y la cargo en brazos dirigiendola hasta la recámara.
La hija de Hades volteó viendo en el suelo aún a Nehuem inconsciente envuelto alrededor de la bruma invisible que lo rodeaba, cerró los puños sobre la falda corriendo la mirada de él. Se levantó del suelo dirigiéndose a Liria.
-Necesito que lo envuelvas en una burbuja de agua y lo lleves a su cuarto. La joven observó confundida sus palabras preguntándole:
-¿Qué tiene Nehuem? No puedes curarlo como a Horiamy. Sus ojos grises se clavaron sobre los suyos demostrandole seguridad y determinación.
-Yo no voy a curar a Nehuem. Liria sintió como la cólera le recorría el cuerpo, echando toda su rabia sobre ella, sacudiendola de los hombros.
-CALA NO PUEDES HACER ESO, POR FAVOR TE LO RUEGO, NO LO DEJES MORIR QUE SERA DE HORIAMY SI ÉL NO ESTÁ.
-Sueltame. De un jalón se soltó de ella, mientras la muchacha exponía todo su coraje sobre ella.
-Acaso no te das cuentas...ESE MALDITO SER herira a Horiamy si algo le ocurré a Nehuem, ya nos demostró que sería capaz de asesinarla sino lo traía, fuimos por él justamente por eso, ¿No lo recuerdas? ESTUVISTE AHÍ como puedes mantenerte así de fría ante la seguridad de tu hermana y la propia vida de Nehuem ¿Qué fue lo que te hizo para tratarlo así?
Cala se mantuvo impoluta ante sus reclamos diciéndole claramente.
-Se lo dije a Horiamy y te lo digo a ti, Nehuem no pertenece aquí, él mismo se ha encargado de sellar su destinó...y si se muere no será culpa de Horiamy, Cronos no podrá culparla.
-Cala entra en razón por favor, más tarde puedes arrepentirte y no habrá marcha atrás.
Liria envolvió a Nehuem en una gran burbuja de agua llevándolo poco a poco hasta su dormitorio.
Desde lo alto de las montañas Apolo observó el cuerpo de Orión impregnado de aquel putrefacto olor, su boca había quedado abierta enseñando su colmillo faltante del cual escurria el veneno directo a su garganta. Se cubrió la nariz con su capa y avanzó por él lugar observando detenidamente cada rincón, las alforjas tiradas llamando su atención una de ellas, observó la cinta de cuero impregnada de aquella dulce fragancia a lila y jazmín que embriagaba sus sentidos.
-Asique estas ayudando a mi hermanito. Notó a la distancia el color ocre de la dentadura y fue a recuperarla, saco de su cinturón el paño celestial que Zeus le había confiando ya que con él el veneno desaparecería y sería manipulable. Lo recogió y limpió observando claramente el corte certero que corría de extremo a extremo, sus dedos se deslizaron por su textura cuando una videncia nublo cada rincón. Pudo ver claramente a Horiamy arrodillada en el suelo siendo protegida por Nehuem y la clara desesperación en su rostro al verlo contaminado con el veneno. Sintió su cuerpo arder de rabia al ver como su mano impura tocaba la piel de la joven.
-Desgraciado.
-¿A quién le hablas?-Apolo alzó la vista abandonando su transe a causa de aquella voz, reconociendolo de inmediato.
-Asíque al final de todo haz llegado Tenacio.
- ¿A qué se debe su presencia aquí Señor?- El Dios sonrió complacido dispuesto a hacer lo necesario para cobrar revancha contra Nehuem.
-Te tengo un obsequió Muchacho. Él arrojó el colmillo a sus manos sonriendole con sarcasmo.
-Utilizalo bien, toma por esposa a esa muchacha y destruye a la plaga que habita nuestro mundo. Tenacio inclinó la cabeza hacia él mostrando su respetó y agradecimiento.
-Nehuem ardera en su propia rabia cuando tome a Coraly como mi esposa.
-Felicitaciones a la nueva pareja.
El sol comenzaba a caer, los candelabros volvían a arder cuando Horiamy abrió los ojos sintiendo la suavidad de su cama envolviendola, se desperezo tratando de recordar como había llegado allí cuando el rostro de Nehuem invadió sus recuerdos, saltando fuera, corrió descalza por el pasillo hasta entrar a su cuarto viendo la trágica escena.