Titanes-La destrucción de un Imperio.

Capítulo 19- Duda

Nehuem recuperó el aliento sentándose en el suelo, miro sus dedos aún temblando de aquel extraño fenómeno mientras la gota de sudor corría a un lado de la frente. Vio hacia ambos lados notando la salvaje naturaleza crecer, junto al dulce concierto de los animales nocturno. 

Horiamy reaccionó intentando hergirse a un lado de él, sintiendo como todo el cuerpo ardía de dolor. Nehuem clavó la mirada en dirección a ella, notando la delgada línea roja que salía de su nariz.

-Estas sangrando. Intentó tocarla pero sus brazos lo apartaron con brusquedad.

- No te atrevas a tocarme. Se puso de pié con dificultad cuando su voz invadió los espacios.

-Dime ¿Qué fue eso? ¿Cómo lo hiciste? RESPONDEME POR FAVOR. 

Ella lo miró con la misma altaneria y un poco de burla ante los gestos que expresaba.

-Me pediste explicaciones y eso te di para que dejes de dudar.

-¿Un monstruo?- La Diosa se rió con gozó.

-Ojalá fuera un monstruo, lo que acabas de ver es al titán Cronos, padre de los Olímpicos ocultó en el universo de la Vid, él hizo de nuestra vida una miseria, él fue quien empezó este juego Nehuem eligiendonos como sus caballos de pelea contra su hijo Zeus ¿Estas contento ahora o quieres saber algo más?- Horiamy lo arrojó al piso de un empujón demostrandole su fuerza antes de desaparecer frente a sus ojos.

-ESPERA. 

El altivo regreso apresurado a La Gruta apareciendo en el jardín viendo su silueta alejarse corrió hasta ella, tomándola de la cintura e impidiendole irse.

- No te vayas, aún no hemos terminado. Ambos se sentó en uno de los Edén del Jardín, Nehuem miro con fijación el color esmeralda de sus ojos.

-Dime la verdad, no me mientas. Horiamy se limpió la sangre de la cara queriendo no escucharlo.

-Si me quieres creer o no  es tu problema, te lo enseñe para que lo veas con tus propios ojos lo demás no es mi problema.

-Cronos es un Titán y a muerto hace milenios como podría creer que lo que vi era él y sobre todo que está relacionado con nosotros.

-Él no murió, su corazón sigue latiendo porque cuando tu padre llevo a cabo su maravillosa proeza no atravesó el punto más importante, justo aquí. Horiamy apuntó su dedo al medio de su pecho.

-Ese simple acto, le dio una brecha suficiente para actuar, su hijo lo dio por muerto mientras él comenzó a idear sus planes desde la oscuridad, precisando el momento perfecto para iniciar su tan ansiada venganza contra Zeus...Y ese momento esta pasando justo ahora, Cronos quieres desatar el caos contra su hijo usándonos a nosotros como fichas.

-¿Cómo? ¿Por qué nos a elegido a nosotros entre tantos?-Horiamy se encogió de hombros.

- No puedo responderte porque no lo sé, él inicio esto antes que nacieramos y no nos dejará hasta cumplir su propósito.  Nehuem la observó horrorizado al escuchar sus palabras.

-Estas loca, no puedes aceptar lo que te pide, hay que buscar una salida.

-¿Y qué crees que e estado haciendo todo este tiempo? ¿eh? Desde antes que llegarás aquí estoy buscando una forma de apartarlo de mí ¿o crees qué es una agradable situación verlo o escucharlo? Querías la verdad pues ya la tienes toda. Ella se levantó del lugar mirándolo con enfadó.

-Eres un hijo de Zeus, elegido por el mismo Cronos con un único propósito, ser su herramienta de calvario contra el déspota de su hijo, Yo te ofrezco un camino distinto.

-¿Distinto? Estas igual de atrapada que yo, no puedes ofrecer algo que no tienes. Horiamy notó como sus ojos sin pelear ya se rendían ante su padre y Cronos.

-Hay caminos que son imposibles de no cruzar Nehuem, deben ser recorridos pero podemos cambiar el final, yo tengo tres buenas razones para hacelo y lo voy a intentar aunque me lleve la vida en eso...Pero veo que aún tú no estás listo para entenderlo.

-¿Por qué dices eso?- Ella se pegó a su rostro diciéndole con claridad.

-Veo en tus ojos el miedo...así como también veo que no tienes un propósito por el cual luchar, eso nos hace diferentes. 

Horiamy se alejó dejándolo sólo con toda la nueva información avasayante sobre sus hombros. La imagen del titán, los recuerdos escasos que tenía de su padre y aquella sensación fría entre ambos indestructible aún cuando había logrado probar su valentía al comprometerse con Coraly, la aparición de Horiamy y su nueva vida en La Gruta. Un remolino oscuro se formaba en su cabeza incapaz de mantenerlo en pié pero tampoco despierto, manteniendo en un estado dormitante  donde los pensamientos aún atormentaban.

Helios alumbró nuevamente el cielo comenzando nuevamente otro día de vida, Liria se despertó arregló su ropa y se colocó el amado presente que su padre le había dado, salió al jardín dispuesta a contemplar el bello amanecer pero se vio sorprendida por la imagen que encontró. El joven hijo de Zeus estaba dormido sobre el Edén cruzado de brazos y con la cabeza  inclinada hacia delante, se acercó despacio hasta él y le froto la espalda susurrando con cuidado.

-Nehuem, despierta ¿estas bien? ¿Cómo pudiste dormirte aquí? -Él abrió los ojos sin poder apartar la imagen de anoche de sus recuerdos observando a la altiva con algo de temor.

-¿Estas bien? 

-Liria ¿que haces aquí? Y despierta. Ella señaló hacia su alrededor.

-Nehuem ya es de día, te quedaste dormido aquí afuera. Contempló el cielo viendo el claro del día dando se cuenta el tiempo que había pasado.

-Vaya. 

-Ve a tu cuarto y descansa un poco, pasar la noche aquí no habrá sido grato, estarás completamente adolorido si te quedas así, descansa un poco en tu cama. Él asentó a su propuesta y se levantó del lugar notando como cada palabra que había  dicho se cumplía, un fuerte dolor nacía desde la nunca y bajaba por su espalda colandose entre los brazos. Ingresó pasando el salón aún vacío y se dirigió al extenso corredor caminando lentamente sólo pensando en el punzante malestar que sentía cuando se encontró nuevamente con ella.




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