Titanes-La destrucción de un Imperio.

Capítulo 20- Deseo

Zeus visitó el recinto de Serit viéndola con suma concentración sobre el recipiente delante de ella.

-Ya está listo mi pedido. La muchacha sacó una fina barrilla terminando de revólver y golpeando la punta sobre el borde. Regalandole una bella sonrisa.

-Todo lo que mi señor me pida e de cumplir, vivo y respiro para usted después de todo ¿Para eso me creo o no?-Júpiter acarició su mejilla amplia y rosada como las de una niña.

-Haz sido mi mejor creación Serit, la más fiel y perfecta, jamás me arrepentire de haberte dado vida, ni en mis hijos puedo confiar ya...sólo en ti. Ella se mostró contenta ante sus palabras y le ofreció el frasco.

-Aquí tienes, no ha sido fácil prepararlo lleva muchas lunas, tenerlo listo y que cobre  la eficacia necesaria, usalo con cuidado. Zeus tomó el frazco oliendo su aroma dulce.

-Pasará desapercibido en el vino.

- Si, agregue un poco de jugo de Granada para que fuera más suave a las papilas y los dioses no se dieran cuenta el sabor. Él intento marcharse cuando su voz lo detuvo.

-Padre, hay una cosa que quiero decirte.

-Dime. Ella apretó las manos contra la mesa quedándose sería.

-He visto el tejido de las moiras. Él se acercó nuevamente a Serit escuchando atentamente lo que diría.

- Deberás mantenerte atento a Apolo, los hilos de tu hijo se destinan algo terrible si no lo logras controlarlo, la obsesión que siente hacia esa diosa puede ser muy peligroso.

-¿Obsesión?- La joven se mantuvo sería diciéndole.

-Quiere a la hija de Atenea...pero tenerla será un peligro para él y para todos, si desata su furia sobre el mundo al no tenerla estaremos en peligro, pero tampoco puedes perderlo porque es un altivo poderoso, sus dones podrían ser necesarios en otro momento. Él gran Padre asentó y le respondió:

-Mantendré a Apolo bajo vigilancia si sobre pasa los límites pensaré que hacer.

La tarde paso rápidamente Noah entrenó con Nehuem en los jardín sintiendo la rabia que cargaba cada golpe, se defendió tanto como pudo hasta sentir el filo de su espada rosandole el brazo, se cubrió y le ordenó detenerse, empujandolo hacia atrás.

-¡BASTA! ¿Qué rayos te pasa? Estamos practicando Nehuem, no es una maldita guerra. Él chico se acercó a puntando con el arma en punta.

-¡Ah no! ¿Yo creí que sí estabamos en guerra? La maldita guerra que mantenias en secreto con tus "queridas hermanitas".

-¿De qué estas hablando?- Sus cejas se encurvaron marcando una pequeña línea en su rostro colorado de odio.

-Ya se todo Noah, así qué puedes dejar de fingir amistad, se porque me trajeron aquí y el "amiguito" que tiene Horiamy dándole órdenes. El joven respiro hondo intentando mantenerse calmo y no elevar la furia de su compañero.

-Nehuem nadie esta fingiendo, sino se te dijo fue porque era muy complicado de explicar, ni siquiera yo aún termino de comprender en lo que estamos envueltos pero es verdad.

-¿Cómo puedes estar seguro eh? Porqué Horiamy lo dijo simplemente. Noah le replicó:

-Mi hermana no tiene la necesidad de mentir, además comencé a creerlo después de ver lo que ocurrió con Orión.

-Orión es una serpiente, podía tener veneno ya deja de pensar que fue mi padre. 

-Cala nos los dijo apenas los vio, lo que tuviste no era un veneno común era del Kraquen una criatura al servicio de Hades y sus hermanos...sólo alguien muy importante pudo haber llegado a él ¿puedes entenderlo? O no. 

-No, sigues siendo el lacayo de ellas tres.

-Desde que llegaste ninguno te engañó, Cala no ocultó su malestar contigo aquí, Horiamy te defendió porque así lo quiso y yo si quería ser tu amigo...pero si desconfias de mí, creo que no hay nada por hablar.

Remenci apareció junto a Aresma en las escalinatas cuando vio al muchacho sosteniendose el brazo.

-¿Noah que te pasó?- Avanzó con velocidad hacia él notando el pequeño corte que corría por su piel.

-Ven conmigo.

- No es nada Remenci, lo juró, se curara rápido. Ella negó con la cabeza y enrollo su brazo izquierdo al suyo.

- No hay excusas, Aresma dile a las chicas que no me interrumpan me ocupare sólo de mí prometido.

- Esta bien.

La Gruta estaba casi vacia, Coraly había salido al igual que Cala, Liria y Horiamy a un pequeño paseo con el fin de despejarse, Millet practicaba en el salón mientras Nehuem y Aresma permanecían cómodos afuera.

Noah paso la sala llevado del brazo por su amada hasta su recámara, se rió  de la insistencia sentándose en el borde de la cama.

- No sé porqué te preocupas tanto es un simple corte, mañana mi cuerpo amanecerá perfecto. Remenci busco una tiras de telas entre sus muebles hasta encontrarlas y voltear a verlo.

-Claro que me preocupó, Nehuem es un poco bruto y sería capaz de matarlo si te daña. Ella se sentó a su lado haciéndole inclinar el brazo hacia donde estaba.

-Él nunca me haría daño. La Diosa humedecio un poco la venda con agua de una jarra y le sonrió.

-No creas que me vas a convencer, si fuera por mi jamás te dejaría pelear. Noah sintió un extraño cosquilleo recorrerle la piel al al tacto de sus cálidas manos rodando por él, sus mejillas se sonrojaron al quedar perdido viendo sus perfectos y voluminosos labios pintados en ese bello color rubi que siempre los caracterizaba, dibujando una enigmática mueca de alegría.

-¿Qué es lo que tanto me vez? ¿Acaso tengo algo malo?- Negó sus palabras mirándola con ternura.

-Solo hay belleza en ti, eres la mujer más hermosa que existe y mis ojos siempre te verán perfecta. La altiva se sintió complacida ante sus elocuentes palabras regalandole algo muy especial para él.

Remenci apartó el paño húmedo y besó con delicadeza sobre su herida, enviando una sensible corriente eléctrica por todo el cuerpo, despertando todos los sentidos del muchacho.

-Sabes..creó que también recibí otro golpe ¿Podrías fijarte?- Noah señaló su cuello iniciando un juego peligroso, la altiva revisó con detenimiento colocando sus cálidos labios contra su piel.




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