Titanes-La destrucción de un Imperio.

Capítulo 31-Pecados

Al llegar todo era muy distinto el salón principal tenía reservado en cada rincón un guardia impidiendo su escapé. Apolo vio con gracia aquella pintoresca escena cuestionandole al Padre.

-¿De verdad piensas que "estos" son capaces de detenerme?- Zeus volteó hacia él avanzando hacia el centro del lugar.

-Sinceramente no lo creó, eres mi hijo, el más fuerte de todos y se que podrías derrotarlos con un sólo brazo...claramente no son Atenea.

-Entonces ¿para que los quieres aquí?

-Para no matarte por tu insolencia, estoy muy enojado contigo, me traicionaste por esa mujer...entre tantas ella, además no puedo acusarla de provocación porque tú te encargate de dejar claro todo.

-¿Qué hará conmigo padre?- Zeus alzó la vista señalando hacia la cúpula del techo.

-Yo nada, él sí. Apolo distinguió a un joven muchacho alado  llegar a su encuentro, luciendo cordial y un poco somnoliento. 

- Te presentó a Ogratel hijos de Morfeo.

-¿Que pretendes hacerme con este niño?- El altivo observó con fijeza la rabia latente saliendo atraves de cada palabras.

-Tú mismo me llevaste a hacer esto, fuiste muy lejos Apolo, agradeceme que aún tenga compasión de ti y este tomando la medida más paciente que existe. Apolo observó de re ojo viendo al muchacho inalar aire y soltar una dulce brisa que se enredaba ligeramente alrededor de su cuerpo, embriagandolo con un inusual deseo de dormir.

- Padre.

- No morirás, pero te mantendré bajo un sueño profundo hasta que me deshaga de todos ellos y puedas volver a ser mi inigualable hijo. El Dios se arrastró por su pecho intentando mantenerse hergido y resistir el poder de Ogratel.

- No, padre, Horiamy...

-Horiamy nunca a sido tuya, ni lo será Apolo...Se que lo comprenderás muy pronto, descansa hijo mío. Él se soltó cayendo rendido en aquel infinito sueño. 

Zeus lo tomó en brazos y lo cargó hacia su santuario seguido por la Guardia Celestial, acomodó el cuerpo sereno del Olímpico sobre la mesa principal, observando con detenimiento cada rasgo deslumbrante del Dios, era sumamente guapo de cuerpo grande como el suyo, cabello negro como la noche rozando hasta el borde de sus hombros, las mismas estrellas serían capaz de suspirar enamoradas del bello encantó que iradiaba el poderoso Señor de Delfos pero aún así había caído rendido ante una simple cruzada, la cual ahora lo colocaba en un gran problema. Su vida se vería interrumpida hasta que fuera el momento indicado de volver mientras su padre estaría imposibilitado de recurir a sus servicios armados.

Se mordió los labios con rabia, trayendo a la mente el recuerdo claro de ellos maldiciendo a cada uno.

-Todo es culpa de ese linaje Maldito, pero pagarán, volverás a mi lado un día Apolo, pero erradicare antes de esta tierra esas malditas plagas. Permaneció a su lado un largo tiempo antes de dar la orden a sus guardianes.

-Llevenlo hasta la Unión del cielo y la tierra que disfrute su sueño en un lugar perfecto.

Los Guardianes acentaron a sus órdenes y tomar el cuerpo del Poderoso Altivo transportandolo hasta su lugar de Letargo.

Atenea llegó guiada por los mismos hombres hasta el refugió del Padre viendo el claro semblante de dolor. Se mantuvo distante en el marco observandolo con tristeza, era su padre al fin de cuenta y todo lo que le hiciera mal a ella también, pero no podía doblegarse frente a este asunto, Horiamy era el mayor tesoro que guardaba en esta vida y no permitiría ningún daño sobre ella.

-¿Qué quieres aquí? Viniste a ver si cumplí mi condena hacía Apolo ¿Verdad? Puedes estar contenta por que él ya no molestará más a tú aberrante hija. La Diosa se paró con firmeza marcando el disgusto en su voz.

- No te permitó hablar de mi hija así, ella no busco esto, APOLO LO HIZO. Zeus sacudió los puños sobre la mesa respondiendole con enojó:

-Hablaré de ella como quiera, pues su pura existencia sólo a traído Desdicha a la mía, ¡Tú eres la gran arquitecta de todo este caos, no Apolo! Te perdoné la vida años atrás pero no olvide absolutamente nada Atenea, rompiste tus votos por un ¡Sucio Mortal! Y no contenta con eso fuiste capaz de parir una heredera desdichada que nunca debió existir.

-¡BASTA! falte a mis votos porque ME ENAMORÉ, AME CON TODO MI SER A UN MORTAL AL QUE NINGÚN DIOS SERÁ CAPAZ DE LLEGAR NUNCA, JAMÁS ME ARREPENTIRE DE HABERLO AMADO, YA QUE LA MEJOR PARTE DE MI EXISTENCIA FUE JUNTO A ÉL, HORIAMY NACIÓ POR QUE ERA SU DEBER, NO FUE PRODUCTO DE UN ERROR ¿Tú puedes decir lo mismo? ¿Amaste siquiera  a alguna mujer con tanta intensidad? No lo creó, sólo te a gustado jugar con cada una de tus conquistas.

-LARGATE DE AQUÍ ANTES QUE PIERDA LA POCA PACIENCIA QUE ME QUEDA... "tu hija" ya fue vengada, Apolo pagará, ahora sólo largate.

-Gracias por todo Padre. Atenea se marchó intentando calmar la furia que sentía. Mientras la irá de Zeus sólo se acrecentaba casi saboreandola entre sus labios, exigiéndole descargarla sobre los culpables.

-Serit ven ahora mismo a mi encuentro. Apenas terminó de proclamar las palabras la muchacha apareció despampanante como siempre frente a sus ojos reverenciandose. 

-¿En qué puedo servirle Padre?

-Quiero que vayas por Hades ya mismo, no importa cuántos asuntos tenga en el inframundo lo traes aquí.

-Como lo órdenes. Ella giró sobre sus pies cambiando su forma lánguida y deslumbrante de mujer por la apariencia de un águila hembra elevándose majestuosamente desapareciendo por una de las ventanas.

 

 

Liria entro al cuarto cargando entre sus manos un pequeño cuenco con las aguas más cristalinas que él muchacho hubiera visto jamás. Se sentó del otro lado de la cama mientras el rostro de Cala apareció detrás viendo cada accionar con detenimiento. Mientras la hermosa Princesa enjuagaba un paño dentro del cuento y lo deslizaba sobre la piel de su hermana.

-¿Para qué es eso?-Preguntó Nehuem curioso.

-Son Aguas Sagradas, tienen el poder de curar a cualquier persona sea mortal o Dios, la ayudarán. Liria pasó el paño húmedo por su cuello corriendo la vista de aquellas marcas que Apolo le había dejado. Mientras Nehuem se entusiasmo al notar como los moretones comenzaban a aclararse dejándo su piel de marfil intacta.




Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.