Titanes-La destrucción de un Imperio.

Capitulo 50-Atenas

Liria estalló encolerada no podía creer estar escuchandolos decir eso, señaló a Cala reclamandole:

-¿Por qué te quedas ahí? No vas a decirles nada ¡Eres la sensata! Haz algo.

-¿Qué quieres que haga? Ya son adultos, lo han decidido. La muchacha quería arrancarse a tirones los caballos.

-¡¿Cómo pueden creerle a esa mujer?! Es una diosa, esposa del Padre nuestro mayor enemigo ¿Y Sí él la envió? ¿Sí todo es una trampa?-Horiamy puso los ojos en blanco intentando ser paciente ante su estado.

-Es sólo una ciudad mortal Liria, no cuenta con Moustruos o seres bajo el dominio de Zeus.

- No seas confiada.

-Es la única pista que hemos tenido en este tiempo de donde puede estar esa espada, necesitamos encontrarla. Horiamy se acercó a ella sujetandola de las manos.

-¿Confías en mí hermana?- Ella hecho un bufido mordiendose el labio resignada.

-Sabes que Sí, pero en ellos no.

-Eso es suficiente para mí...además tendré un excelente guerrero a mi lado.

- No lo protejas sólo porque es tú novio...he visto guerreros mejores. Horiamy la abrazó haciéndola sentir un poco mejor aliviando tensiones.

-Estaremos bien, te lo prometó.

Millet estiró del brazo a Coraly llamándole la atención.

-¿Qué sucede?

-Vámonos, no tenemos nada que estar haciendo aquí, esto es asunto de ellos, no quiero ser parte de sus planes.

-Millet no seas así. 

-Vamos o me voy. La joven dio media vuelta y se marchó por el corredor seguida por su vieja amiga. 

Al entrar al cuarto la altiva tomó el arparta de su Edén haciendo danzar sus dedos sobre las cuerdas.

-¿Qué tienes hoy?-Millet apartó la atención de su instrumento encurvando las cejas con odio.

-¿Hoy?¡Ayer! ¡Pasado! ¡Todo! A sido un desastre en los últimos tiempos, ya no lo tolero, te haz olvidado de nuestras amigas ¿Olvidaste lo que le hicieron a Remenci? ¿O cómo expulsaron a Aresma? Era su derecho vivir aquí, era el único hogar que conocían.

-No, no he olvidado nada, pero Aresma y Remenci se ganaron su destinó, ambas pecaron contra su hogar, contra su gente, yo las quería tanto como tú, pero ninguna tuvo compasión hacia a mí y mis sentimientos me usaron como una marioneta ¿Por qué debería tener pena?

-No puedo creer cuanto te haz unido a ellos, quieres un lugar en la ¿historia verdad?-La hija de Afrodita puso las manos sobre las caderas enojada por sus palabras.

-Acaso perdiste la razón o ¿qué te pasa? Zeus a iniciado con todo esto, nos acorralo a está situación ¿O crees que me gusta visitar a escondidas el hogar de mis padres? ¿O qué Tenacio se mantenga allí como prisionero? 

- No, pero ya no aguanto más esto, estar aquí ¡Me harta!- La muchacha se sentó en la cama mirando hacia abajo cuando Coraly no temió en preguntarle:

-Es realmente esto o hay algo más, tus rabietas no suelen ser por asuntos como este. Millet clavó sus ojos negros sobre ella rabiosa.

-¿Qué es lo quieres decirme?-Coraly se mantuvo serena observandola.

- Te conozco, no tendrías miedo jamás y menos sabiendo que Nehuem y Noah están aquí ellos darían su vida antes que tocarán a alguna de nosotras, no te importa esta guerra lo sé, tu conflicto va hacia otro lugar. Apretó las manos contra el pie de la cama delantose.

-Liria ¿verdad? 

- No me interesa nada de esa tonta. Coraly se llevó las manos a la cara intentando contener el disgusto.

-Millet es increíble, han pasado años, ya no eres una niña ¿Cuándo planeas abandonar esa competencia infantil? Eres un adulto.

-¡Ella es la que siempre se entromete en todas mis cosas! No puedo nisiquiera mostrar mi talento porque se entromete cantando y todo el mundo comenta su gran voz en vez de verme a mí, todo siempre debe girar alrededor de ella, muy pobrecita al ser secuestrada pero terminó heredando uno de los reinos más importante, es una Señora de Olimpia y camina creyéndose la gran cosa, superior a todos los demás.

-Millet ¿Te logras escuchar? Liria no compite contigo, ni siquiera esta interesada en disputarse con lo que está viviendo, tú haces música ella canta, ambas deberían complementarse, yo creo que a Liria le gustaría llevarse bien contigo, pero tú.

-Yo, yo, yo siempre soy la mala, ella la perfecta, pero quédate tranquila apenas tenga la oportunidad de irme de aquí, la usaré.

-Millet, no me hagas querer golpearte, no quiero que te vayas, pero sí que entiendas.

-¡BASTA! VETE NO QUIERO HABLAR CONTIGO DEJAME EN PAZ. Coraly fruncio los puños irritada respondiendole:

-¡No me voy!- Millet sujeto el arpa sonriendole con gozó.

-Bien...¡Me voy yo!-De un sólo movimiento la muchacha abandonó la habitación en un parpadeo.

-Claro, no ganas la discusión y escapas, ¡uff! -Apesar del descontento Coraly salió de la habitación pensando que la soledad le permitiría reflexionar acerca de su actitud.

Cala se regocijo viéndolo la pelea entre Horiamy y Liria, mientras su hermana endulzaba su oído negando cualquier peligro para hacerla sentir a salvó, eran dos cómplices por naturaleza, Horiamy fábulaba y Liria siempre creía sus historias para sentirse segura, se rió viéndolas aceptarse cuando Noah se puso a su lado.

-¿Siempre será así?- Ella se encogió de hombros suspirando.

-Posiblemente, aún que admito que me divierte un poco.

La gracia amplitud de sus labios riéndose lograron enviar una brisa tibia hasta el fondo de su alma, haciéndolo ver entre los escombros del Caos la belleza que poseían sus hermanas trayendo alegría, disfrutó por un momento esa escena hasta volver al asunto deseado.

-Cala quiero pedirte algo. Observó de lado viéndolo atentamente como si se tratase de una amenaza.

-Dime.

-Quiero ir mañana a verlo, lo necesito, podrías abrir las puertas del tártaro para mí. La altiva aceptó.

-Iremos a verlo, pero después iremos a verla a ella.

-Claro. El corazón de Noah se regocijo emocionado, ansiaba ver a sus hijos, saber si comían, como se hubieran adaptado a los nuevos hogares que tenían, eran preguntas frecuentes en su mente que necitaban ser saciadas.




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