Noah escuchó el chillido de la puerta desplazando su mirada hacia allí, observó asombrado viéndola entrar con el rostro cansado y triste dejándose caer suavemente por la madera hasta el piso. Su hermano se paró de inmediato tomándola de los brazos y subiendola hasta su pecho abrazandola con todas sus fuerzas conteniendo la amarga angustia que pesaba sobre su cuerpo.
-Mi hermosa hermanita, no vuelvas a hacer esto, casi nos matas a todos de preocupación. Noah acarició su cara.
-Siempre, siempre contarás con nosotros pase lo que pase ¿Entendido?
-Entendido. Ella le sonrió débilmente sintiendo su beso tibio sobre la frente antes de volver a mirarla.
- Te toca reportarte, yo iré por Horiamy ¿Sí?-Liria aceptó sintiendo una última vez su abrazó fuerte y armonioso antes de salir del cuarto, arrastró los pies subiéndose a la cama despertando del adormilamiento a su hermana. Apenas se acurruco entre sus brazos cuando Cala la rodeó apuntó de quitarle el aire, sintiendo el alivió regresar a su alma.
Noah entró a la recámara encontrándose a los dos dormidos juntos, Nehuem se había enredado a ella dejándola apenas visible entre sus brazos; por un instante quiso rugir de rabia Nehuem había pasado los límites Horiamy era su "hermanita"¿Como fue capaz de ser tan irrespetuoso? Calmó su cólera despertandolo de una sacudida en la cabeza.
Apenas pudo reaccionar observandolo junto a ambos viéndolo de re ojo.
-Noah ¿Qué pasa?
-Necesito a mi hermana. Su voz logró traer de los sueños a Horiamy, reconociendolo.
-¿Noah?
-Liria volvió, está con Cala ahora. Ni siquiera terminó de pronunciar las palabras cuando ella saltó de la cama, corriendo hacia el pasillo. Nehuem intentó ir tras ella cuando sintió el golpe de Noah en el medio del pecho junto a un leve grasnido de dientes.
-¿Te gustaría ser Eunuco? -Él volteó viéndolo a la cara con una ira visible.
-Tengo dos hijos, no creas que no me doy cuenta lo que intentas, todo tiene un límite, la respetas ¿me entiendes?... te veo nuevamente en está cama y te dejó sin hombría. Noah salió primero sin dejar de verlo causándole gracia a Nehuem la actitud sobre protectora.
Horiamy entró velozmente al cuarto llevándose la puerta casi por delante, viéndolas a ambas juntas y abrazadas saltando también sobre la cama acurrucandose detrás de Liria, acariciandole el cabello suavemente como si fuera una niña. Se quedaron abrazadas una a la otra sin notar a los dos muchachos entrar, Nehuem y Noah se sentaron a los pies de la cama observando la calidez de su hermandad nuevamente unida.
Daratos se mantuvo en vela toda la noche sosteniendo el brazalete entre sus manos, el recuerdo de la joven afloraba una y otra sin dejarlo escapar. Apesar de su terquedad e insolencia había disfrutado el pequeño instante juntos, su rostro perfecto, sus gestos bravios e indignados eran algo sublime de ver. Recordó las letras sobre la pulsera intentando leer nuevamente las iniciales de cada perla; se acercó hasta un candelabro viéndolas nuevamente, pasó una por una, pronunciando en un susurró el nombre más bello que hubiera escuchado.
-Liria. Sólo con decirlo la imagen hermosa de la chica aparecía en su mente, causándole alegría. Guardó el adorno en una pequeña bolsita alistandolo entre sus pertenencias.
El sol alumbró entre las nubes trayendo nuevamente la luz al mundo, Nehuem se mantuvo despierto atentó a la puerta con Arón entre sus manos, Horiamy y sus hermanas se quedaron dormidas juntas sin soltarse un centímetro en toda la noche mientras Noah quedo recostado sobre uno de los pilares de la cama adormilado, estuvo a punto de caerse por el borde cuando reaccionó notando el claro matutino inundado la habitación, bostezo antes de dar una vista rápida sobre las tres, estaban sanas, juntas y tranquilas, buscó fugazmente a Nehuem viéndolo sentado sobre uno de los Edén estaba alerta pero con unas enormes ojeras, notó entre sus dedos la imponente espada bailar brillando con la nueva luz.
-¿Está es?- Él asentó respondiendole en un tono bajo y sereno.
-Parece un maldito juego, encontramos a una y nos roban la otra.
-Al menos continuamos protegidos. Nehuem alzó la espada poniendola en punta al cielo observando cada detalle que tenía.
-No estés tan confiado de eso Noah.
-¿Por qué lo dices?- Le cuestionó algo confuso.
-Hera nos hizo ir allí a propósito, pero nos dio un buen consejo el día que estuvo aquí, está espada a pasado por mucho y su energía es...completamente oscura igual que sus antiguos dueños. Nehuem se la ofreció uniendo la mano de Noah con el mango.
-Tenla contigo un rato y lo sentirás...incluso el asunto más pequeño e irrelevante se vuelve ensordecedor y sediento de venganza.
Horiamy se despertó oyendo sus voces cercanas levantándose con cuidado de no despertar a ninguna de sus hermanas. Se puso a la par de Noah observandolo mover la espada de un lado a otro dando tajos al aire.
-¿Por qué no mejor hacemos eso afuera?-Con un simple movimiento de manos saco a los dos de la habitación desperezandose por el pasillo.
-Lo mejor será que encuentren un nuevo escondite para eso, Zeus no puede llegar a ella por nada de este mundo.
-¿Qué hay de Cronos? ¿No deberíamos ir por él y acabar con todo de una buena vez?-Horiamy respiró hondo caminando hacia el salón.
-Lo intente anoche, pero no fue posible. Nehuem deslizó su mirada a ella, notando sus ojos vergonzosos.
-Lo intente cuando te dormiste, si lo hubieras sabido te preocuparias.
-Horiamy..
-Fue un largo día para ti, disculpame.
- No es verdad, no me movilizó nada. Noah se colocó entre los dos reclamandoles.
-¡Ya! Pueden dejar esto para después, quiero saber, Que ocurrió con Cronos. Ella se cruzó de brazos mirando al cielo con pena.
-Cronos habita el mundo de la Vid, un punto en medio de los universos, llegar allí hasta ahora a sido por medio de su intervención.