Todas las estrellas del cielo.

Prólogo.

Prólogo.

El circulo.

Gordon Black miraba el vacío.

Incluso con algunas luces que iluminaban la universidad, esta seguía teniendo la oscuridad. Faltaba la vida de los estudiantes para que no estuviera tan vacío.

Esa universidad había sido su casa durante los últimos tres años. Y si no fuera por ellos, seguiría siéndolo. Terminaría en un año los estudios que le faltaban y podría graduarse de la mejor universidad del país.

Su celular sonó avisando un nuevo mensaje. La razón por la que estaba ahí.

No tenemos todo tu tiempo, Gordon.

El chico suspiró. Caminó hasta donde el círculo secreto de St. James se juntaba.

Empujó la puerta del salón de natación, mirando alrededor en busca de los chicos que lo citaron.

Nada. Solo vacío.

Recorrió los alrededores de la alberca, pero no había señal de ellos.

Sacó su celular y escribió: ya estoy aquí.

No respondieron.

Un mal presentimiento se instaló en su pecho, así que decidió que lo mejor era irse.

Al darse la vuelta, sintió algo frío sobre su frente. Sus ojos viajaron a las personas que estaban frente a él, y con uno en especial, que mantenía una pistola sobre su frente.

—No eres tan valiente en persona, ¿verdad?

El pánico lo inundó. Comenzó a temblar, sabiendo que esa no era una cita para recompensarlo por la información que les había robado. No, claro que no lo era.

Era una cita para asesinarlo.

No había bastado con el hecho de que por su culpa lo habían echado del plantel, sino que iban a acabar el trabajo.

—P-por f-favor-r —susurró. Uno de los acompañantes se rio; una risa helada que le congeló los huesos.

—El llorón ruega —dijo otro—. ¿Qué esperabas Black? ¿Dinero? ¿Qué nosotros seríamos los que rogaríamos?

Él negó, preso del pánico. Dirigió su vista hacia él. Estaba recargado en una de las paredes, con aspecto aburrido.

—Oh, Black piensa que león lo salvará.

—¿No sabes por qué le decimos así, cierto? —Habló el de la pistola—. No te va a salvar, llorón. Él solo es un león rugiente que busca a quien devorar, y lamentablemente, quisiste jugar con el circo.

—N-no le mostraré a nadie lo que i-investigué…

—¿Investigaste? —El de la risa dio un paso al frente—. Más bien robaste.

—Por favor… —lloró, sintiendo como su cuerpo comenzaba a reaccionar al pánico: se había orinado.

—Termina con esto de una vez —dijo él con voz de aburrimiento—. No me interesa escucharlo más.

Se alejó de la pared y caminó hasta la puerta. Al abrirla, volteó hacia ellos.

—Hemos terminado.

Un sonido se alzó a través del lugar y la mente de Gordon Black se quedó en absoluto silencio.

Se apagó.



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En el texto hay: misterio, romance, wattpad

Editado: 30.03.2019

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