Le mando un mensaje a Jude cuando termino, pero no contesta. Trato de no preocuparme, pero es inútil. Los problemas que Jude cargaba me tenían nerviosa y no quería que lo notara. La última vez que hablamos me había contado lo oscuro y peligroso que era este negocio que tenía que resolver y él estaba asustado, porque nunca había tratado con alguien así.
—Supongo que usaré el vestido rosa —Beatrice me dice, apoyada en el casillero al lado del mío.
—¿Con botas blancas? —le pregunto mientras guardo mis cuadernos.
—Si, es una buena combinación —se ríe —. Harper tendrás que usar las botas negras de piel.
—Ah, siempre te quedas con las botas más lindas —Harper deja de maquillarse y le saca la lengua.
—Por supuesto, son mías —rueda los ojos —. ¿Qué usaras tu para la fiesta en la casa de Aaron, Tess?
—Quizás use algo rojo —me encojo de hombros —. Todavía no lo pensé bien. Jude vendrá, además, tengo que…
Ambas me interrumpen soltando un sonoro suspiro, con caras de enamoradas. Me rio de ellas, era cómico ver como se ponían cada vez que mencionaba el nombre de mi mejor amigo. Era una lástima que Jude ya este enamorado de alguien más.
—Oh ese hombre —Harper se muerde los labios —, es una bendición para mis ojos.
La miro detenidamente mientras cierro mi casillero y las 3 comenzamos a caminar hacia la cafetería. Pensé que sentía algo por James, el domingo había notado como se mandaban miraditas mientras almorzábamos. Tendría que preguntárselo.
Beatrice engancha sus dos brazos con el de nosotras ya que está en el medio y suelta una risita coqueta por lo bajo.
—Es más que eso —suelta un gemido —. Escuche que es una máquina de sexo. Las chicas de la universidad lo aman porque sabe tratar a una mujer como se debe.
—¿La tiene grande? —Harper pregunta y me atraganto.
—No es cómodo estar hablando del miembro de mi mejor amigo —las reto.
—Tienes confianza con él puedes… Hola Logan—Beatrice se calla y mira hacia adelante.
—¿Qué hay Tris? —Logan saluda mirándome fijamente. Aprieto mis libros contra mi pecho, incomoda y aparto la mirada —. El sábado pasare por ti a las 9.
—¿Puedes llevarnos a las 3? —Pregunta Harper y abro los ojos —. Será un alivio tener que…
—Yo iré con los chicos… ammm —me trabo un poco al hablar —. No se preocupen por mí.
Logan sigue mirándome fijamente y me sonrojo. No quería ni siquiera hablar con él, menos quería compartí espacio. Desde la última vez tenía mis dudas sobre él, había actuado extraño y eso llamaba mi atención porque nunca me presto atención, ¿Por qué lo hace ahora?
—¿Estás segura? —Beatrice me mira haciendo un puchero —. Logan es buen conductor.
—Si, Tess —murmura él —. No tomo alcohol y tengo licencia autorizada.
—No pongo duda eso —trago saliva—. Yo… ya me comprometí en ir con Harry.
—Oh que pena —Harper se lamenta —. Entonces solo seremos nosotras 2, Logan.
Él se toma un momento para contestar y yo me impaciento. Logan me daba una sensación que nunca había experimentado, no era buena y tampoco era mala, simplemente era algo que estaba y no tenía explicación.
—Está bien —asiente y da un par de pasos hacia atrás —. Otro día será, Tess.
—S-si —tartamudeo como una tonta y él se va —. ¿vamos? Muero de hambre.
Las distraigo rápidamente y ellas asienten felices. Pensaba que Beatrice y Logan habían terminado, pero por la manera en la que se dirige hacia ella me genero un par de dudas. En los pasillos decían que ambos habían terminado de la peor manera, ¿era mentira entonces?
En la cafetería buscamos a los chicos para poder almorzar todos juntos. Al principio estaban sorprendidos que Harper y Beatrice me hayan seguido para el almuerzo. Principalmente con esta última, tenían todavía algo de perjuicio sobre ella, pero pasando los días se dieron cuenta que Beatrice era un amor de persona. No les había dicho que yo las invite a almorzar con nosotros. Aunque no lo crean yo misma, sin tartamudear y sin ponerme nerviosa, les dije que se sentaran conmigo.
Mi punto de amistad había pasado de un simple y pequeño circulo, a uno gigantesco y eso era además porque hablaba con mis compañeros de clase. Todos me conocían y eran sumamente amables conmigo. Las chicas, sobre todo, pero los chicos también lo eran y muchos se me acercaban durante clases para despejar sus dudas sobre las materias que compartíamos o simplemente charlar y era divertido. Phoebe me había felicitado, las chicas y Jude también, no me ponía nerviosa cuando alguien se me acercaba, ya no y tampoco aparecían pensamientos pesimistas.
Todos hablaban de la fiesta que iba a dar Aaron en su casa, ni siquiera en el almuerzo la cosa había parado, en los pasillos algunos me preguntaron si iba a ir y con obviedad les respondí que sí. Prácticamente yo había planeado esa fiesta. Tenía un objetivo y tenía que conseguirlo, no quería detenerme ahora que estaba tan cerca. Iba a entrar a esa bendita casa que conocía como la palma de mi mano y con Jude me colaría a la habitación de Aaron a recuperar el vinilo.
Le mando otro mensaje a Jude antes de entrar a clases y me contesta que mi lindo cerebrito era maravillosamente astuto. Me rio y le texteo un rápido agradecimiento y que después iba a llamarlo. Todavía me era raro llamarlo Rowan… ese nombre no quedaba con él.
En casa luego de un largo día meriendo algo rápido con Otelo en el comedor. Ya no tomaba las pastillas para la depresión, Phoebe dijo que podía dejarlas por ahora, era por eso que me parecía extraño tener hambre. Las pastillas me lo generaban y ahora comía por gusto, así que Charles estaba contento con mi apetito reciente. Cuando termino me levanto para ir a dormir un poco, pero él me detiene.
—Su padre la espera en su despacho… me dijo que tienen que hablar con el comité de propaganda —Charles me mira atentamente.
Un amargo sabor se esparce por mis papilas gustativas y lo miro de reojo.