Todavía Puedo Amar

Capitulo 1

En la casa, cansada de otro día de trabajo agotador; piensa en un día que fue mortal, trabajó en todas partes, una reunión tras otra, el tráfico más lento que una tortuga perezosa y sin mencionar su enorme dolor de cabeza. Deja su abrigo y su bolso sobre la mesita a la entrada de la sala y cierra la puerta, dentro de la casa contempla el silencio que más anhelaba, solo recordar en las bocinas de los autos hace que su dolor de cabeza empeore . Senta en el sofá y quita los zapatos, echa la cabeza hacia atrás y se acuesta, lo único que quería ahora era descansar.

"Es lunes ya estoy así, parece que me atropelló un tren, lo que diré cuando llegue el fin de semana”. _ piensa ella.

Se levanta y busca en su bolso algún medicamento que puede ayudarla, encuentra un analgésico; este amiguito para sus cólicos menstruales al fin del mes, ahora es su aliado para acabar con este insoportable dolor de cabeza. En la cocina busca un vaso con agua y se lo toma, mientras hace efecto decide darse una ducha; toma sus cosas de la sala y sube a la recámara, dejando todo ahí... se va directo al baño, abre el grifo del agua, y mientras la bañera se llena del líquido tibio y transparente, empieza a desvestirse. Al mirarse en el espejo, vê la hermosa mujer que es, pero eso no le llama mucho la atención, ya lleva casi tres años sola, no porque fuera una mujer amargada, o porque no tuviera pretendiente, sino porque ya no confía en una cara bonita.

***

Despierta temprano como siempre, pone un pantalón de vestir negro cómodo, una blusa de seda color vino con un ligero escote y un zapato scarpin negro, la combinación con la blusa se vê bien.... Lleva el pelo recogido en un moño suelto, sus rizos así queda un encanto, un maquillaje ligero que realza la belleza de su piel canela; se mira en el espejo y sonríe. Está lista.

De camino al trabajo, decide pasar por una cafetería que solía frecuentar, pero últimamente está tan ocupada que ni siquiera toma café antes de ir a trabajar. Entra en la cafetería y sienta en una mesita que está casi en la entrada del enorme espacio y llama al mesero que viene con una sonrisa radiante. Mirando al mesero, nota que hace tiempo que no sonríe, despues de todo, confiar en alguien no es tan sencillo.

- Buenos días señorita, que desea?_pregunta el chico sin desdibujar su cordial sonrisa.

- ¡Buenos días, un chocolate caliente con canela y un rollo de coco, por favor!. El chico toma su orden y se vá, dejándola sola con sus pensamientos...

... Mira su reloj de pulsera, son las 7:15.

"Perfecto, todavia está en la hora"_piensa.

...

Tomando un sorbo del chocolate, percibe que una figura masculina entra en la cafetería, pasa junto a su mesa y se sienta un poco más lejo, pero frente a ella, lo observa discretamente, no podía escucharlo con claridad, pero imagina su voz varonil mientras hace su pedido. Lleva puesto una camisa de vestir blanca, sin corbata, blazer oscuro, casi negro, que se adapta perfectamente a su cuerpo masculino y escultural, eso, pero no parece ir al gimnasio. Cabello negro y meticulosamente peinado hacia atrás con una ligera caída a los lados, detrás de sus lentes recetados, un hermoso par de ojos que parecen castaños, piel clara y barba bien cuidada, por unos segundos olvida su pasado, que suele sobreponerse siempre que mira a alguien, algo diferente que le provoca extrañas sensaciones.

Lo mira un par de veces. No pasa nada. Solo está concentrado en su café, o eso parece.

Llama al mesero, paga la cuenta; al levantarse de la mesa, el hombre de la mesa unos metros adelante, la nota, la mira fijamente sin disimular y su mirada le sigue hasta la salida.

"Parece que la vida me sonríe de nuevo" _piensa él mientras bebe su café mirando la hermosa mujer que sale de la cafetería.

- ¿Por qué no la saludé?_ se pregunta,_" fingir no darme cuenta de que me estaba mirando, estúpido!"_ piensa y pelea consigo mismo cuando se da cuenta que acaba de perder la oportunidad.

Después de su última relación , al igual que Luíza, estaba dolido y desilusionado con el amor, ambos pensaban solo en el trabajo, pero en el fondo anhelaban encontrar el amor.

...

Ya en su oficina leê algunos correos electrónicos. Dueña de una empresa de decoración para fiestas y eventos trabaja casi sin descanso, trabajar con la decoración no es tan sencillo como muchos piensan, no es solo decorar y punto; tiene todo un equipo para llevar a la espalda, el estrés se encarga de ella. Y en ese lapso de tiempo entre un correo y otro, recuerda al hombre de la cafetería... mira por la ventana y se da cuenta de que ya es la hora del almuerzo.

"Deja de distraerte con tonterías Luíza!"_piensa mientras sale a almorzar. ...

...

Durante el almuerzo, Fernando aprovecha y llama a su amigo Gustavo. _ no se hablan desde hace unos días. No tiene muchos amigos, la verdad, solo tiene a Gustavo, su media hermana y su abuela que hace tiempo que no la vê. Gustavo un soltero de 30 años que solo piensa en fiestas y mujeres, viene de una familia rica y consigue todo lo que quiere, todo lo contrario a Fernando que también viene de una buena familia, pero lucha por su espacio; sin embargo, entre ellos existe una amistad genuina.

- ¿ Fernando?_pergunta Gustavo al otro lado de la línea.

- Todo bien, hombre.?_pregunta

- El que está vivo siempre aparece._ Juega.

- ¿Ah, hace menos de dos semanas que hablamos y ya estás así? Me alegro de que no tengas esposa, porque llevarte sería difícil, jejeje.

- Te equivocas, las mujeres morirían por un tipo como yo jajaja..._ se luce como siempre.

-Tengo compasión por las mujeres que cruzan tu camino.

- Y hablando de mujeres estás ahí sufriendo por... _pronuncia él sin terminar la frase que es interrumpida por Fernando. - No, claro que no, solo estoy esperando a la persona adecuada y.... ya sabes, no estoy para una relación en este momento.

- Mi amigo ha pasado tanto tiempo, sale de esta_ él es libre de decir lo que quiera, además solo quiere que su amigo se divierta.




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