Todavía Puedo Amar

Capitulo 4

El día del mapeo  del espacio llegó, una semana después de la reunión que la dejó pensativa todos estos  días; esa que para ella no fue  normal. Cada vez que pensaba en Fernando Diaaz sentia un escalofrio en la espina, ese hombre que  al conocer lhe causó extrañeza  y curiosidad a la vez. 

Fernando tenía muchas ganas de verla, la semana fue inmensa para él, tenía muchas ganas de que ella lo llamara, deseaba oír su voz dulce, pero no fue asi. 

"Esta Luíza, si fuera otra chica había llamado el mismo día"_piensa él. 

Ella no quiere demostrar que él llama  sua atención, desde que lo vio por primera vez,  y decide que hará todo lo posible por ocultarlo, no era una carita bonita  que la  haría  parecer   una adolescente enamorada. 

Revisando unos papeles concentrado en su escritorio,  él escucha que su asistente  llama a la puerta, sin desviar los ojos de los documentos, responde: 

- Sí._ con la puerta abierta Marcela informa que el equipo de decoración llegará en treinta minutos... 

Él la mira, ella que espera una respuesta; y apenas hace una seña con la cabeza, así  ella sale  y vuelve a su puesto. Él sonríe  consigo mismo cuando requerda que exigió la presencia de Luíza,  al asimilar sus impulsos, se angustia al pensar que ella simplemente podría  no comparecer solo para  no satisfacer sus caprichos, en todo este tiempo no hubo señales de que  viria
...
Llegando la distribuidora ella queda impresionada con el buen gusto que tiene el dueño, es una hermosa empresa y la decoración interior la destaca aún más, imagina en el día del evento; "va a estar espléndido" _ piensa ella 

En la recepción. - ¡Hola buenos dias, Sr. Díaaz, por favor,  Decoradora Luíza Gonçalves!._  ​​la recepcionista educadamente los conduce a una sala de espera. 

- ¡Espere un minuto, el Sr. Díaaz,  ya vendrá! 

Demuestra está de acuerdo con la señorita, a qual se vá,  dejándola  y a los demás. 

Llega él  saluda a todos en la sala y mira a Luíza con una leve sonrisa en la comisura de su boca, ella sonríe por cortesía y pregunta de inmediato. 

-¿ Sr. Diaaz podemos empezar? 

- ¡Claro! 

Ella  indica a su gente que puede empezar a mapear y mientras él muestra la empresa, ella  lo observa como habla con soltura... deja a Fernando y se distrae con los detalles de cada rincón de la empresa, con una estructura moderna y hermosa y como el color marrón armoniza a la perfección con algunos muebles blancos y plantas  bien cuidadas. En un espacio abierto, un pequeño jardín, con asientos y mesas en  madera, parece más un área de esparcimiento, en particular le llama la atención las rosas rojas que decoran el lugar, las observas con mucha atención; en ese momento imagina que Fernando es un hombre romántico, ya que tiene rosas adornando su negocio, algo inusual, distraída en sus pensamientos, no se dá de  cuenta que está sonriendo y que alguien se acerca. 

-¿Te gustó?_ una voz masculina detrás de ella interrumpe su sonrisa, haciéndola girar asustada y tensa. La forma en que  lo encuentra  mirando las flores solo confirma lo que estaba pensando. 

- Son preciosas._responde,  y él la mira  y sonríe. 

Ella no se siente cómoda cuando alguien que no conoce la mira fijamente, más aún cuando la mira como si quisera descubrir sus secretos, algo que ciertamente no tiene la intención de permitir, mira hacia las flores y dice: 

- Su empresa  es muy hermosa, y con la decoración que eligiste se verá espectacular Sr. Diaaz,_ vuelve a mirarlo y nota que él no ha dejado de mirarla mientras  ella hablaba 

- Ya te-lo dije, llámame Fernando, y gracias._ dice sin pestañear. 

- ¡Bien, Sr. Fernando, veré cómo va el mapeo! 

Su manera  la inquieta y  ella quiere salir corriendo. 


- Solo Fernando, me haces parecer viejo_ dice metiendo las manos en el bolsillo del pantalón, sintiéndose muy cómodo

- Bueno... ¡Fernando, voy a ver cómo van las cosas, permiso! 

Lo deja como si fuera un animal a punto de devorarla. Mientras  camina  él  la mira  en silêncio  y comprende  que ella teme algo. Detrás de una mujer fuerte, decidida y casi impenetrable, ver una mujer dulce y sensible, que él quiere conocer  y peor  le intriga cómo actúa. Se pregunta ¿Por qué siempre está a la defensiva?, y ¿Por qué no permite la aproximación?


Se aleja de él como si hubiera encontrado al animal más peligroso del mundo, se detiene en una esquina y se lleva la mano al pecho para calmar la oleada de emociones que siente; cuando escucha... 

- ¿Todo bien?_mira y ve a una rubia sexy y muy hermosa, piensa  lo qué puede ser esa mujer de Fernando, cuando se da cuenta que su voz le resulta familiar, la misma de la asistente que le contestó antes. 

- Sí, gracias._responde con voz controlada  y ​​sigue su camino. Marcela la mira con intriga y percibe que  su  jefe está mirando toda la escena desde lejos, Luíza desaparece de su vista. Ella se acerca a Fernando y le informa que el equipo de Luíza ya terminó y  que lo busca para informarle algunos detalles. 

Marcela enamorada de su jefe, no tiene el coraje de declararse, también porque él no le da ninguna oportunidad, es amable, caballeroso y respetuoso, pero es solo una relación de jefe y secretaria.

Mientras habla con sus colaboradores  ve  Fernando acercarse acompañado de Marcela, quien al verla se muestra sagaz, como si sintiera la amenaza en el aire; a Luíza no le importa, al fin y al cabo no estava  para competir sino por trabajo que en realidad ni siquiera la necesitaba, decidió comparecer solo para no decir no. Él  es informado por alguien de la equipe, mientras ella se excusa para contestar una llamada. 

-¡Hola! 

- ¿Como estás, estás ocupada?_pregunta Ana una amiga de la infancia 

- Ana que sorpresa, que pena, de momento si.. ¿Te puedo llamar cuando llegue a la casa?

- Por supuesto, esperaré_ cuelga.  Regresa y su equipo ya se va, cada componente sabía que hacer; ella era solo un adorno. 

- Sr. Fernando, espero que ya te hayan aclarado todo._ mira en dirección a su equipo.

- No todo Sta.Luíza._dice él. Ella confundida pregunta: - ¿Algo más? 

- ¡No me dijeron qué vas  hacer este sábado!_ ella  lo mira con sorpresa y al darse cuenta de su intención responde: 

- Sr. Fernando no participo en los eventos de mis clientes, el maxi..._él la interrumpe. 

- Pero en el mío estás invitada y no acepto un no por respuesta, así que nos vemos Sta. Gonçalves... _con una sonrisa arrogante se va a su oficina dejandola sin contestar, sabía que  inventaría una excusa así que no esperó a escuchar.
Marcela la mira fijamente, ella apenas  respira hondo y aconpanha él que entra en su despacho y  se macha de  la distribuidora. 

... La fiesta... 

Él llega a la empresa y busca atentamente a su invitada especial, y en esa distracción se acerca Marcela,  está hermosa, lleva puesto un vestido rojo escotado  y corto, pelo recogido con alguns mechones sueltos y tacones del mismo colo del su vestido, su belleza femenina es notoria, y claro, él, como cualquier hombre, no deja pasar desapercibida tal belleza; sin embargo, no es a ella a quien busca. Mientras hace su discurso  de manera alegre y motivadora  sus ojos buscan ver el rostro della entre los demas sonrientes, su corazón se regocija al ver un rostro familiar. Sin embargo  es apenas una funcionaria de  ella  que suele quedase entre las  bambalinas de los eventos por si necesita algunos toques  la decoración; para él era una señal positiva, creía que ella estaría entre la multitud... y por eso, no deja de buscarla.




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