Todavía Puedo Amar

Capitulo 5



En el bar él espera a Gustavo, quien pronto aparece en la puerta con cara de felicidad, se acerca y lo saluda; llega la mesera a atenderlos, él no quiere tomar así que solo pide  água, pero Gustavo va de tequila, mientras la chica toma la orden, su cara llama la atención de  Gustavo, quien  intentaba coquetear la chica. 

- Hmm.. ¿Qué está pasando amigo mío?_ pregunta con curiosidad. 

Él lo mira, y contesta: - Nada. 

- ¿Como que nada hombre? Abre el juego, que no nací ayer._dice  inclinando-se hacia delante con los brazos sobre la mesa poniéndole atención. 

Al ver que Gustavo  no lo dejará en paz, también se inclina hacia delante y en voz baja dice: - Estoy atrapado, una mujer  me está volviendo loco. 

Gustavo se ríe y responde: - Sabía que tenía que ser una mujer para traete así, pero dime, ¿ya la cojiste? 

- ¡No,  eso no! No soy como tú..._ dice recostándose en su silla como quien no está de acuerdo  con esos pensamientos. 

- ¿No? ¿ Entonces por qué estás así? 

- Es que no me dá entrada, la invité a la fiesta ayer, y no fue, solo estaba uno de sus empleados_ responde con indiferencia. 

- ¿La decoradora?.. por eso  te vi distraído_dice, disfrutando de la cara de su amigo frente a él. 

- Es porque aún no lo has visto,... 

- No, para tráete asi, tiene que ser un mujeron,  porque he visto a muchas mujeres dándote el mundo y tú ni si quiera las mirabas, como a Marcela que se  muere por ti. 

- Oh no hombre,...Marcela es hermosa, más mujeres así ya no hace mi tipo, ya me rompí la cara una vez, y no estoy dispuesto a esto.

- ¿Pero, qué sabes de ella? 

- En realidad no mucho, sé que es decoradora, le encantan las flores y los chocolates y  que es profesora de baile, además de una hermosa peli negra_dice mientras toma un sorbo de água. 

- Tío, te enamoraste sin conocer bien a la mujer._ dice riendo como si él le acabara de contar un chiste. 

- ¡No!... ella solo parece ser diferente._ él se abre a Gustavo a quien le  encanta la situación. Aunque no podía hacer nada para evitar que él se riera, en el fondo temía que él tuviera razón. "¿Y si estuviera realmente enamorado?"_se pregunta en pensamiento incrédulo. 


***

Ella  baja del auto y camina con pasos ligeros, entra a la casa y cierra la puerta rápidamente, con la luz apagada mira por detrás de la cortina de la ventana hacia la calle desierta, siente un pequeño alivio al ver que no hay nadie afuera, pero en su corazón siente  que eso es arte de Bruno; tenía la costumbre de seguirla con sus celos. "- ¿Como  que una persona que dice amar uno, puede maltratar así?" _se pregunta con la mano  en el pecho todavía de pie en la ventana mirando a la nada. "- Eso no es amor.."_ responde  con voz baja. Enciende la luz y va a la cocina a cenar. Después de la cena sube a su recámara, se ducha y se tira en la cama  con una toalla envuelta,  cansada de pasar el día caminando. 

***

Yendo a trabajar Fernando decide pasar por la cafetería pensando en Luíza, que ahora es dueña de sus pensamientos, decide probar el chocolate que ella pidió el día de la reunión... esperando, piensa en ese día y en lo hermosa que estaba; y por primera vez reconoce a sí mismo que Gustavo tiene razón, sí, está enamorado, y no conoce a la mujer para nada, distraído por estos pensamientos vuelve a la realidad con la voz de la mesera con el pedido. 

***

Ella se despierta como nació;  levanta y se pone lo primero que encuentra, no está dispuesta a tomarse el tiempo de vestirse, su caminata no terminó como esperaba, tanto tiempo que no salía, y cuando finalmente decide  salir,  hay un extraño que al parecer la estaba siguiendo. Su estado de animo este lunes no es de los mejores. Ni siquiera desayuna, toma sus cosas, y al salir de la casa se da  de cuenta que hay un auto diferente estacionado casi frente a su casa, con las ventanas tan oscuras que no puede ver si hay alguien adentro, asustada se va, mientras maneja, mira por el espejo retrovisor para asegurarse si alguien la sigue, se pone tranquila al ver que está sola. 

El día fue bien, tanto ella como  Fernando tuvieron un día de trabajo productivo. 

La semana pasó.

Es viernes, ella se va a trabajar, ni rastro de Bruno ni de Fernando, todo parece normal, lo que le trae un aire de tranquilidad. A la hora del almuerzo, se dirige a un restaurante cercano a su empresa; mientras disfruta del postre, siente  alguien muy cerca, puede oler el perfume, este que conocia muy bien por sentir inumeras vezes cuando él la agaraba contra fuerza, siente la respiración de la persona en su cuello, y antes de voltear a ver, escucha una voz casi susurrando en su oído que le hizo estremecer de los pies a cabeza 

- ¡TE ENCONTRÉ MI AMOR! 

Dondequiera  que iba, nunca se sentaba de espaldas a la entrada, y por primera vez se descuida y lo que más temía sucede. Al mirar, se encuentra con los ojos  negros y profundos de él,  como simepre bien vestido, un apuesto abogado que roba los suspiros de muchas mujeres, pero lo que tiene de belleza también lo tiene de maldad, ciertamente está en la profesión equivocada.
Lleva puesto una ropa casual, al parecer  no está trabajando. 
Lo  mira, mientras él camina y se sienta en la silla frente a ella y con una sonrisa de oreja a oreja le pregunta: 

- ¿No te alegra en  verme cariño?_ella sigue sin reaccionar, no contesta nada y él continúa... - Que difícil fue encontrarte, no te imaginas como  te extrañé. 

Ella sigue en silencio, solo observandolo, tiene miedo pero no quiere hacérselo saber. 

-¿ Cariño, no vas a decir nada?_insiste_ella mostrando tranquilidad, aunque en su interior un verdadero huracán de odio, miedo, desprecio y sentimientos que no puede describir, responde: 

-  ¿ Qué quieres? _ la frialdad prevalece en sus ojos. 

- Cariño, no sabes cuánto sufrí cuando llegué a casa y no te encontré... ¿Cómo pudiste hacerme esto? Te quiero tan..._ella lo interrumpe  con mucho desprecio en su discurso. 

- ¿Me amas? ¡No sabes  lo que es amar Bruno!

- Solo quería protegerte. 

- No, todo lo que hiciste fue hacer de mi vida un infierno. 

- Yo nunca te lastimé._dice de manera autoritaria. 

- ¡No hagas, no  es posible!. ¿Obligarme a tener sexo cuando no quería qué es? ¿Golpeame  qué es? ¿ Enciérrame en la  casa para que no vaya a trabajar  qué es ?_ con cada pregunta la rabia  aumenta y  ella sigue.... ¿Humillarme en la calle por mi ropa qué es? ¿Atacame con tus celos enfermizos que es?  ¿Para ti esto es AMOR BRUNO?_termina hablando en voz alta con los ojos fijos en él y levantándose de su silla con mucha furia, los demás almorzando a su alrededor se asustan por su reacción pero a ella no se importa. Bruno se sorprende por su actitud, nunca la había visto tan enfadada. 

- ¡Amor! 

Ella lo mira con tal disgusto que él lo corrige. 

- Luíza, por favor no hagas un escándalo, no eres así, solo quiero hablar_ él  intenta tranquilizarla, levantándose también de su silla y haciendo una señal de calma con las manos. Todavía de pie, ella intenta contestar, cuando suena su celular, toma  asiento, y trata de calmarse al ver que suena el celular del  trabajo. Él también se sienta y solo  la observa atentamente. 

- Decoradora Luí.._ no termina la frase. 
- Sta. Luíza, ¿Cómo estás? 

- Bueno. ¿ Sr. Fernando en que te puedo ayudar? 

- Sta. Necesito hablar contigo personalmente! _dice en un tono de preocupación, ella no entiende por qué, pero no cuestiona y acepta; Bruno sigue observando todo, su plan es convencerla de que había cambiado y que volviera con él después de casi tres años. Así que oculta sus celos por ella está hablando con otro hombre, queda a la espera de que ella caiga en su juego. 

- Bien. ¿Entonces nos  vemos, Sr. Fernando en el mismo lugar mañana a las 5:00 de la tarde todo bien?

- Para mi está bien_ contesta de acuerdo. 

- ¡Genial!_ cuelga. Acaba de marcar una cita sin saber de qué si trata. 




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