Lo mira, pero no demuestra sorpresa, y dice que sí.
Nicolás lo mira; él que está de pie con las manos en los bolsillos, medio apoyado en la puerta, dándoles espacio, pero no dice nada y continúa...
- Sta. ¿Tienes enemigos o sospechas de alguien?_ lo mira de nuevo, esta vez se vê un tanto molesto por sus insinuaciones,
- No que yo sepa, pero sospecho de alguien sí.
Nicolás que seguia mirando a Fernando voltea su mirada hacia ella, Fernando también hace lo mismo.
- Mi ex novio Bruno Loet.
Él sintiendo que es mejor dejarla en privacidad, pide permiso y sale de la habitación, en el pasillo caminando hacia la sala de espera comprende por qué ella actúa de esa manera, siempre a la defensiva... Casi una hora después, el detective pasa por la sala de espera, lo mira, solo que esta vez parece amigable, mientras que él solo lo observa; regresando a la habitación, abriendo la puerta sin mirarla, entra diciendo:
- Luíza, gracias por no... _deja de hablar cuando ve que ella está llorando y rápidamente se seca los ojos.
- ¿Estás bien?_ pregunta acercándose y preocupado.
- Sí.
- ¿Necesitas algo?._insiste.
- No._ responde ella sin mirarlo. Sus palabras monosilábicas le hacen entender que ella quiere espacio, así que toma su abrigo del sillón y dice:
- Me iré a casa, pero volveré_ ella mirando hacia el lado opuesto al que él está, guarda silencio. Él sale de la habitación lentamente, ella había cambiado de agua a vino en menos de una hora. Nicolás regresa y le entrega su bolso con sus pertenencias. En casa él toma una ducha y el cansancio lo toma por entero, acuesta un rato y termina durmiendo.
Sola, saca su celular de su bolso, vê que tiene llamadas perdidas de Ana. Decide enviarle un mensaje, quien responde a la velocidad de la luz.
- "¿Como estuvo la cita?"
- "Si te cuento donde estoy, no lo vas a creer. "
- "¿Estás en su cama?¿ Verdade?"
Al ver que sera difícil explicarle la situación, le pide que venga al hospital y que pase por su casa antes. Ana no cuestiona y dice que llegará en menos de 1 hora. Piensa en llamar a doña Sandra, pero lo piensa mejor... y decide no preocupar a su madre, al fin y al cabo ella esta "bien". Deja su celular al lado de la cama, y mira el techo blanco, no quiere pensar en nada, lo que en realidad es imposible... sabía que ahora tendría que actuar como una leona; "basta de huir"_ piensa. En voz baja dice:
- Si resulta que Bruno está detrás de todo esto, lo haré pedazos... _la expresión de su rostro asustaría incluso a ella misma si estuviera frente a un espejo. Se queda unos minutos más mirando a la nada... cuando su celular vibra con un mensaje de Ana.
- "¡Llego en un rato!"_ ella responde con una cara feliz. En el fondo... en el fondo no estaba nada bien y mucho menos feliz. Ya casi oscureciendo, llega Ana, al entrar a la habitación se asusta al verla
-¿ Lu que pasó? No pensé que estuvieras así... ¿Dónde está Fernando? ¿Él te hizo esto? ¿Estás con dolor?
Mirando su desesperación dice: - Ana tranquila, estoy bien, no, no fue Fernando. Me atropelló un coche antes de encontrarlo.
- ¿Lu, has estado aquí desde ayer?. ¡Y pensé que todo estaba bien!
- Descuida, no tenías forma de saberlo, además estaba inconsciente. Acabo de despertarme esta mañana.
- ¿Pero estabas solo aquí?
- No, Fernando estuvo aquí conmigo.
- ¿Serio?_ dice_ y decide pasar la noche con ella. Y entender en detalle lo que pasó. Fernando desmayado en la cama, estaba muerto, este fin de semana no fue como se imaginó que sería.
****
Después de un sábado y domingo horrible y turbulento; llega el lunes trayendolo de entre los muertos dormidos completamente aturdido.
Mira a su alrededor y se da cuenta de que todo fue real, ojalá hubiera sido una pesadilla. Levánta, se arregla y llama a Marcela.
- ¡Sí, Sr.Díaaz!.
- ¡Buen día Marcela!. Lamento llamar a su número personal tan temprano, pero es importante.
- Está bien, Sr. Díaaz.
- Bueno, que sepan todos que a las 14:00 horas de hoy tendremos una reunión y quiero que todos estén juntos.
- Sr. Díaaz, ¿Todo bien?
- Si Marcela, gracias!_ se despide y cuelga, ella es muy curiosa y no tiene tiempo ni porque explicarle. Tenía que ver cómo estaba Luíza, había pensado en volver por la noche y terminó durmiendo, tenía curiosidad por saber lo qué la hizo entristecer.
- Todo estaba bien antes de que llegara este detective_ reclama saliendo de la casa. Pasa por la cafetería y compra un café, y el chocolate para Luíza no podía faltar, desde que descubrió su pasión por el chocolate, siente que su trabajo se ha vuelto más placentero. En el hospital, Ana y Luiza pasaron la noche juntas, hablaron todo lo que pudieron. Llega Fernando, y toca la puerta, Ana quién la abre y queda perpleja ante la belleza varonil que tiene delante.
- Buen dia soy...
- Ya lo sé, Fernando ¿No?_antes de que responda ella continúa:
- Soy Ana, la mejor amiga de Luíza_y le hace señas para que pase.
- Encantado Sta. Ana._ responde, entrando y colocándose a un lado.
- ¡Solo Ana está bien!_ dice acercándose a Luíza. Él la acompaña sin quitarle los ojos de encima a Luíza, quien sin decir nada los observa.
- Buen día Luíza... Lo siento, no pude volver ayer, ¿Cómo estás?
- Bien gracias... no te preocupes, Ana me hizo compañía.
- Te traje un chocolate.
- Gracias, pero no precisaba preocuparte. Él sonríe ligeramente y se acerca, tendiéndole la mano para que ella tome el vaso.
- ¿Usted toma café?_ le pregunta a Ana.
- Claro.
- ¡Toma el mío!_dice ofreciéndole. ¡Te lo puedes quedar!
- Descuida.
- No seas tímida_ dice tendiéndole la mano con el vaso hacia a ella que está al otro lado de la cama. Ella recibe y agradece. Luiza mirando a los dos se ríe. Ana, viendo que está sobrabando por las miradas que se dan, dice:
- Bueno Lu, veo que estás en buenas manos, así que me voy a trabajar, al menos alguien tiene que trabajar aquí ¿No es asi?_ termina rodeando y tomando su bolsa del sillón que está al lado de Fernando. Luiza, avergonzada, sonríe torpemente, sabía que todo era de esperarse de Ana. Fernando también se ríe de la escena, dándole espacio a ella mientras se acerca a despedirse de su amiga. Entonces mira a él que todavía está de pie a un lado y dice:
- ¡Cuídala mucho, si no!. ¡Sé dónde vives!_termina apuntándole con su dedo flaco y súper sería.
- Ana, _se queja Luíza_ ella se ríe, lanza una mirada rápida a Luíza, y vuelve a decir:
- No bromeo hombre, es posible que te hayas ganado a Lu con todo ese encanto, pero a mí, tendrás que rebolar mucho._ gira el dedo y lo miras con un todo.
- ¡Ana...!_ dice Luíza con tono enojado.
Ella voltea, riéndose, y divertida dice:
- Maldición Lu, déjame intimidarlo, va que funciona.
- Llegarás tarde al trabajo.
- Está bien, ya sé que quieres estar sola._responde besándola de nuevo.
- Adiós Fernando, luego te llamo Lu_dice saliendo de la habitación.
Fernando, aprovechando la corriente y viendo que están solos, dice: - Asi que te conquisté ¡eh!.._con una sonrisa ganadora en su rostro.
- ¿No trabajas hoy?_pregunta tomando el chocolate
- Sí. ¿Pero tú te quedaras sola?
- Sí. No tiene por que quedarte aquí,_ dice firme, cortante y contundente.
- ¡Como no!. ¡Deja de ser terca y no te quejes!_ responde, caminando bruscamente. Ella solo lo mira sin decir nada. El se aleja y se sienta en el sillón quedando en silencio y mirando a la nada, ella mirándolo y rompiendo el inquietante silencio que los rodea dice:
- No quiero problemas con tu novia… así que no te preocupes por mí.
Él voltea la cabeza rápidamente y mirándola a la cara, responde:
- No te preocupes por tonterías_ su tono despreocupado le hace entender que este camino está libre... pero "¿Y la asistente? ¿Y la chica de la florería?"_ piensa. Mientras tanto, él sigue mirándola como si estuviera escuchando sus pensamientos y lo pronuncia aún más relajado.
- No hay razón para preocuparse. Ella sonríe con torpeza, deseando que Ana estuviera para interrumpir este momento incómodo... cuando alguien llama a la puerta.
- ¿Sí?_ responde ella aliviada.
- Buenos días Sra. Gonçalves, ¿Cómo te sientes? ¡Buenos días Sr. Díaaz!_ saluda el doctor entrando a la habitación. El se levanta y responde los cordiales buenos días del doctor que se acerca a la paciente.
- Buenas noticias, analizando tus exámenes, vi que todo va bien, así que te daremos de alta el miércoles por la mañana_ ella suspira aliviada, estaba cansada de estar en el hospital, era suficiente, por fin se iría a casa. Fernando respira hondo y siente que la mitad de la culpa se vá; él la mira, y percibe que ella está mirando su pierna rota con cara de preocupación.
- ¿Estás bien?_pregunta inquieto.
- Sí, solo... Dr. Guilherme, ,¿Cuánto tiempo estaré así?_pregunta asintiendo con la cabeza a su pierna.
- Bueno, dependerá de tu recuperación, tal vez un mes o más, no fue una fractura grave pero, tendrás que tener un poco de paciencia.
- Está bien,_ responde ella sin entusiasmo_ el medico se vá, prometiendo volver más tarde.
Necesitará ayuda, y no es mucho de pedir, en el fondo no le gusta molestar a nadie, aunque se esté muriendo. Solo pensar que no dará clases, y que estará parada por mucho tiempo, la entristece.
- Todo va a estar bien._ dice él como si leyera sus pensamientos, con una voz tranquila y firme a su lado acariciando su cabello rizado, lo que la hace estremecerse por dentro. Y esconde con todas las fuerzas lo que le hace su toque!.
En ese momento suena su celular, y sin alejarse de ella, contesta,_ Marcela queriendo saber si ya está en camino.
Solo confirma. Como si no quisiera apartarse de su lado, se sienta en el borde de la cama y dice:
- Voy a la empresa para una reunión de emergencia, pero volveré, ¿De acuerdo?_ella se queda en silencio mirándolo como si estuviera de acuerdo sin responder nada. Sin esperar respuesta, él se levanta preguntándole si necesita algo. Ella simplemente niega con la cabeza. Afirmando una vez más que volverá, sale de la habitación.
Algunos minutos despeus...
La ausencia de Fernando le hace darse cuenta de que es diferente cuando él está; su mirada profunda y misteriosa a la vez, le encanta..._en sus pensamientos preguntas que teme responder; seria mejor ser mas receptiva, desde que se conocieron ella solo ha puesto barreras, la verdad es que no tiene claro su acercamiento, decide que esperará su proximo paso.
Necesitas apelar a alguien, cosa que no le gusta hacer, ahora tienes que hacerlo. Ana, no puede porque trabaja; ¿Fernando? "No, de ninguna manera" _ piensa y sacude la cabeza con intención de quitar este pensamiento. Su madre, doña Sandra.
- Lu, mi amor, ¿Te tardaste mucho en llamarme lo que acordamos?_contesta la señora ya quejándose.
- Mamá, ¿Cómo estás?
- ¿Estoy bien y tu? ¿Esta en el trabajo?
- Estoy bien mamá, no estoy en el trabajo.
- Mmmm...¿ Dónde estás?
- Primero necesita saber que estoy bien.
- Luiza, ya me estoy preocupando.
- No ha sido nada grave, pero te necesitaré aquí en casa unos días, ¿Puedes venir?
- ¿Qué pasó?_pregunta con voz preocupada y angustiada.
- Tuve un accidente, y me terminé rompiendo una pierna, entonces...
- Dios mio Luiza ¿ Accidente? ¿Cómo fue eso?_ dice nerviosa.
- Mamá, cálmate, todo está bien, me darán de alta el miércoles.
-Sí, ¿Y llamas hoy,?_dice molesta.
- No es para tanto, no quise preocuparte, porque sé cómo te pones. ¿Así que... puedes venir?. ¡Yo compro el boleto!
- Tonterías, no te preocupes por eso.
Mientras las dos pone en orden, los detalles del viaje, Fernando se prepara para la reunión. Después de hablar con su madre, ella se siente más tranquila, tenerla cerca es como un bálsamo en el alma, su madre es una amiga, con quien puede contar para todo en la vida.
...