Como una descarga electrica una corriente percorre todo su cuerpo al sentir sus labios suaves y caliente encajandose con los suyos, no creía que él tuviera el coraje.
Antes que ella pudiera reaccionar él se aleja con una mirada confusa, creyendo haber sido imprudente al suponer que debía hacerlo.
- Luíza discúlpame, no quise... sin esperar que él termine de hablar ella lo interrumpe con rapidez - No pasa nada pero...me tengo que ir_ dice alejándose, mientras él intenta detenerla.
Él deja de caminar al perceber que no logrará hacer que ella se detenga.
- ¡Mierda!_ exclama irritado.
Ella no pierde el tiempo sabe que él sigue mirándo en su dirección, incende el coche y se macha.
Él vuelve a su despacho sin mirar a los demás, se vê molesto, Marcela lo sigue y antes que entre y cierre la puerta él dice:
- ¡ Gracias Marcela, dejame solo por el momento por favor!_ ella con la boca entre abierta se detiene con la puerta cerrándose en sus narices. Caminando hacia su mesa ella lo mira por la ventana de vidrio se asusta al verlo golpear su escritorio; por primera vez lo vê tan furioso, ni quando tenía problemas mayores se ponía así, algo que le molesta por saber el motivo.
Sigue mirándolo detenidamente por unos segundos mientras piensa "¿lo que hay en ella que él no lo vê en mi?"
Él toma asiento, agarra el teléfono y hace una llamada.
- ¿Sr. Diaaz en que puedo ayudar?
- ¿Que lograste averiguar?
- No mucho, él tipo no deja rastro.
- Pero no es necesario que tenga mucho para lo que voy a pedir que hagas.
***
Ella todavía a camino del trabajo, evita pensar en lo sucedido, no está segura de lo que siente con todo esto, sabe que no es buena idea mezclar sus sentimientos. Pero es inevitable, necesita hablar con alguien y decide llamar su mamá.
- ¿Hija?
- Mamá necesito un consejo.
- ¿Todo bien Lu? Me estoy preocupando_dice ansiosa.
- Si mamá, está todo bien, pero no sé que hacer conmigo!!
- ¿Como así?
- No lo sé, siento que estoy muriendo, que necesito algo pero no sé lo que és, hoy Fernando sé me declaró pero no supe reaccionar, creo que ya no puedo amar, tengo mucho miedo_dice aparcando el auto en el estacionamiento con los ojos llenos de lágrimas y voz ahogada sintiendo que el aire se le vá.
- Oh hija mía, como quisera esta ahí ahora, Lu es normal sentirse así, sufriste mucho con...ya sabes, pero tienes que date la oportunidad, yo creo que todavía puedes amar créeme. Vas a encontrar un hombre que te ame de verdad, si es que ya no lo encontró.
- Ah, mamá muchas gracias_ dice secándose las lágrimas con una leve sonrisa.
- ¡No te quiero ver así Lu, prométeme, prométeme!
- Prometo mamá.
-Hija, sabe que te amo mucho, eres hermosa, inteligente, la persona más dulce y amorosa que conozco merece ser feliz y conocer el amor. Sé que lo que viviste no fue fácil, pero no permita que eso detenga tu vida, tienes mucho por vivir.
- Mamá sabes como elevar mi ánimo, gracias, gracias.
- Solo digo la verdad, pero cuéntame que hubo con Fernando, escuché que se declaró ¿verdad?
- Si, incluso me besó.
-Oh por Dios, hija!_ dice con animación.
- Pero no supe que hacer, mi cuerpo tembló, mi corazón casi se detuvo y no hice nada más que salir corriendo. Creo que no volverá a llamame.
- Querida mía, yo creo que sí.
Mientras ellas hablan por unos minutos más, Fernando termina de hablar con su prestador de servicios y llama su asistente a su despacho. Se vê aún preocupado nota ella al entrar.
- ¿ Marcela, dime si las tintas ya están ahí?
- Sí, incluso los pintores ja están trabajando.
- Por favor dile a todos que puede irse a la casa, los pintores todos no quiero nadie aquí hoy, tu también tira el resto del día.
- ¿Pero... estás seguro?_ pregunta incrédula.
- Sí Marcela, solo hazlo que te pido por favor._ confirma mirándola a los ojos firmemente, pero educado como suele ser.
- Está bien.
- Gracias_dice satisfecho!
Ella se vá y él la sigue con la mirada en silencio, así que la puerta se cierra el toma el teléfono de la empresa y llama a la empresa de Luíza, sabe que si llama a su celular puede ser que no le conteste .
- Decoración Luíza Gonçalves buen dia.
- ¿ Hola, la senhorita Luíza, por favor?
- Lo siento, aún no llegó, ¿ Señor...?
- Muchas gracias_ dice apretando fuerte el teléfono, luego cuelga. Levanta de la silla camina hasta la ventana con nerviosismo mirando la calle de maneira ausente.
...
Ella todavía en el auto retoca el maquillaje, respira hondo, necesita entrar a la empresa con una sonrisa en el rostro, no es necessário que su equipo la vea así, toda su vida supo esconder sus emociones y ahora no seria diferente.
Camina tranquilamente hacia la recepción saluda el recepcionista y entra en el ascensor y antes de apretar en botón, con la puerta cerrada, cierra los ojos y intenta esparcir los pensamientos que no se van.
El ascensor se abre y vê Leticia que amablemente la saluda, entra y para a su lado.
- ¿ Lê, lo que tenemos para hoy?
- Aún nada, solo hubo una llamada, un señor pero, no dice su nombre.
- ¿Sí?. ¿Que quería?
- Solo preguntó por ti....¿Por qué? ¿Paso algo?
Ella la mira como quien quiere ocultar algo y contesta:
- Por nada, está todo bien.
- ¿Segura? Te veo rara, parece que estás lejos._dice mirándola fijamente. Ella no contesta.
Mintras suben, ella recuerda que a Letícia le gusta el recepcionista y aprovechando que están solas en el ascensor pregunta:
- ¿Que harías si Bruno te besara?
- ¿Qu... qué?_ pregunta Letícia con las mejillas rosadas y con los ojos abiertos como quien no cree en lo que acaba de escuchar, la verdad no esperava la pregunta.
- ¿Que harías?
- No lo sé, creo que me quedaría feliz pues espero mucho tiempo por eso ¿porqué?
- Nada, creí que tu reacción seria otra.
- ¿Como?
- !Olvida! _ dice saliendo del asesor que se detuvo, camina en dirección a su despacho mientras Leticia camina despacio trás ella, tragando en seco mirando a los lados como si hubiese alguin a la escucha.
Ya en la sala, toma el teléfono lo revisa, en el fondo deseaba leer un mensaje de él, respira hondo, mira el reloj colgado en la pared y observa como los ponteros se mueven lentamente, aún que sea lento no tarda en pasar un minuto, queda mirando segundos mas con un intuito de olvidar a Fernando, pero los pensamientos son como una lluvia de verano que viene de repente, y peor aún quando recuerda su distribuidora. No dijo a su mamá lo que hizo Bruno, lo mejor es hacer algo para livrase de este problema de una vez por todas.
***
Caminhando por la distribuidora él mira con atención cada frase escrita; ¿que será que pasó entre ellos para traer ese hombre así?_piensa al ver muchas frases de ódio, en este momento suena su teléfono celular, sin mirar quién pude ser aún mirando las paredes contesta:
- Si.
- Hombre!!!_ la voz entusiasmada de Gustavo se entrepone sobre sus pensamientos.
- ¿Gustavo?.
- ¿Amigo mio, que haces?
- Estoy aqui en un lío tío que no te imaginas.
- ¿Estás en la empresa?
- Sí,
- En unas horas paso por ahí.
- Vale.
Mientras Gustavo no llega Fernando decide hacer algo con las paredes que gritan ódio por todos los lados.
***