Daniel
De repente se escucharon los motores de autos haciendo que automáticamente todos bajaron la cabeza como esclavos, me sorprendí al notar que todos se sincronizaron para hacer eso. De un momento a otro comenzaron a entran once autos y dos de ellos iban adelante de todos guiando al grupo.
Cuando iba a emitir una palabra, ellos comenzaron a salir de sus autos. automáticamente baje la cabeza por Josh, que me pego en la nuca. Lo mire mal antes de volver mi vista a lo más irreal que pasaba por mis ojos. Esto parecía de una novela
– ¡Celebremos gente! ¡Ya tenemos toda Europa! –exclamo uno de ellos mientras los demás seguían bajando de su coche. Todos gritaron de felicidad y Josh se despegó de mi para acercarse a donde estaba el chico que había hablado. Al parecer eran amigos por la cercanía que al parecer tenían.
Rodé los ojos, esto era una pérdida de tiempo. Me fui con los chicos a tomar algo, de pronto alguien nos gala a un lugar que al parecer era un callejón. Demonios
–¿Qué les pasa? –brame desconcertado mirando a cuatro hombres que nos habían traído aquí. Uno de esos sujetos saco un arma y nos apuntó. Todos palidecimos
Esto se va a poner feo
–Será mejor que se callen o sino les vuelo la cabeza –hablo otro sujeto, mientras que su amigo nos seguía apuntando con el arma. Nosotros nos giramos para salir corriendo y eso al parecer eso lo hizo enojar. Cuando él sujeto del arma iba a disparar se escuchó un grito que casi nos hace desmayar.
–¡Qué coño pasa aquí! –gruño alguien a nuestra espalda, lentamente volví a mi posición original. El sujeto se quedó quieto petrificado, juraría que se hizo en sus pantalones por la expresión que ahora tenía. Si no estuviera en esta situación me hubiera reído. Trate de verla por el rabillo del ojo –Veo que no dices nada –negó con la cabeza –Cuantas veces te he dicho que no hagas estupideces –escupió entre dientes aquella desconocida mientras se acercaba más a ellos y los golpeaba con una facilidad impresionante, no podía procesar lo que veía. Como repente le pego a todos esos hombres patadas y rodilladas en su abdomen y un golpe en seco en el rostro al sujeto que nos apuntó con el arma –Si veo que te les acercas o respirar su mismo aire te mato con mis propias manos. –advirtió –No te quiero ver que intentas matar a los novatos porque te mato yo a ti ¿Entendido? –pregunto ella agachándose donde estaba el sujeto y el asintió frenéticamente –Largo de aquí –siseo. Los mire, ellos ya no estaban.
Cobardes
– ¡¿Qué demonios paso aquí?! –pregunto una voz conocida. Era de Josh, la desconocida giro a verlo. Suspiro mirándolo
– ¿Los conoces? –pregunto ella, Josh asintió.
–Son unos amigos –contesto.
La desconocida se le acercó a su lado mientras negaba con la cabeza
–Los quisieron matar por andar hechos los pijos y si vienen así otro día yo misma los mato. Entendido –dijo ella hacia Josh, el hizo una mueca antes de asentir. –Este no es un lugar para mostrar sus mejores ropas. No voy a defenderlos más –se marchó sin mirar a nadie
–Será mejor que hagan caso –concordó con ella – Tranquilos nadie los volverá a molestar. La mismísima Diabla los protegió y eso caballeros quiere decir, que son intocables –dijo simple.
–Ella es la Diabla, a la que todos temen. Ella nos acaba de salvar la vida, que genial –dijo Robert sin creérselo. En silencio nos fuimos a ver las carreras. Iba a correr la Diabla y los otros ocho hombres que llegaron con ella.
–La Diabla va a competir con sus hermanos –comento Josh acercándose a nosotros, todos asentimos –El que esta solo mirando, es el Diablo. El solo observara divertido ya que sabe que ella y sus hermanos son muy competitivos –explico mirando hacia donde estaban todos ellos que se preparan para competir.
La carrera comenzó y la Diabla estaba al final de todos, todo parecía que el chico del auto azul creo que se llamaba Tyler iba a ganar. Pero de repente ella rebaso a todos y ella quedo como ganadora. Maldición, sí que es buena en lo que hace. Cuando todos lograron alcanzarla ya estaba en la meta.
–Vámonos ya es tarde, ya les pateé el trasero –dijo divertida ella y todos soltaron una sonora carcajada.
–Lo que la Diabla diga –dijo burlón el Diablo, mientras se le acercaba y la agarraba de la cintura mientras la pegaba a él. Se susurraban palabras y los dos se comenzaron a reír.
De repente ella hizo una seña y todos se fueron. Así como llegaron todos se abrieron paso y agache la cabeza igual que todos mientras salían de ahí
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Editado: 11.04.2019