Ryan
Todos no dejaban de mirarla y eso me enfurecía, pero me alegre que en el momento que alce un poco su cabello se dieron cuenta de los tatuajes iguales que tenemos, eso me hizo sonreír de oreja a oreja. Ahora ya saben que ella es mía, aunque el ruloso no dejaba de mirarla, aunque vio eso. Maldito. Me dan ganas de matarlo, algún día lo hare si sigue mirándola de esa manera.
Alguien me interrumpió en mis pensamientos sangrientos hacia el idiota de rulos.
–Quita esa sonrisa idiota –dijo Jake burlándose, mire a Peyton a ver si no estaba en bragas porque si no, mataba a Jake, aunque fuera mi hermano lo haría. Tuvo suerte de que al parecer ya se había cambiado y me estaba mirando con una sonrisa burlona igual que mi hermano.
–Deja de ser tan celoso hermano –sonrió –Ya todos se dieron cuenta que Pey es tuya –el comentario de Jake me hizo sonrojar. Mierda, esto no puede estar pasando. Ryan Collins alias el Diablo. El más temible de todos los continentes sonrojado.
Al parecer ellos dieron cuenta de eso y se estaban muriendo de la risa como dos focas retrasadas. Negué con la cabeza, nadie podía culparme de estar enamorado de una loca impulsiva.
–No jodas con estupideces –dije entre dientes, pero no sirvió para que pararan de reír sino para que aumentaran sus carcajadas. Rodé los ojos
–Ya cariño, ya –dijo sarcástica Peyton, ya una vez que se paró de reír. La cogí de la cintura para acercarla a mí. Siempre quería tenerla junto a mí.
–Mejor vámonos de aquí Peyton, antes que lo mate a Jake –gruñí. El aludido siguió riendo con más fuerza.
Iba a darle un golpe en la nuca, pero Peyton se dio cuenta de eso y me saco de ahí. Hasta la salida del set se escuchó su risa si no fuera mi hermano ya lo hubiera matado. Estúpido me las va a pagar. Nadie de burla se Ryan Collins
Peyton
Después de dirigirnos a la oficina aún seguí burlándome de Ryan, era demasiado celoso, pero me gustaba que lo fuera. Me gustaba como era él. A lo que me senté en el sillón del escritorio me llego un mensaje a mi móvil. Le avise a Ryan que teníamos que cenar con mis hermanos y Jake. El acepto
Una cena como los viejos tiempos, él se dirigió a su oficina y yo me quede aquí escribiendo algunos datos que tenía almacenados.
Salí de mi oficina y choque con algo o mejor dicho con alguien. Levante la cara para ver con quien fue. Lo mire con el ceño fruncido, parecería que lo hubiera visto en algún lugar, pero no sabía de dónde.
–Disculpa, estaba distraída –me disculpe mientras hacia una mueca
–No, descuida –respondió el de rulos. Creo que su nombre era Daniel si no me equivocaba. Asentí
–Si me disculpas, tengo cosas que hacer –dije incomoda ya que no me dejaba de mirar fijamente y eso me ponía nerviosa. Odiaba que me miraran de esa manera.
–Oh si, lo siento –dijo avergonzado con una sonrisa. Asentí y me fui de ahí.
Que chico para más raro.
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Editado: 11.04.2019