"Todo puede pasar"

Capítulo 20:

Narra Charlotte:

Al despertar veo la hora en mi teléfono móvil, eran las 3 de la tarde, no lo podía creer, sentía que solo habían pasado unos minutos, pero ya había dormido 5 horas.

Me levanto y camino al baño, todo está tan limpio y ordenado que me fascina, me lavo la cara y trato de ordenar un poco mi cabello, luego trato de dejar todo ordenado y camino a la salida, al llegar veo mis maletas.

Char: y ustedes – las toco – ¿Qué hacen aquí?

Las reviso y todas mis pertenencias se encuentran dentro, hay una nota pegada en una:

“Espero que no le moleste mi intromisión, pero mandé traer sus maletas a este hotel, para su mayor comodidad. Cualquier inconveniente hágamelo saber y no olvide que tenemos un almuerzo pendiente

Kang Woo Bin”

Char: Pero, ¿Qué sucede con él?, solo quería tomar una siesta.

Camino por la habitación y la verdad es que no me puedo quejar, tiene una vista increíble y el entorno se ve agradable, mucho más tranquilo que el centro de la ciudad, mientras paseaba por la habitación mi estómago comenzó a rugir, creo que había olvidado comer, me doy una ducha y me cambio de ropa, necesito ponerme algo más cómodo, ya lista consulto a san Google acerca de un lugar barato y que sirva comida rica, encuentro uno a un par de cuadras del hotel, sirven parrilladas coreanas, las que desde siempre quería probar, ayer fui con Nathan, pero no las pude disfrutar, ahora podré comer hasta explotar y con el hambre que llevo, veremos si regreso caminando o rodando.

Salgo de hotel con mi ropa más casual y me encamino a las parrilladas “J&J”, la mayoría de las reseñas le ponen 5 estrellas, al llegar entro y saludo como recuerdo de los doramas, me llevan a una mesa y me acomodo, no me puedo expresar muy bien, pero le enseño la foto de las parrilladas en el menú, asiente y a los minutos llega el manjar de los dioses, carnes cortadas, una parrillita, arroz, verduras salteadas y varias cosas más que se veían extrañas, pero ricas, le agradecí al joven que me atendía y comencé mi verdadera experiencia coreana.

Mientras comía animadamente me doy cuenta que al fondo del restorán hay un joven que no había vista cuando llegué, come parrillada, como yo, es particularmente guapo y siento que lo he visto, viste ropa casual como yo, quizás solo son ideas mías, niego y sigo comiendo mi exquisita comida, creo que cuando dije que saldría rodando, no bromeaba, me he comido todo lo que había, pago y agradezco lo mejor que puedo, ellos medio entienden inglés y yo medio entiendo coreano, así que al final, todo salió más o menos bien.

Luego de comer, decidí caminar un rato, para no sentirme tan marrana, el lugar es linda, tranquilo, no transita mucha gente, me siento en una banca de un parque y observo el ir y venir de la gente, niños con sus padres, parejas de enamorados, ancianos con su paso lento, pero firme al pasear, este lugar es hermoso, me gustaría vivir en este país algún día.

Al atardecer camino de regreso al hotel, pero al pasar por fuera del restorán veo que el joven que estuve mirando hace un rato acaba de llegar otra vez, se dirige a la misma mesa, quizás es su lugar preferido para comer, sigo caminando, pero la verdad es que deseo regresar, doy un par de pasos más y me detengo, giro y regreso al restorán, debo cenar ¿no?, entro y le sonrío al mesero que me atendió hace un rato, me siento en el mismo lugar que ocupé hace un rato y espero que me atiendan, ésta vez pido ramen.

Char: Ramen – le digo mostrando el tazón que sale en el menú – no muy picante

Xx: Ramen picante – me contesta el mesero un tanto confundido

Char: No – niego enérgica – no picante, luego me duele el estómago – trato de hacer las mímicas

Xx: No picante – dice medio riendo, debo verme muy boba haciendo señas

Char: Exacto – le hago pulgar para arriba, veo que asiente y se aleja.

Medio sonrío por mi idiotez y miro buscando la típica mirada cómplice que me comprenda, la encuentro en ese guapo joven, también sonríe, aunque aún no sé si conmigo o de mí, mira para otro lado cuando nota que lo vi y yo hago lo mismo.

Luego de esperar unos minutos llega mi ramen, para mi suerte el camarero si había entendido mis señales y no estaban tan picantes, me los como con paciencia para no verme tan boba, ya que se caían algunos mientras comía, el camarero obviamente lo notó y me trajo un tenedor.

Cuando terminé mire al chico guapo que había estado mirando todo el tiempo, pero no lo vi, comencé a buscarlo entre las personas que transitaban para salir del restorán y tampoco estaba, aish, otra vez lo perdí de vista. Tomo mi cartera y salgo de ahí, miro por la calle y creo verlo a lo lejos, camino más rápido para ver donde iba, al llegar a su lado me doy cuenta que no era, el joven notó que lo miré y me sonrió, debo haberme visto mal porque giró la cabeza y rio, le hago una reverencia y me alejo, “mejor camino al hotel”, pienso y me encamino al hermoso hotel en el que me estoy hospedando.

Char: Debo llamar a Woo Bin – dejo mi cartera sobre una mesita y busco mi móvil – ¿Qué día podríamos comer? – camino por la habitación – mañana… ¿Debería aceptar su oferta? – marco el número que sale en la tarjeta que me dio, espero que suene, tres veces y contesta – Buenas tardes…




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