Tormenta

Capítulo 36

Tormenta

 

—Está bien —dice volteándose— te escucho.

En las habitaciones de arriba se escuchan pasos, como si alguien anduviera allí. Observa dudoso las escaleras que hay a su derecha. Parece que algún mueble se cae.

—Esto no se quedará así —dice.

Sube corriendo las escaleras, Rayo me mira. Luke sale de su habitación con un mapa enrollado.

—Aquí está lo que necesitamos, ahora hay que irnos antes de que él vuelva —advierte refiriéndose a mi padre.

Bajamos por las escaleras, todo va bien por el momento, el mapa es para localizar los contactos de Yaser, Luke localizó unos cuantos pero no todos, todo eso fue mientras nos juntaban y separaban por grupos, aprovecharon las distracciones para buscar, tiene un equipo que lo ayudó a encontrar con los que se comunicaba más seguido. Caminamos buscando nuestro grupo, después de todo lo que nos afecte a nosotros a ellos también los afectará.

Primero buscamos a Dimitra, quien debería estar en alguna habitación o con Kann. Sería bueno que estuvieran juntos así tendríamos menos que buscar. Subimos hasta las habitaciones.

—Nada —dice Rayo saliendo de la habitación y entrando a otra— aquí tampoco, es como si nunca hubieran regresado.

—¿Entonces qué hacemos? —pregunto.

—Rayo, tú buscarás a los chicos, como deberían saber, Nightmare es hermana de Darek, desgraciadamente los necesitamos a ambos, incluso a Rex, el de Andrómeda y a Lili, la de Aranda —explica— no te olvides de ninguno, necesitamos tanto a Dimitra, Trueno, Kann, Lluvia, sin olvidarse de los otro cuatro.

—Entendido, ¿ustedes qué harán? —pregunta.

—Intentaremos buscar al más débil, necesitamos la mayor información posible en el menor tiempo, no te preocupes, no te perderás la diversión.

Sin decir nada, se va caminando. Supongo que sabe que de todos modos necesitamos ayuda. Entramos a la habitación donde supuestamente estoy con Rayo. Abre el mapa sobre la cama.

—¿Dónde iremos?

—El más cercano está en Libertad, lo malo es que hay dos —señala en el mapa.

—¿Alguno está solo?

—Sí, pero no estoy seguro del todo, debido a que hay demasiados contactos, no sé, puede que tenga varios más junto a ellos —dice pensativo.

—¿Y si lo elegimos al azar? —sugiero— de todas formas es a la suerte si nos topamos con algunos más.

—Está en las posibilidades que estén varios juntos, lo que nos faltaría es la distracción; así podríamos movernos más tranquilos.

—Tengo una idea, pero hay que esperar a los otros chicos.

 

Rayo

 

Camino por el pasillo, cada puerta que abro está vacía o no es a quienes busco. Una puerta llama mi atención, tiene algo que me atrae, retrocedo. Si algo te llama sin explicación lógica tienes dos opciones, o estás enamorado o algo muy malo va a pasar. Tengo dado por cierto que me espera la segunda opción.
Decido ignorar la puerta y sigo mi camino. La puerta al final del pasillo se cierra bruscamente igual que las que había abierto hace unos pocos minutos. Avanzo, esto no es buena señal.
Escucho como la puerta que decidí ignorar se abre. Casi enseguida todas las otras comienzan a abrirse y cerrarse bruscamente, creo que lo que me está llamando se enojó.

Todas las puertas se cierran de un solo golpe.

—Ya que no quisiste por las buenas —dice una voz detrás de mí— creo que tienes algo que me pertenece.

—¿A qué te refieres? —pregunto, volteo para poder verla, es una mujer sombría, no muy alta pero simplemente con verla te asusta— ¿Quién o qué eres?

—Me llamo Alba, pero puedes llamarme como La Dama Traición —dice con una sonrisa macabra— Quiero proponerte algo.

—¿Qué quieres? —pregunto intrigado, dudo que sea bueno.

—Ambos han olvidado cosas importantes, yo podría devolverles lo que les falta —explica—. Claro, a cambio de algo.

—¿Qué pides a cambio?

—Un recuerdo por un recuerdo, ¿no te parece justo?

—¿Qué clase de recuerdo?

—Me llevaré tu recuerdo de ella, te daré un tiempo para pensarlo y si aceptas, te enterarás cuando tendrás que despedirte —propone— hasta entonces.

Las puertas se abren, todo regresa a su lugar. Ella se desvanece y yo camino hasta la habitación, necesito pensar todo esto. ¿Está bien aceptarlo?
Subo hasta llegar a la puerta de la habitación, ¿qué les diré? ¿Disculpen por no encontrarlos porque la dama de la traición me llamó? Suena ridículo.

Abro la puerta de la habitación, me miran. Mi cuerpo comienza a hacerse pesado. Camino lo más rápido que me permite mi cuerpo. Veo que me hablan pero no logro escucharlos, miro a los ojos a Tormenta, quien sonríe al darse cuenta.

—Para que veas que no miento, te daré un adelanto —escucho la voz de aquella rara mujer.




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