Tormenta Black

IV

 

8 de mayo, 2015

Charlotte

Me senté en una banca del parque Green Park. Me gustaba que esta hora estaba todo silencioso, solo podía escuchar al viento chocar con las hojas del árbol donde estaba sentada. Cerré los ojos sintiendo la oscuridad que me acompañaba.

Las farolas de luz estaban alejadas de donde me encontraba sentada. No tenía miedo de que me pudieran atracar, podía defenderme. Lo sabía hacer muy bien. No por nada sabía boxear como una profesional, aunque eso ahora está en el pasado.

El ring de boxeo que ahora está en el pasado como todo lo demás.

Eran las nueve de la noche. Aun se me hacía extraño no estar borracha o algo a esta hora. Estos días me sirvieron para relajarme sin necesidad de beber una gota de alcohol. Solo necesitaba estar sola, así como ahora.

Algunas veces no llegaba a dormir al departamento de Colton solo por quedarme a mirar el amanecer. Sabía que él pensaba que tenía una vida loca y no lo negaba. No quería sacarlo de error porque tampoco es que fuera a cambiar. Las veces que llegaba antes que amanecer me emborrachaba hasta que no podía caminar sin caerme. Era un caso perdido como todos lo pensaban.

-Cada día te ocultas mejor -dijo una voz conocida cerca de mi haciéndome sobresaltar. Abrí los ojos mirándolo con el ceño fruncido por haber interrumpido mi momento de armonía -No me mires así, traje comida -aviso enseñando las algunas fundas de comida china que tenía en las manos. Sonreí negando con la cabeza.

-Sabes que no es necesario que hagas eso -murmure mirándolo sentar a mi lado. Él se encogió de hombros como si no le importaba lo que había dicho.

Me tendió una de las fundas de comida, comenzamos a comer sin decir nada hasta que el interrumpido nuestro silencio. En estos pocos meses que lo conocía me di cuenta que era un chico muy extrovertido, alegre, carismático que no le gustaba estar en silencio. Le gusta bromear hasta de la basura que encontraba en la calle.

James me comenzó a contar que ya falta poco para que se acabe las vacaciones que le dieron en la universidad. Él estaba estudiando medicina. Una carrera que se tenía que entregar todo de sí mismo para que en un futuro pueda salvar vidas.

- ¿Por qué no entras a la universidad? -Pregunto -Podríamos ser compañeros -chillo emocionado. Resople

-No

-No me hables de manera fría, cortante o seca -alce una ceja

Me miro divertido ya sin intimidarle la forma en que le contestaba. Al parecer se acostumbre a la forma que hablaba que ahora solo le causaba gracia. Poco a poco me estaba comenzaba a conocer. Él me había dicho que me consideraba como una hermana. Por eso siempre estaba a lado mío.

-Mejor vámonos, ya es tarde. Tu madre se preocupará -zanjé el tema levantándome cuando vi la hora. Al parecer estábamos muy entretenidos con la charla que se nos ha volado el tiempo -Venga -le di mi mano para ayudarlo a levantar.

Cogimos todo lo que había traído y nos fuimos al coche de él. Mi coche lo había dejado en el departamento porque no tenía ganas de conducir.

-Te doy un aventón hacia tu casa -ofreció al no ver mi coche. Negué, quería caminar un poco -Cuídate entonces, nos vemos mañana -se despidió dándome un beso en la mejilla junto con un abrazo. Él sabía que por más que insistiera no me subiría a su auto. Asentí

Al principio cuando hacia eso me tensaba o incomodaba con su efusividad, pero después me acostumbré cuando vi que él era así de naturaleza. El no fingía, él lo hacía porque le nacía de corazón.

Es tan diferente a mi y de alguna manera logra calmarme aunque sea un poco.

Comencé mi larga caminata hacia el departamento. Pensé en mi hermana pequeña. Azul. Recuerdo su sonrisa al verme la semana pasada. Después que me fui de casa, la iba a visitar cuando nuestros padres no estaban. No quería tener una discusión con ellos. No estaba molesta con ellos, solamente quería apartarme de ellos para no lastimarlos más de lo que ya había hecho. No quería seguir lastimando sus corazones.

Por otro lado, Drew, mi hermano mayor con dos años. Al enterarse que me había marchado, me llamo para que le cuente como fueron las cosas y donde me estaba quedando. Sabía que se preocupa demasiado al no estar en Londres por su universidad. Él vivía en una residencia en Manchester.

Le conté donde me estaba quedando. Suspiro con alivio cuando le dije que estaba con Colton y no peregrinando en la calle, algo que hubiera hecho si no me hubiera acordado de mí primo. Llegue al departamento y entre sin hacer ruido. No quería despertarlo. Camine hacia mi habitación para dirigirme directamente al baño para darme una ducha.

Todos los días parecían los mismos, no cambiaba nada. Todo estaba detenido para mi y mi vida. Nada tenía un rumbo fijo. Estaba exhausta.

Después de una buena ducha, me cambié y me puse una pijama sencilla. Tenía los músculos un  poco tensos. Tratando de relajarme, me acosté en la cama con el deseo de dormir lo más pronto posible, pero mi mente no estaba de acuerdo de eso.

En las noches en que más necesitaba borrar u olvidarme por lo menos un segundo todo parecía estar en mi contra. Siendo atacada por algunos recuerdos que me hicieron comprimir mi pecho.

Me atormentarón y de una manera cruel . Mis sueños se convirtieron en pesadillas reviviendo una y otra vez el día que lo perdí.

Horribles pesadillas que me rompían cada vez más.










 

11 de mayo, 2015

Charlotte

Mis ojos comenzaron a picar. Apreté los labios guardando todas las maldiciones que querían salir de mi. Nuevamente pedía que todo lo que estaba sucediendo fuera mentira. Que solo fuera una maldita pesadilla. Que en realidad me encontrara en la habitación de él, acurrucada en su pecho y siendo sostenida en sus brazos por haber tenido un mal sueño. Que en la mañana siguiente me levantaría con él a mi lado. Que me dijera que todo esto solo era eso, un horrible sueño. Que él siempre va estar a mi lado.




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