23 de mayo, 2015
Bradley
Me moví un poco al sentí la luz contra mis ojos. Me coloque la manta encima de mi rostro. Quise maldecir cuando escuche el timbre de la puerta sonar.
Para no molestar a mamá, me levanté con pesadez casi arrastrándome para abrír esta misma. Eran las diez de la mañana y solo quería seguir durmiendo, así como mi hermano lo hacía raramente. Aún estaba sorprendido cuando me levanté y cruce por su habitación lo encontré en su cama.
Alcé una ceja cuando abrí la puerta mirándolo burlón. Colton puso los ojos en blanco y me empujo hacia un costado para entrar. Solté una risotada mientras lo seguía.
Ahora quien extrañaba a quien.
–Tanto me extrañas Wells –lo miré burlón repitiendo las mismas palabras que me dijo él cuando lo fui a visitar. El recién nombrado resoplo y me saco el dedo del medio –Pero que agresivo –dramatice llevándome una mano en el pecho fingiendo que dolió.
–Que te den pendejo –mascullo. Me carcajee.
– ¿Qué tenemos para hoy? –pregunte interesado.
El día anterior lo había llamado antes de dormir para salir. Quería disfrutar de los pocos días que me quedaban antes que se acabaran las vacaciones que nos dieron en la universidad.
–Bolos, ver un partido de futbol y un bar –sugirió. Asentí – ¿Tu hermano va a venir con nosotros? –pregunto, ladee la cabeza. No le había preguntado nada a James.
Sin contestar nada subí rápido por las escaleras y entre en la habitación que estaba al fondo del pasillo. Encontré a James desparramado en la cama. Rodé los ojos cuando lo comencé a mover y el gruño diciendo quien sea que lo está molestando que lo dejara seguir durmiendo.
Frunci el ceño, es que me doy cuenta que sus nochecitas le están pasando factura.
–Maldición –gruño James cuando lo tire de la cama. –Tienes que ser un grano en el culo –dijo entre dientes mientras se levantada del piso y se sentaba con pesadez en el filo de la cama – ¿Qué demonios quieres? –pregunto mirándome mal. Reí con gracia.
–Voy a salir con Colton –comente – ¿Quieres venir? –pregunte –Tenemos que disfrutar los últimos días de vacaciones que nos quedan –indique mirándolo esperando una respuesta positiva de su parte. Fruncí el ceño cuando negó mis propuestas – ¿Qué diablos pasa contigo? –el me miro sin comprender. –Ya no sales con nosotros y ahora te pierdes por las noches –lo mire ofuscado.
–No seas melodramático –murmuro con cansancio mientras bostezaba.
¿Melodramático? Tienes que estar de coña.
–Vete a la mierda –Salí de su habitación, era un caso perdido hablar con él. Me detuve en la entrada de la puerta – ¿En serio estas cambiando por una mujer que puede ser una zorra sin escrúpulos? No la conoces tanto para que te estés desviviendo por ella. –pregunte sin creer todo lo que sucedía.
–No te metas en eso Bradley –escupió enojado levantándose –Y ni se te ocurra volver ofenderla en mi presencia porque te ira mal. –camino hacia mí amenazante y me cerró la puerta en mis narices. Suspire rendido, sin sorprenderme realmente. No valía la pena enojarme si a mi hermano le daba igual.
Bajé las escaleras y me encontré a Colton mirándome cauteloso. Algo me decía que había escuchado nuestra conversación. Me fui a mi habitación, me duche rápido y me cambie. Agarre mi chaqueta y le envié un mensaje a mama diciendo que salía. En el camino ninguno de los dos toco el tema de mi pelea con mi hermano. Tratamos de evadir el ambiente incomodo que se formó cuando llegamos a los bolos y encontramos a un grupo de amigos de la facultad donde estudiaba nos preguntara por James.
Seguimos nuestro itinerario, pero en vez de ver un partido de futbol nos fuimos a ver una pelea de boxeo.
El boxeo nunca me había llamado la atención, pero tenía que reconocer que era genial ver lo mucho que se esforzaban entrenando sin tener un respiro. Por ese motivo es que hacían aquí en Londres, un campeonato nacional para ver a los mejores y llevarlos a las grandes ligas como era la UFC.
Al llegar al bar –que ya había asistido en otras ocasiones para ligar –nos sentamos en una mesa y comenzamos a pedir cervezas. Algo leve. No queríamos emborracharnos hasta perder la conciencia. Mire a Colton que estaba divirtiéndose con dos morenas de buen cuerpo. Reí negando con la cabeza. Nunca cambiaria.
Caminé hacia la barra a pedir un vodka, pero me encontré con algo inesperado. Una rubia de piernas largas. Vestida con unos simples vaqueros y una chaqueta negra de mezclilla. En comparación con otras mujeres que estaban aquí ella iba vestida de forma sencilla pero no le quitaba lo hermosa que era.
– ¿Qué hace una mujer tan linda solita? –pregunté galante cuando estuve a lado de ella.
Ahora que estaba muy cerca de ella la pude detallar con más precisión y sobre todo inundar mi nariz con su fragancia a rosas. Tenía rasgos finos, era delgada, pero si tenía todo lo que uno quería y sus labios eran carnoso, simplemente perfectos.
Ella ni siquiera se inmuto con mi presencia. Ni siquiera levanto la mirada que tenía puesta en su trago para verme. Me aclare la garganta ruidosamente para llamar su atención. Al parecer todo mi teatrito función ya que ella soltó un resoplido antes de mirarme.
Me quede impactado.
Sus ojos fueron lo que más me llamaron más la atención de lo que ya la tenía. Eran grises, pero no cualquier gris. Eran grises claros con un toque de verde azulado. Cautivador
Era una pena que en sus ojos no mostrara ningún sentimiento. No tenía ese brillo soñador, ese brillo de esperanza. Me miraba sin ninguna expresión. De alguna forma no me permitía descifrar algo de ella.
–No me voy acostar contigo –escupió fríamente.
Su voz era suave y delicada. Era algo contradictorio que su voz sea melodiosa pero la manera en que contesta de manera vacía me dejaba desconcertado.
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Editado: 11.11.2021