6 de abril, 2016
Charlotte
Me seque el sudor de mi frente, respirando jadeante. Los entrenamientos habían subido de nivel, estaba mas que lista para enfrentarme a la siguiente pelea. La semifinal se realizaba este fin de semana y no sabia a quien me enfrentaría, pero estaba segura.
Ganaría esa batalla.
Elliot me tendió una botella con agua al momento en que agarraba una toalla para el y se secaba. Esta era una de las pocas veces en que me había enfrentado a el en modo pelea seria. Me sorprendí que pudiera estar casi a su nivel, no esperaba eso.
Me siento orgullosa que todo lo que había hecho diera sus frutos.
Por alguna razón no me senté en los banquillos que estaban cerca de mi, sino que fui hacia una columna de cemento para arrimarme a ella y deslizarme para llegar hacia suelo. No comprendía porque busque en especifico ese lugar.
Algo de mi buscaba este lugar, me sentía tan segura.
Recosté mi cabeza en mi rodillas luego de recogerlas hacia mi pecho. Gire mi cabeza y vi aquella esquina donde lo había visto por primera vez. Esforzándose como siempre, dando lo mejor de el.
-Tenías que seguir su advertencia -dijo una voz ronca que me atrajo enseguida. El
Aún recordaba la advertencia que me había dado Dylan para que no me acercara, pero simplemente no le pude hacer caso. Seguí lo que me decía mi corazón.
-No me vas a lastimar -asegure
Era como si tuviera una cinta en mi cabeza, recordaba las primeras palabras que nos habíamos dicho. El primer brinco en mi corazón, la primera vez que realmente me interesaba en alguien. Jamás le agradecí a mi hermano por haberme llevado a este gimnasio, gracias a el conocí al hombre de mis sueños.
Aquel chico que se convertiría en mi alma gemela.
Sonreí melancólica, recordando todo lo que vivimos. Todos los años que estuvimos juntos felices. Cuando supe su nombre, sentí aquella pequeña electricidad recorrer mi cuerpo.
-Seth -dijo de pronto - Seth Price -me dio una última mirada antes de volver a golpear duramente el saco.
Como anhelaba verlo entrenar, conversar con sus amigos o simplemente pasar momentos con su familia. Me arrepentía de no haber valorado todos esos pequeños momentos que viví con el.
-Yo seré tu próximo oponente Charlie -hablo alguien cerca de mi. Por impulso lo golpee rápidamente levantándome buscándome defender. -Eso dolió -mierda, era Dylan.
-Lo siento. -sonreí avergonzada por no haberme controlado. Demonios, parecía demasiado paranoica. No bajaba la guardia en ningún momento.
-No te disculpes. -se metió Blake riendo. -Tienes buenos reflejos. -me felicito pasando su brazo por mis hombros. Solo pude continuar sonriendo apenada.
Elliot rodó los ojos y le dio la mano a Dylan ayudando a levantarse del suelo. Este le dio un empujo a Blake cuando estuvo de pie. Me moví rápido para no ser participe de sus clásicas peleas.
-Pensé que Travis vendría a entrenar con Charlie -comento mi entrenador muy normal separando al par de hombres que estaban peleando como si fueran unos niños pequeños. Sin hacer el mínimo esfuerzo.
-Así era, pero al parecer su abuela tuvo algún problema con su auto. Fue a revisar todo estuviera bien. -explico Dylan.
-Entiendo. -suspiro. -Entonces Dylan entrenaras con Charlie. -y al voz del mando Elliot se giro a buscar algo en una pequeña maleta que trajo con el. Los otros dos le comenzaron hacer muecas y lo único que pude hacer fue soltar una risita que camufle rápidamente con una tos.
En serio que se comportaban como niños pequeños.
Espere a que mi amigo se alistara y una vez listo subimos ambos al ring. Espere a que fuera el primero en atacar y cuando lo hizo me agache rápidamente esquivándolo dándole un golpe en las costillas.
Pero sabia que no podía siempre tener la suerte de golpearlo y lo comprobé cuando me ataco de regreso. Abrí la boca buscando aire, el sabia donde golpear. Lo observe entre cerrando los ojos y el solo me miro inocentemente.
Después de unos algunos minutos de dar, recibir o esquivar golpes mi ojos comenzaron a nublarse. No me detuve, pero algo me hizo retorcer algunos pasos frenando mi gancho especial. Mi piel se erizo, era la silueta de Seth que estaba al frente mio.
No, no podía ser. Era algo imposible que sucediera. Sacudí mi cabeza, de nuevo me estaba haciendo una mala jugada mi mente.
Tratando de esquivar un seguro golpe que me derrumbaría, me enrede con mis pies cayendo para atrás. Por poco me golpeaba la cabeza con el tubo del cuadrilátero.
-Suficiente. -dijo Elliot deteniéndonos. Hice una mueca y me levante.
- ¿Estas bien? -pregunto Dylan acercándose a mi.
-Si, no te preocupes. Todo esta bien. -era hipócrita decir eso, pero no podía decir otra cosa.
Cerré los ojos, si esto me volvía a suceder perdería mi pelea. Tenia que controlar y dominar mi mente para evitar que esto vuelva a ocurrir. Suspire y me comencé a quitar las vendas de mi mano. Demonios, ni siquiera había sentido que estaban demasiado lastimabas.
-Lo estas haciendo bien Charlie -dijo Blake sin mirarme sujetándome las manos.
Me hizo sentar en el banquillo mas cercano y me comenzó a curar las heridas que tenia y luego me vendo sutilmente. Moví mis hombros y sentí una leve incomodidad, quizás tendría que ponerme de nuevo pomada.
Suspire, y vi a mi primo ingresar al gimnasio con Bradley. Hice una mueca, no estaba del todo segura de su disculpa. Me sorprendía también que no le haya dicho que tenia una arma que llevaba a todas partes. Aunque bueno, tampoco era una niña pequeña para que todos me estuvieran cuidando.
- ¿Qué hace este pedazo de mierda aquí? -me sobresalte cuando escuche el grito de Elliot.
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Editado: 11.11.2021