Tormenta de verano

1. Crush de verano

Llegó la época que tanto odié, esa que no te deja dormir, que no te deja salir, que estás insoportable todo el día por sentir que te calcinas, si, llegó el verano. 
 


 


Bueno, eso pensé, que lo odiaría. Sin saber que esté verano iba a cambiar mí vida para siempre, el resto de mis días no serían lo mismo, y un mar de emociones y sensaciones extrañas arrasarían conmigo. 
 


Alex era el mejor amigo de mí hermano, su confidente, era también como un hermano para él. Una persona buena que no hacía falta una palabra, con mirarlo bastaba para que tú día sea diferente.

Ver a Alex todos los días me gustaba, aunque yo no fuera la razón por la que él venía. Amaba escuchar su moto estacionarse, y me levantaba de la cama para ir a tomar agua, de repente me daba sed, y ahí lo veía, me sonreía y besaba mí mejilla, eso bastaba para que cada día, me enamorara más.

No había mucho tiempo, sin embargo, disfrutamos cada maldito segundo, cada caricia, cada beso, cada adrenalina, esa que nos daba cuando nos escapabamos de todos y nos encontrábamos a nosotros mismos. Disfrutamos todo, porque sabíamos que un día las cosas se iban a joder, y así pasó, se jodieron... Pero no de la manera que había pensado, fue peor. 

...
 


 

Los domingos son para estar en familia. Antes éramos mí madre Julián y yo, pero ahora, siempre esperamos a Alex. 
 


 

La mesa ya está lista, mamá cocinaba spaghetti con salsa, me senté a mirar un poco el celular. 
 


 

—Cariño. Dile a tu hermano que ya está la comida— ordena mamá apoyando la fuente de comida en la mesa, el olor invadió mí naríz y mí estómago rugió. 
 


 

Me levanté y subí a la habitación de Julián, pude escuchar los gritos, juega mucho a un juego llamado; Free fire, está toda la noche gritando y es muy molesto. Golpeo su puerta, sin embargo él hace oídos sordos así que entro. 
 


 

Sentí la torpeza manifestarse en mí, y las palabras no me salían, esa eran las consecuencias de ver a tu crush de verano, sin camisa y jugando con Julián.
 


 

—La comida está pronta— dije y rápidamente me fui de la habitación. 
 


 

Me acomodé en la mesa, los platos ya estaban servidos. Alex y Julián bajaron y se sentaron, no ayudaba mucho tener a Alex frente a mí, esto sería incómodo, no disfrutaré comer como lo hago cuando estoy sola. 
 


 

—Como siempre, a usted todo le queda rico Graciela— le recuerda Alex muy amable, mamá sonríe y se sienta.
 


 

—Me alegro que te guste— contesta ella.
 


 

—No podes ser más alcahuete— se burla Julián, las mejillas de Alex se pusieron rojas, me causó mucha ternura, y solté una risita ante el comentario de Julián. 
 


 

—Es ser amable, algo que vos no sabes ser— replica Alex
 


 

—Oh, mira cómo intenta ganarse a mí madre— dice Julián, mamá suelta una risa y Alex baja la cabeza, comienza a comer sin decir nada.
 


 

Hago lo mismo, con delicadeza y lento, creyendo que Alex me está mirando, pero no, él no lo hace, come cómodamente. 
 


 

Raspé mí garganta, recordé que mí prima me invitó a una fiesta el próximo sábado así que es momento de preguntarle a mamá. 
 


 

—Mami— la llamé, eso causó que no solo la vista de ella estuviera en mí.
 


 

—Dime— contesta ella mirándome con ansias.
 


 

Bajé la cabeza y entre abrí mí boca varias veces, bebí un trago de agua. 
 


 

—¡Y!— insiste Julián, le di una mirada asesina.
 


 

Vuelvo a mirar a mamá, y finalmente hablé, —Laila me invitó a una fiesta— tragué grueso cuando mamá comenzó a menear la cabeza, y también supe que se venía un interrogatorio innecesario porque se perfectamente que me va a decir que no. 
 


 

—¿Dónde es? ¿A qué hora? ¿De quién es la fiesta?— pregunta, Julián y Alex se ríe y comienzan a reírse. 
 


 

—Es de... Un amigo de Laila— mentí, ni siquiera se de quién es la fiesta, es lo menos importante.
 


 

—Si tu hermano va, puedes ir— responde, frunci mí ceño y vi a mí hermano con una sonrisa triunfante. 
 


 

—¿Qué? ¿Por qué siempre tengo que salir con él? No quiero— discutí, mamá se encogió de hombros, y además de sentirme avergonzada, me sentí enojada. 
 


 

—Si va tu hermano se que él te va a cuidar— excusa mamá tranquilamente, enreda los spaghettis en el tenedor y luego come. 
 


 

—Pero voy con mí prima. Y nos cuidaremos, te mandaré mensaje, estará todo bien— aseguré
 


 

Alex me estaba mirando pero bajó la cabeza enseguida cuando yo lo hice.
 


 

—No— repite mamá.
 


 

Enojada, me levanto de la mesa corriendo la silla hacia atrás, y me dirijo a mí habitación, lo único que pude escuchar fue un:—No me hagas ir a buscarte— de mamá, pero seguí mí camino, se que no me vendrá a buscar, no tengo diez años. 
 


 

Me tiré en la cama, y llamé a Laila, inmediatamente me contestó, escuchaba música de fondo y el sonido que hacía masticando chicle. 
 


 

—No me dejó ir— hablé primero, ella soltó una risa.
 


 

—Lo sabía— contestó obvia—Tu madre no quiere que salgas con la zorra rebelde de tu prima— continuó
 


 

—No es eso Laila. Cree que es mejor si voy con Julián, ya que él me cuidará— aclaré, ella resopló haciendo que aleje el celular de mí oreja por unos segundos.
 


 

—Mejor, me quiero tirar a Alex— confiesa. Mí mandíbula se tensó, y no pude decir nada más, solo fingí una risa. 
 



#25222 en Novela romántica

En el texto hay: amor, primer amor, adolecencia

Editado: 19.12.2020

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