Un par de jóvenes vestidas con ropa de artes marciales entraban al aula donde se impartía el taller del mismo, llamando la atención de un par de jóvenes que no esperaron que aquella chica de apariencia reservada y frágil, haya decidido tomar el taller más violento de su preparatoria, según los estudiantes que optaban por otros talleres.
—Vaya sorpresa, ¿no Osca? — dijo un aún sorprendido, Bruno.
—Si — contesto Osca, dedicándole una de sus bellas sonrisas a la joven nueva, quien al sentir que la miraba, decidió voltear su rostro hacia otro lado.
—Jóvenes vamos a empezar el calentamiento, elijan su pareja para entrenar — pronunció el maestro.
Ni había pasado 1 minuto desde que el maestro dio la orden de que eligieran a una pareja para iniciar con el calentamiento previo al inicio de su clase del día, cuando Bruno y Osca, caminaron rápidamente ante la mirada de sus amigos, hacia el lugar donde estaba la nueva alumna.
—¿Quieres ser mi pareja? — dijeron de manera simultánea el par de jóvenes.
Alessia, miro a ambos jovencitos que se encontraban frente a ella, por algunos segundos, mientras un pensamiento vino a su mente.
—Son ellos — pensó, al tiempo que tomo aire profundamente, para tratar de mantener la calma.
—Ojitos, yo llegue primero, que entrene conmigo — dijo con firmeza Bruno.
—Ya te dije que no me llames así, mi nombre es Osca, y mejor que ella sea la que elija con quien entrenar — contesto el joven con una amplia sonrisa.
—¿A quién de los dos eliges? — volvieron a decir a coro Osca y Bruno, ante la mirada de todos los jóvenes que se encontraban allí.
—¡Eh! dijo la joven, sonrojada por aquel espectáculo que estaba sucediendo.
—¿Qué con cuál de los dos quieres entrenar? — contesto rápidamente y lo más sereno que pudo Bruno.
—Yo…
—Haber jóvenes — dijo el maestro quien se había acercado a calmar semejante alboroto al tiempo que agregaba con firmeza — Ustedes dos entrenen juntos, ¿qué no se dan cuenta que es una chica?, la pueden lastimar con lo brutos que son. El maestro luego de ello poso su mirada en la alumna nueva y acotó — Tú entrenaras con Dafne.
—¡Bien! ¡Gracias maestro! — pronunció con cierta timidez Alessia.
—Pon mucha atención a las técnicas que les enseñare y entrena duro hija, que luego voy hacer duelos en parejas y si por sorteo te toca uno de estos atarantados no podré cambiarte de rival — dijo riendo el maestro.
—Claro maestro, entrenare muy duro y aprenderé todo lo que usted nos enseñe — respondió Alessia.
El calentamiento previo a las practicas dio inicio. Tal cual lo dispuso el maestro Alessia realizo los ejercicios de calentamiento junto a Dafne, así mismo ella continúo siendo su pareja de entrenamiento en la clase, en tanto Osca y Bruno como siempre hicieron equipo, y entrenaban duramente, pero sin dejar de ver el entrenamiento que llevaba la nueva con Dafne.
—¿Será interesante luchar con ellas dos no crees? — dijo Osca.
—Sí, pero si por casualidad en el sorteo nos toca con ellas, yo seré quien me enfrente a la nueva, está claro Ojitos — añadió Bruno.
—Ya te dije que no me llames así — se quejaba el joven, al tiempo que agregaba — Acepto que seas el primero en enfrentarla, solo te pido que no seas muy rudo con ella, después de todo como dice el maestro es una chica.
—Haber jóvenes acérquense, un representante por equipo para ver a que dúo van a enfrentar — pronunciaba el maestro.
—¿Dúo? — dijo Alessia intrigada.
—El maestro acostumbra finalizar sus clases con enfrentamientos en parejas, un representante por equipo toma un papelito, es decir cada equipo tendrá dos combates de duos — contesto Dafne.
—Claro — respondió Alessia.
—¿Vas tú o voy yo por el papelito? — agrego Dafne.
—Ve tú — dijo Alessia, mientras la otra joven asentía.
El primero en tomar un papel de la pequeña cajita que el maestro les mostraba fue Bruno, quién al tener el papelito en su mano, inmediatamente lo desdoblo y al ver el nombre de sus rivales, sonrió de lado levantando su dedo pulgar mientras miraba a su amigo.
—No puedo creer la suerte que tiene Bruno — se lamentaba Osca, pues él no quería enfrentar a la joven nueva aún, al menos no en dúos, pues sabía que Bruno, siempre se tomaba más que en serio sus combates y por lo mismo no le importaba si su rival era hombre o mujer.
Tras algunos minutos, los enfrentamientos empezaron, cada equipo daba muestra de todo lo aprendido, hasta que el turno del último equipo, llego. Cuatro jóvenes se miraron entre sí, de manera desafiante, ellos ya habían tenido un enfrentamiento previo con otro equipo, y habían salido vencedores de estos, y ello les daba la seguridad a todos los presentes de que este enfrentamiento no sería nada sencillo.