De la mediocridad del ateísmo...
Cabe recalcar que en estos tiempos los simios han evolucionado muy poco y siguen en árboles tirando manzanas a los transeúntes.
En épocas mas antiguas el ateísmo estaba en su mayor apogeo cuando el propio ateo investigaba y se educaba con el fin de poder ayudar al individuo común a encontrar razones suficientes para dirigir su vida sin temor a un dios amenazante, tenemos al buen Sartre, a Hawking, Albert Camus, Isaac Asimov y John Stuart Mill, por mencionar algunos, han sido célebres hombres que han buscado un distinto significado a la misma existencia sin dioses, mientras tanto el ateo moderno, se contenta con críticas en una sola dirección, sin abrir sus panoramas a otras religiones o cultos que de ser masivamente conocidos y practicados pueden llegar a ser un cáncer para el individuo y la sociedad en si.
Ese es el peor mal del nuevo ateísmo, su mayor pecado es dejarse llevar por la corriente sin meditar la información que tienen, sin dudar y volver a consultar, esperando al final usar argumentos basura defendiendo su postura, que lejos de ser mediocre, se vuelve pusilánime y vomitiva.
Por último exhorto a todos los individuos, ateos o no, a investigar a profundizar en lo que creen o no, con el fin de que las opiniones que se tengan no sean estáticas, si no un flujo constante de conocimiento.