Lágrimas caían por las mejillas de la jóven y aunque nadie lo mostró todos los presentes se sentían culpables, las palabras de Ángela les habían llegado demasiado...
Y no era para menos el soltarle semejante verdad.. era lógico que ella no lo hiba a aceptar, y que iba a decir lo que fuera no importa si eran secretos.
El tío de ella estaba consagrado a Dios era un sacerdote y para ella siempre había Sido una persona ejemplar, hasta que su mamá solo por qué ya quería que se callara y que abriera los ojos, le dijo la verdad sin ningún tipo de tacto.
El sacerdote había acosado a niñas, se había metido con sus sobrinas adoptivas y con señoras casadas también, todo estaba verificado por videos, correos y demás evidencia.
Ángela se partió en mil pedazos, el mundo se le vino en cima, realmente quería que todo esto fuera una pesadilla, pero tristemente no lo era.
Y esque una parte de ella sabía que era cierto pero, si madre siempre le había mentido, asi que ella se excuso con eso, ya que trataba de negarlo para que se convenciera a ella misma de que era mentira.
—ya guarda silencio Ángela, esto es cierto y tienes que aceptarlo.
No, no se podía y como podría hacerlo aquella niña si esas personas que acusaban de ser malas habían impedido que acaba con su vida y la sacaron de semejante depresión.
Realmente no podía .
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Es doloroso aceptar que alguien te falle, y más cuando es una persona demasiado apreciable, pero de eso Vanessa se dió cuenta tarde, Ángela había dejado de luchar para que la regresarán con (quién ahora consideraba) su familia, aunque no si antes decirles a todos que los detestaba por tratarla como un trapo, llevándola a todos lados y descuidando la tanto.
La joven madre ahora quería acercarse a su hija pero está la ignoraba, al igual que a sus abuelos, apartir de esos días Ángela se la pasaba todo el día ( o la mayoría) con su móvil, solo despegando se de este para comer.
El comportamiento que estaba tomando estaba desesperando a la madre, quien ya no sabía que hacer