Prólogo

— ¡Abuelita! ¡Abuelita!

Una pequeña niña de aproximadamente diez años corría por la casa de su abuela luego de encontrar un tesoro de antaño.

—Ha Neun. —La anciana mujer hablaba lentamente. —No grites, pequeña.

—Encontré un libro muy misterioso, abuelita.

La pequeña niña le entregó el libro, trayendo miles de recuerdos en la anciana. Sus secretos, sus sentimientos, todo estaba en ese objeto.

Observó con añoranza la portada viendo las palabras recortadas de periódicos viejos formando la oración; «El Diario de Yerin». Una sonrisa rápidamente se dibujó en sus labios, bajo la mirada hacía un escrito diminuto con marcador negro que decía; «Si no eres Yerin, no me toques».

Pasó sus manos por la tapa del libro, tocando y recordando todo lo que había pasado con este, era mucha nostalgia para aquel día.

—Abuelita, ¿Sabes dónde está la llave?

La pequeña se refería al candado que cerraba toda accesibilidad a leer aquel contenido misterioso.

— ¿Me ayudas a pararme?

— ¿Buscaremos la llave?

—Estamos en una misión; encontrar la llave.

La pequeña dio giros y aplaudió tres veces seguidas celebrando el acontecimiento, sin duda, visitar a su abuela ese fin de semana había sido la mejor decisión de su vida.

Ambas mujeres llegaron al cuarto de la abuela, está se dirigió a su armario y entre vestidos sacó un pequeño cofre dorado. Lo abrió observando algunos aretes y alguna que otra pulsera; levanto entre todo una llave oxidada.

— ¡La llave! —Dijo emocionada la pequeña.

Yerin tomó aquel diario entre sus manos, paso la yema de sus pulgares por los bordes. Cuánto tiempo había pasado. Tomó el candado junto a la llave, lo introdujo y un pequeño sonido metálico como consecuencia se produjo.

El candado se había abierto.

La niña rápidamente quitó el diario de las manos de su abuela, abriéndolo y observando el contenido de este.

—Este era tu diario, ¿No abuela?

—Sí, pequeña. En mi adolescencia me regalaron este diario y enloquecí por escribir todo mí día a día. Fue emocionante en su momento.

─ «Querido diario, hoy almorcé ramen y saqué un buen promedio en sociales» - Leyó en voz alta la pequeña - Es aburrido, abuela.

— Ven, siéntate conmigo —Yerin palmeó su costado de la cama, la pequeña obedeció sentándose a su lado y devolviendo el diario a las manos de su dueña —A la mitad de este diario escribí algo un tanto divertido.

— ¿Cómo peleaste con los dinosaurios?

—No, pequeña. —Yerin se fue a las ultimas hojas del diario, observando el título —Treinta días.

— ¿Treinta días? ¿De qué se trata eso, abuela?

—A mis diecinueve años terminé una relación de dos años, porque ya no sentía lo mismo por aquella persona. Pero no se rindió y me dijo que le diera treinta días para recuperarme.

—Eso suena asombroso, abuela.

—No lo era, porque ya estaba con otra persona.

— ¿Terminaste con tu novio para salir con otro? —La expresión de Ha Neun era de asombro, no pensó que su abuela tendría un pasado tan extrovertido.

—Digamos que sí.

—Eso estuvo mal, abuela.

—Lo sé. ¿Quieres qué te narre los treinta días o prefieres leerlo sola?

—Quiero escucharlo de tus labios.

—Está bien, si es así... Acompáñame a hacer café y galletas para estar más cómodas.

Esta historia fue escrita originalmente en Wattpad y Booknet, si la estás leyendo en otra plataforma es posible que seas víctima de un virus o un malware. Así que te aconsejo que salgas inmediatamente de dónde lo lees, ya que tu dispositivo se está llenando de virus.

Si quieres saber más de esta historia, te invito a visitar mis perfiles donde se encuentran legalmente las historias.

Wattpad: https://www.wattpad.com/user/SinRin_Shipper

Booknet: https://booknet.com/es/sinrinshipper-u5167347

Esta historia está registrada legalmente en Safe Creative y patentada legalmente, si lo estás leyendo en otra plataforma que no sea Wattpad y Booknet, estás siendo cómplice de un delito.