Decimoquinto día: ¡Hagamos un pastel!

Hace unas horas Sojung y Eunha se habían ido del departamento de Sinb, fue una agradable despedida teniendo en cuenta que ya no había la tensión entre Yerin y Sojung.

Desde la reconciliación de Yerin con Sowon, ambas no pudieron parar de abrazarse. 

Su situación fue muy difícil antes, ya que después de que Yerin y Sinb terminaron, Sowon defendió con garras a su amiga. Lamentablemente, esto solo llevo a que Yerin y Sowon se dijeran palabras de fuego y así terminando su amistad. Cosa que ahora se pudo arreglar.

─No ha pasado ni un día y no paran de enviarse mensajes. ─Eunbi se acomodó junto a Yerin en la cama, esta estaba riendo mientras tecleaba en su móvil. 

─Tenemos mucho de qué ponernos al día. La extrañaba mucho y juro no volver a molestarla.

─Pueden acordar para que salgan algún día. Ahora estás aquí conmigo y tengo muchas ganas de besarte. ─Sinb se acercó a los labios de Yerin queriendo besarla pero fue evadida. ─ ¿No me vas a besar?

─Estoy hablando con Sojung, no molestes. 

─Nunca había sentido tantos celos por mi amiga. En fin, al menos quiero dormir un poco contigo. ─Sinb se acurrucó abrazando a Yerin por la cintura. 

─Duerme, linda. 

Mediante los minutos pasaban, Sinb fue conciliando el sueño gracias al calor brindado por Yerin. Ese era uno de los momentos que tanto amaba: dormir junto a su amada. 

Yerin por su parte había dejado de mensajear con Sojung, ya que esta le había dicho que Eunha también se quejaba de su falta de atención, así que decidió prender la TV y mirar Netflix mientras daba leves caricias a su mujer para que duerma mejor.

Mediante miraba la serie, sus ojos caían rendidos y las caricias a Sinb cada vez se hacían más escazas. Sin querer terminó a su lado y entró al mundo de los sueños.

Dos horas después, Yerin se levantó frotando sus ojos. 

Sinb por su parte, estaba en la oficina de la empresa. La habían llamado de último momento para terminar unos acuerdos y no quiso despertar a Yerin, así que solo le dejó un mensaje en su celular.

El primer lugar al que se dirigió Yerin para buscar a Sinb fue a la cocina. Recordaba que antes, cuando vivían juntas, a Sinb le daba ganas de comer a media noche o en pleno sueño matutino. Su mujer era un misterio total, pero así la amaba.

Al no encontrarla decidió llamarla, pero las dudas sobre el paradero de Sinb se fueron en cuanto vio el mensaje en su móvil.

Sinb ♥

Linda, me llamaron de improviso en la empresa. 
Te lo recompensaré.
Te amo.

√Visto [3:56 PM]

Sin prisas, se dispuso a pedir una pizza a domicilio pero aquella idea quedo descartada en cuanto vio una foto de un pastel en su móvil.

Quería pastel e iba a hacer un pastel.

Revisó la despensa buscando los ingredientes y faltaban algunos, así que decidió salir y comprar.

Se vistió y tomó las llaves del departamento, Angkko en cuanto la vio quiso salir junto a ella y a los ojos de Yerin se veía demasiado tierna la escena, así que no dudó en querer sacarla a pasear.

Diez minutos después, entre buscar su correa y ponérsela, se dirigió al supermercado y agradeció de corazón que la dejaran entrar con Angkko.

Buscó los ingredientes que le faltaban y los compró. Antes de regresar al departamento, se pasó al parque para soltar a Angkko un rato mientras terminaba su helado.

En el lugar, Angkko era la más feliz corriendo de un lugar a otro. Después de media hora, regresaron al departamento y Yerin se dispuso a hacer el pastel.

Había decidido hacer pastel de chantillí con masa de chocolate.

Paso dos horas entre preparando el pastel, ponerlo en el horno, decorarlo y limpiar el desorden que había hecho junto a Angkko que se dedicó a esparcir la harina por todo el piso. 

Cuando el pastel estuvo listo recibió un mensaje de Sinb indicándole que en diez minutos iba a llegar ya que la junta se le hizo larga.

Yerin con la suerte que llevaba cortó dos pedazos del pastel y acomodó la mesa para cuando viniera Sinb y así compartir un momento juntas.

Sinb llegó en el momento exacto, entrando y topándose con la sorpresa del pastel.

─Aún no es mi cumpleaños. ─Sinb igual se sentó en el comedor esperando a que Yerin le diera su parte y se sentara junto a ella.

─Lo sé, se me antojó hacer un pastel en la tarde y aquí está. Además no es necesario que sea el cumpleaños de alguien para comer algún dulce.

─Tienes razón, probemos esta delicia. ─Sinb metió la primera cucharada a su boca dándose un deleite culinario. Yerin no había perdido su toque en la cocina. ─Esto está delicioso, no has cambiado en nada. ─Se metió otro bocado a la boca. ─Es más, has mejorado mucho más. Realmente no te pienso perder nunca más en mi vida.

─Me sonrojas. ─Yerin ya se encontraba con el rostro rojo.

─Es la verdad, preciosa. Este plato está delicioso y re afirmo que todo lo que preparas en la cocina es una delicia. 

Yerin aún sonrojada trató de evitar el comentario de Sinb comiendo un pedazo de pastel que sin darse cuenta cayo en su mejilla.

─Tonta como siempre. ─Sinb tomó una servilleta y se acercó para limpiar su mejilla, sin darse cuenta que al acercarse se manchó el brazo con la crema. 

─Ahora quién es la tonta. ─Yerin sonrió triunfante pero no se dio cuenta que Sinb tomó un poco de crema y se lo echó en su brazo igual. 

Ambas se miraron con ojos desafiantes a sabiendas de lo que acababan de comenzar. 

Sinb se separó de Yerin tomando una buena ración de pastel preparándose para el combate y Yerin hizo igual. Sin darse cuenta, ambas comenzaron a ensuciarse con crema por todos lados. Angkko feliz de la vida probaba las partes que caían al piso. 

Ambas mujeres como si fueran niñas corrían de un lado a otro por todo el departamento con pastel en sus manos y el cuerpo lleno de crema. Quizás el único ser que disfrutaba de ello era Angkko que corría detrás de ellas comiendo todo.