SECRETO #1
—Detente. —Le pido con lágrimas en los ojos.
Mi cuerpo entero tiembla, esto es peor que las pesadillas con los monstruos de cuatro cabezas.
Él se acerca a mí y me cubre la boca con su mano sudorosa. Sus ojos están rojos, ahora entiendo que es probable que estuviera drogado pero en ese entonces, no sabía porque solo me parecía un demonio sacado de esas películas que pasan muy tarde en la televisión.
Siento que no puedo respirar y no puedo dejar de llorar. Quisiera que alguien entrara y me alejara de él.
Con la otra mano frenéticamente se desabrocha el pantalón y niego. No quiero hacerlo. No quiero. No quiero. No quiero. Tengo miedo. Quiero que me rescaten. Por favor.
En ese momento, alguien abre la puerta.
— ¿Qué rayos estás haciendo?
Yo caigo al suelo.