SECRETO #2
La silla es demasiado grande para mi cuerpo, la mujer me mira con su traje oscuro y unas hojas en las manos. Yo siento frío pero no tengo un suéter para ponerme.
Mi corazón está latiendo con miedo, volteo a la puerta cuando escucho pasos. No quiero que entre a este lugar, no quiero que vuelva a hacer lo que hizo.
¿Dónde está? ¿Volverá?
Muevo mis piernas rápidamente, no sé porque lo hago pero solo o hago. Intento contar los cuadros en el techo, dejo de contar cuando llego a diez. No puedo pensar bien, tal vez ni siquiera sé contar más que diez números.
—Empecemos —sonríe.
Bajo la mirada, no sé qué quiere de mí.
—Bien —toma unos osos de felpa y los coloca frente a mí—. ¿Lo quieres nombrar?
Ella mira hacia una ventana grande, ¿O es un espejo? Parece un espejo, no creo que sea una ventana, si fuera una ventana se verían pájaros y mariposas pero no hay nada ahí.
Ella coloca el oso frente a mí y lo tomo, levanto el muñeco y parece enojado. Parece malvado así que lo tiro contra la pared de la habitación y doblo mis piernas.
Cierro los ojos.