Al atravesar la puerta, la luz poco a poco se apagaría, para después prenderse y dejar ver el pasillo de un hospital, ahí se encontraba sentado un joven de 26 años, esperando con los brazos cruzados, el joven tenía un rostro de preocupación, después de unos cuantos momentos el llanto de un bebe se oía atreves de una puerta, el joven con entusiasmo se levantó del asiento, un enfermero con una sonrisa de felicidad salió de un cuarto y dijo.
-felicidades señor
El joven se metió al cuarto, veto lo siguió y una vez adentro vio el hermoso cuarto de hospital una gran ventana que daba vista a la gran ciudad, un sofá junto a una mesa, un televisor que estaba pegado a la pared, todo perfectamente limpio y con una gran iluminación, la brisa del ventilador y el olor a flores. Pero lo que más le llamo la atención fue ver. Como el joven cargaba un bebe entre sus brazos. Con las lágrimas recorriendo sus mejilla y una sonrisa de felicidad, a su lado una joven hermosa. De cabello largo y castaño y un copete que cubría su frente, ojos grandes cafés claro, labios y nariz fina al igual que su rostro delgado, se encontraba recostada sobre una cama, el joven miro a la mujer y se dieron un beso apasionado, el enfermero preguntaría con felicidad.
-¿ya saben como llamarlo?
-sí, será Roberto
Cuando la joven acabo de decir estas palabras. Todos a excepción de veto se quedarían estáticos nadie se movería ni respiraría, el lugar poco a poco cambio de un color vivo y alegre a un color depresivo a blanco y negro, veto agacho la cabeza y las pocas lagrimas caerían al suelo.
Las lágrimas de veto crearían una puerta enfrente de él, se limpiaría las lágrimas con sus manos y a atravesaría la puerta, una vez adentro se encontraría en una habitación pequeña y vacía con las paredes en blanco, ahí mismo la pareja entraría cargando botes de pintura, mientras que al pequeño veto lo tendrían en una carriola, la pareja se miraría y darían un gran suspiro. Para después empezar a pintar y decorar entre los dos, al final las paredes cambiarían a un color morado, con estrellas, biberones, y caritas de bebes adornado las paredes, poco a poco el lugar se llenaría de una cuna, una mesita, un sofá, una alfombra de pista de carros, y una lámpara con varias figuras de ositos colgando.
Pasaría el tiempo y el pequeño veto crecería, dando sus primeros pasos, sus primeras palabras, sus primeros juegos, también vería como la joven le daba de comer, le cambiaba el pañal, lo bañaba y lo cambiaba, hasta como salían a comprar a la tienda o a pasear al parque, la gran mayoría de estos recuerdos estaba el joven siempre con gran felicidad. Veto al ver todo estos recuerdos lloraría, en el momento en el que las lágrimas caerían al suelo, los recuerdos cambiarían a blanco y negro. Para después aparecer otra puerta, al cruzarla aparecería en una oficina. Ahí se encontraría el joven sentado flotándose la frente con su mano, al poco tiempo el jefe con varios folders entraría para gritarle y ambientarles varios papeles en el escritorio, el jefe se marcharía azotando la puerta y el joven se levantaría con las manos en los bolsillos y la cabeza agachada. Pero al ver la foto de su amada y de su hijo (veto) se alegraría, se volvería sentar y empezaría a organizar los papeles, el teléfono sonaría y el joven contestaría pondría una cara de felicidad y saldría corriendo de la oficina, la oficina cambiaría al cuarto del hospital solo que esta vez el joven estaría sentado en el sofá con los ojos tapados, la joven recostada en la cama pero sin ni un bebe, la joven le tocaría la mano, el joven al sentir su frágil mano se destaparía los ojos, los 2 se verían y sonreirían, llegaría el enfermero a entregarles a su bebe, los 2 lo verían y se alegrarían pero no como la primera vez, pues este bebe tenía un severo retraso mental. Los años pasarían y su pequeño hermano tendría problemas para hablar, comer, caminar, etc. Fue por esta razón que ya no tenían tiempo para veto, su madre le dedicaba casi todo el día, mientras que su padre estaba con su hermano con el poco tiempo que tenía, fue en una ocasión donde veto sabía que la atención ya no era para él, veto llego muy emocionado del colegio y le mostro el dibujo de una familia a sus padres, mientras que su hermano había hecho varios rayones en una hoja, felicitaron más a su hermano y esto le dio muchos celos a veto, toda la atención era solo para su hermano, mientras que veto aprendía por su cuenta, una puerta más apareció y al cruzarla estaba de nuevo en la oficina el jefe entro de nuevo gritando pero esta vez para burlarse de su hijo retrasado mental, el joven cerraría los puños y se levantaría solo para golpear a su jefe en el suelo, sus demás compañeros los separarían, el jefe quedaría sangrado de la nariz y con un ojo morado, tumbado sobre el suelo, el padre le diría las malas noticias a su esposa, ella le tocaría la mejilla y lo besaría, veto se toparía con otra puerta y al cruzarla se encontraría con el trágico momento, mientras su madre vendía dulces en el parque y su padre buscaba un nuevo trabajo, veto aprovecharía para aventar a su hermano del tobogán, la noticia fue tan brutal para el padre y para la madre pues ella se lamentaba de lo ocurrido pero su esposo siempre la apoyo, pasaron unos cuantos meses y el resultado fue peor para veto pues ahora no tenían tiempo para él, el lugar cambiaria a la carretera donde su padre se encontraba conduciendo un auto viejo, su cara llena de tristeza, desesperado por no encontrar un trabajo y perder a su hijo, acabaría con su vida no sin antes escribir una carta a su amada, veto lograría recoger la carta entre los escombros, al ver a su padre muerto, sentiría un nudo en la garganta y rompería en llanto se tiraría al suelo de rodillas, se levantaría y daría un gran suspiro lamentándose por lo que había hecho, despidiéndose de su padre,
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Editado: 01.09.2019