Tthor Prayer y la paila de Orffelios

18- ecos

Una línea roja y delgada, desdibujada en el horizonte, era lo único que quedaba del sol, en aquel atardecer. La noche cerrada pronto acapararía  todo y los sonidos ululantes característicos de aquellas horas llegaban a los oídos de Tthor junto con el frío viento del mar.

Tthor sabía exactamente a dónde ir. Y también sabía que sería un viaje largo. Porque el camino más corto hacia el Monte Ri era ahora un campo de hielo intransitable.

Había oído que había otro camino: un sendero sinuoso, con piedras en punta diseminadas por todo el lugar, provenientes de la cima del propio Monte Ri, luego de su última erupción. Pues el Monte Ri era un volcán, aún en actividad. Animales venenosos y plantas desconocidas poblaban esa zona y nadie osaba pasar por allí, convirtiendo ese lugar en un sitio olvidado, que a penas figuraba en los mapas de la época.

Tthor se había enterado de ese camino una tarde, mientras ayudaba a Darius a cargar un par de kilos de carne podrida para alimentar al demonio del ático. Le dijo, mientras subían al rellano del tercer piso que era un muchacho con suerte pues en su “aventura” al Monte Ri, había contado con el camino despejado. Unos días más, le había asegurado el hombrecito, y ya no hubiese podido haber vuelto por él, ya que el agua de lluvia lo inundaba, provocando el desborde del lago cercano, y en una sola noche de helada, el camino quedaba cubierto por una delgada capa de hielo y con más de dos metros de agua fría debajo. 

-¡Nunca intentes atravesar ese camino, una vez que se haya congelado!- le había advertido Darius. 

- ¿Por qué no?- quiso saber Tthor mientras se lavaba las manos, refregándose con un cepillo en un cuenco lleno de agua y jabón, tratando de quitarse el olor a podrido.

- Porque ante la primera presión, la capa de hielo cede y te vas en picada. Te morirías congelado antes de que la última parte de tu cuerpo se terminara de mojar.

A Tthor le había parecido un poco exagerado y hasta alarmista aquel consejo. Pero no dejó de prometerle a Darius, cuando éste lo miró de forma bastante persistente, que no andaría por ese camino ni siquiera en un rapto de sonambulismo. ( Aunque no estaba muy seguro de si sería capaz de cumplir con la última parte de aquella promesa. Nunca había podido controlar sus pasos ni decidir conscientemente cuál camino tomar cuando estaba dormido.)

Y después de esa promesa, Darius le había hablado a Tthor sobre el otro camino. Pero no tuvo tiempo de arrancarle un segundo juramento al jovencito, ya que los Blumber lo llamaron de urgencia y la conversación había quedado interrumpida. Solo le había hecho hincapié en que allí moraban los peores peligros; poniendo énfasis en que muchos se habían perdido a causa de las “baldanders”. 

Tthor no había tenido tiempo de averiguar qué era exactamente una “baldander”, pero tampoco se animó en averiguar porque la mirada reacia de Darius le reforzó la intuición de que tenía que olvidarse del asunto.

Perdido en sus pensamientos, Tthor dejó atrás el camino empedrado que unía la abadía con el valle. Tomó una bifurcación, aún distraído, sin notar que alguien lo observaba con la cortina a penas descorrida de la ventana de la vieja casa del herrero.

Caminó a paso ligero, aferrado a su mochila, sin despegar su vista del frente, más de media hora.

A medida que avanzaba, el frío parecía calarle los huesos. Apretó los labios y aceleró el paso al recordar que Lee-Won estaría sintiendo también ese frío y que quizá, en la premura de planear su aventura, no había pensado en el duro clima de la noche.

Y entonces, cayó en la cuenta de que él también había iniciado aquella aventura sin pensar demasiado. Tenía ya la boca seca y no era necesario hurgar en su mochila. Sabía perfectamente que no se había hecho de ningún recipiente con agua. Tragó saliva y, en medio de pensamientos de auto-reproche, pensó en buscar el río que rodeaba Warghost, el cual descendía al valle y , seguramente, pasaba cerca de allí, pues era el camino más lógico.

-“Aunque lo lógico en Warghost no siempre es tan lógico”.- pensó Tthor, sacudiendo la cabeza.

Y siguiendo esa línea de pensamiento se frenó en seco. Y una sombra de preocupación cruzó su rostro pálido.

Tthor pensaba que Lee-Won treparía el Monte Ri, siguiendo los pasos de Noel y el propio Tthor, para ver a los grifos de cerca. Y también estaba convencido que, siendo conocedor de la geografía del lugar, eligiera el camino más difícil para llegar allí, ya que el otro camino estaba cubierto de hielo.

Tthor avanzó unos pasos más con ese razonamiento recorriendo su mente, pero se volvió a frenar en seco. Se mordió el labio y se subió el cierre de la campera hasta arriba. Miró hacia delante y analizó una vez más la situación. Tenía que tomar pronto una decisión pues frente a él, se alzaba la cara este del Monte Ri, a un par de kilómetros, aunque por un caprichoso engaño de la noche, el brillo del hielo y la luz nocturna hacían creer que podía llegarse a la base del volcán, dando solo unos pasos más.

Los alrededores estaban solitarios. Un grupo frondoso de abetos se alzaban hacia la izquierda; un campo abierto con algunas rocas desperdigadas por aquí y por allá se extendía hacia la derecha. Aquella era la entrada al camino prohibido. Tthor debía tomar una decisión. Si optaba por el camino de la izquierda, saldría, luego de atravesar la arboleda, hacia el camino congelado. Si elegía el otro sendero, no sabía qué peligros podrían esperarle allí.

Pero el miedo que le estaba trepando ya por las piernas como una planta rastrera no le impidió pensar que si se equivocaba, tendría que volver sobre sus pasos y todo ese tiempo perdido, era un riesgo que no podía permitirse. La vida de Lee-Won dependía, estaba seguro Tthor, de una correcta decisión suya. 

Sintió una fuerte presión en el pecho ante aquel pensamiento. No toleraría que le sucediera algo a su amigo. Hacía muy poco que lo conocía pero esos días habían sido suficientes como para que creciera entre ellos una auténtica amistad.



#6825 en Fantasía
#8161 en Otros
#993 en Aventura

En el texto hay: adolescentes lgbt, magia castillos, despertar sexual gay

Editado: 19.07.2024

Añadir a la biblioteca


Reportar




Uso de Cookies
Con el fin de proporcionar una mejor experiencia de usuario, recopilamos y utilizamos cookies. Si continúa navegando por nuestro sitio web, acepta la recopilación y el uso de cookies.