- Señor, averiguamos que la señorita Benavides, estuvo en el puesto de salud, pero le dieron de alta y se marchó con el joven que la llevó – informó Valencia, el guardaespaldas a Julio, él se quedó mirando la reacción de su jefe.
- sabes, ¿a dónde se fueron? Preguntó con el ceño fruncido.
- No, Señor, pero ya la estamos rastreando, con la fotografía que usted nos proporcionó. Sólo es cuestión de horas, para encontrarla – vio que su jefe asintió, pero seguía con la mirada fría y enojada.
- bien. Me avisan cualquier cosa que sepan – se dirigió a su auto y le dijo: voy a estar en la casa de mis padres – y se marchó.
Cuando llega a la casa paterna, estaciona al lado del coche de su papá, lo cierra y le pone el seguro, camina hacia la reja del jardín y entra cerrándola, saca la llave de la casa y entra llamando a su mamá; ella le contesta desde la cocina; se dirige hacia allá y la ve con una cuchara revolviendo algo en la estufa.
- Hola, mami – se acerca para darle un beso en la mejilla y abrazarla - ¿Cómo está?
- ¡Julio, hijo! ¡qué bueno verte! – ella le devuelve el beso y el abrazo. Julio se acerca a la estufa y aspira
- ummm, ¡qué rico! Me hace falta tu comida – y sonríe al ver la expresión de la señora Yolanda.
- ¿Sólo te hace falta mi comida? Vaya, pensé te hacía falta yo – hace un mohín y se coloca una mano en el pecho, como si estuviera ofendida y dolida.
. ¡ay, mami! Claro que me hace falta, la amo con toda el alma – la vuelve abrazar y se carcajea cuando ella le da un puño de mentira en el hombro.
- bueno, ¿Qué es lo que está pasando aquí? – preguntó el señor Joaquín, en el momento que entraba a la cocina - ¿Cuál es la pelea entre ustedes?, ¿eh?
- estamos bromeando, papá – dijo Julio sonriendo y caminó hacia él para saludarlo con un fuerte abrazo.
- ¿Cómo va todo? ¿ya encontraste a Ana? – preguntó el señor Joaquín con una mirada muy curiosa.
- nada, papá – contesta – estoy muy preocupado y desesperado, creo que no puedo concentrarme en ella o en el bebé
- es que estás bloqueados – le dijo él – y eso se debe, por lo que te hizo esa novia que tenías y también por tus celos, dudas y desconfianzas hacía Ana.
- ¿y qué debo hacer, papá? Ya no sé qué hacer con todo esto – respondió Julio ya con los ojos aguados, la señora Yolanda lo abraza y coloca una mano en su cabeza.
- vamos a recuperarla, hijo. Ya verás – le dijo y miró a su esposo – amor, ¿por qué no le ayudamos a liberar el bloqueo hasta que llegue el abuelo?
- ¿Cómo que el abuelo viene? – preguntó Julio asombrado. Es el padre del señor Joaquín
- ¡claro que sí! – responde el señor Joaquín – tendremos una reunión familiar. Deben estar todos para realizar el estudio de cada uno de ustedes – respondió dirigiéndose a la puerta de la cocina - vamos al salón – se levantan y salen de la cocina para dirigirse al salón, es una habitación amplia con poca luminosidad, ya que la utilizan sólo para sus reuniones – siéntate en el círculo amarillo – en toda la superficie del piso, hay dibujado varios círculos de diferentes colores. Julio se sienta dentro del círculo que le dijo su padre y se cruza de piernas – cierra los ojos y pon la mente en blanco. El señor Joaquín y la señora Yolanda se ubican una delante de Julio y el otro en la parte de atrás. Colocan sus manos encima de la cabeza de su hijo sin tocarlo y comienzan a decir unas palabras, de sus manos se desprende una luz que cubre la cabeza y todo el cuerpo de Julio, haciendo que éste, se torne un poco transparente.
Esta acción, es solo para que él se despeje y logre visualizar y sentir a sus hijos y prepararlo para hacer la búsqueda con sus hermanos por telepatía creando como un link que los une.
- mami, pero apenas son las ocho de la mañana, Fer debe estar dormida y cansada por el viaje a Cancún – dijo Julio a la señora Yolanda
- si la llamas, ella te escuchará y te ayudará – le sonrió ella – confía en ella, pues te ama mucho – le tocó una mejilla y le dio un beso, luego salió de la habitación junto a su esposo.
Julio visualizó primero a su hermano Andrés y en seguida obtuvo respuesta, que ya está llegando a la casa y que también había visto a Federico, que estaba entrando, solo faltaban Sofi y Fer. Visualizó a Sofi y la encontró dormida, la llamó, inconscientemente le contestó y le respondió que ya bajaba. Ahora es el turno de Fer. Julio solo pensaba en comunicarse con ella, ya que es muy malgeniada y más, si le interrumpía su luna de miel, pero “a mal tiempo, hay que poner buena cara” así que se conectó con ella mentalmente. “Fer, princesa, necesito tu ayuda. ¡por favor! ¡te lo suplico!
- ¿qué pasa, Julio? ¿Por qué me llamas? ¿qué ha pasado? – responde ella adormilada.
- cariño, perdona por molestarte, pero necesito tu ayuda – fueron las palabras de él – solo es un momento, ¿vale?
- vale, pero ¿sabes que estoy en mi noche de bodas, mejor dicho, en mi primera mañana de boda. ¿verdad? – le dijo un poco molesta
- ¡claro que sí, princesa! Pero es ¡urgente! Además – hizo una pausa y dijo – todos están aquí, para facilitar la ayuda.