Prólogo

Prologo

Gregory

Después de terminar con toda la maldita farsa para eliminar a los traidores y espías, la carga que estaba en mis hombros empezó a aligerarse, aún hay cosas que arreglar y limpiar,  como segundo al mando me siento cada vez con más responsabilidades, y ahora que Antón tiene a Alice siento que le está dando más prioridad a su relación.

Su relación, aun se me hace raro ver como mi hermano encontró alguien por el que es un completo cachorro y no el monstruo que sé que puede llegar ser, entre monstruos nos reconocemos y sé que él está igual de jodido que yo, pero verlo aquí tomar un desayuno tranquilamente con su novia y sus amigos se me es muy surreal.  Pero estoy feliz por él.

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—Yo también tengo que ir a ver a una gatita traviesa que anda molestando. — digo cuando termine mi desayuno y me fui sin decir nada más, pero pude notar su mirada y más la de Alice, Antón ya sabe a qué me refiero.

Hace unos días empecé a notar que alguien me seguía, en un principio pensé que eran hombres de Berlusconi, pero por lo torpe de su seguimiento, supe que no podían ser ellos.

No tarde mucho en darme cuenta que era una mujer, una mujer que fue fácilmente de rastrear.

Es una jodida periodista, en el pasado tanto Antón como yo hemos tenido periodistas que nos siguen, ya que a pesar de la empresa legar que tenemos, siempre hay rumores de que somos mafiosos, mucha gente nos tiene miedo por ese hecho, pero nunca han podido sacar nada a la luz, pero es molesto, y ya tenían tiempo que no lo intentaban.

Hasta Mina Clause, esta mujer tiene algo que me provoca algo diferente a las otras veces, con los demás no quería que ni me tomaran una foto borrosa y con ella… demonios… con ella hasta he posado cuando me doy cuenta que esta por tomarme un foto. Algo dentro de mí quiere que ella tome esa maldita foto y la pueda ver después.

Claro no soy imprudente cuando son cosas verdaderamente comprometedoras, la pierdo, no es tan difícil. El pensamiento de lo fácil que es perderla y de cómo se ha de frustrar hacen que sonría para mí. Apuesto mi cabeza que esta estacionada en la carretera cerca del camino a la entrada de la mansión, ¿Quien en su sano juicio piensa que ese es un método de sigilo?, ella.

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