-¿Qué pasa con mi hermano? Pero ahora de verdad porque los he visto abrazados, besándose en el club, lo del cine y ya sé que fue él el que te mandaba las rosas.
Sonó el timbre antes de que pudo responder.
Una rosa roja entró por la puerta cuando la abrió:
-Para la dueña de mi corazón - dijo Óscar.
Entro sonriendo y listo para recibir su beso.
-Óscar.
La sonrisa de Óscar se borró al escuchar la voz de su hermana.
-Klarrisa, ¿Qué haces aquí? - la pregunto, sorprendido.
-Eso yo debería preguntarte a ti, porque esta es casa de mi amiga. ¿Y tú que haces aquí?
-Supongo que tu hermano podría contestarte la pregunta que me hiciste - le dijo.
Óscar la miraba sin entender mientras Klarrisa esperaba su respuesta. En fin fue ella misma que dio el paso adelante, tomo a Óscar de la mano y le dijo:
-Estamos juntos. Me rendí - agrego, esperando la respuesta.
Óscar la miro sonriendo, relajado y entonces Klarrisa hablo:
-Soy feliz por ustedes - dijo levantándose. - No me lo esperaba, pero soy feliz - agrego tomándolos de la mano.
Cuando se sentaron ya más tranquilos, pregunto:
-¿Quién más sabe?
-Por el momento eres única - respondió.
-Y Flavio - añadió Óscar. - Solo los mejores amigos - le explico cuando vio que lo estaba mirando.
-Sigo sin poder creer que Ingrid y tú... - dijo entusiasmada Klarrisa, mientras caminaban por el pasillo de la administración del hotel.
-Ya lo ves, por fin lo logré - dijo orgulloso.
-Podríamos salir los cuatro un día, como parejas esta vez - propuso.
-Veré con Ingrid - respondió. - No más te digo, no te ilusiones, que yo soy un novio muy obediente y no haré nada para perderla - la advirtió.
Papá se les cruzó en el camino.
-¿Tú e Ingrid son novios? - pregunta más que sorprendido.
-Sí. ¿Qué tiene? - lo pregunto al verlo reaccionar así.
-Nada, solo me sorprende.
-Que te quede claro que no voy a permitir que se interfieran en mi relación - hostilmente lo advirtió.
-Ni lo pretendía hacer - contesta, sorprendido por su actitud.
Asintiendo, agrego:
-Ahora que aclaramos eso, voy a trabajar. Con permiso - dijo, pasando hacia la oficina.
-Me siento con el peor padre. Cuando me dejaron en el pasillo no te puedo describir lo que sentí, era un sentimiento horrible. Esa no es la relación que espere tener con ellos.
-Siempre la puedes remediar - le dijo Eva.
-No sé cómo, Eva. Envidio la tuya con Ingrid, no obstante sé que nunca la podría conseguir.
-No hables así - dijo tomándolo de la mano. - Todo se puede remediar, habla con ellos, eso es todo que tienes que hacer.
-Es tarde. Son fríos conmigo, deberías haber visto la cara que puso Klarrisa cuando la pregunte ¿como esta y si todo está bien? Óscar de inmediato me advirtió que no permitirá que interfiera en su relación.
-Son buenos muchachos, te entenderán.
-No - dijo triste y seguro, negando con la cabeza. - Hablando de la relación de Óscar, ¿Tú qué piensas? - la pregunto, dejando de lamentarse.
-¿Qué quieres que te diga? A mí no me preguntaron.
-Yo te pregunto.
-Mira - comenzó, deteniéndose. - No sé. En una mano sucedió lo que yo nunca creí que sucederá. Óscar es un muchacho bueno y lo conozco. En otra ya sabes... en fin no quiero meterme.
-Entonces espero que no lo sepan. Comparto tu opinión, pero también sé que cuando Sandra se entera nos necesitaran...
-Gamelia, querida - la saludo con los brazos abiertos.
-Hola, amiga - le devolvió el saludo con el mismo entusiasmo.
-Ven, ven, siéntate.
-¿Cómo has estado? - pregunto Gamelia con atención, poniéndole la mano sobre la suya.
-Bien, cuanto puedo con la rebeldía de Klarrisa - contesto sin esconder la verdad.
-¡Ay! Los dolores de cabeza que provocan los hijos.
-Sí, sí, amiga.
-¿Tienes en planes alguna fiestita en hotel?
-No. Ahora tenemos demasiadas reservaciones. ¿Por qué?
-Es que vino mi sobrina Henrica y pensé llevarla.
-Henrica, la chiquita que vive en extranjero.
-Sí. Vino de visita.
-Hm - dijo, perdiéndose en pensamientos.
-¿Qué confabulas? - la pregunto con la sonrisa.
-Que podríamos juntarla con mi Óscar.
-¡Ah! - suspiro. - Que buena idea, me encanta. Seriamos familia.