Fin del ciclo II.
Sábado 18 de octubre de 2014.
Andy.
No vuelvo a ver a mis amigos cuando me alejo de ahí.
Era obvio que Travis iba a tratar de acercarse a ella o cualquiera de mis amigos o conocidos de la Inverness High School. No es que Travis o mis amigos no fueran leales conmigo, es que siempre he aparentado muy bien. Charlotte es la única observadora que sabe si algo me gusta o disgusta, algo va bien o algo va mal. Tampoco soy territorial y busco problemas aunque la situación me enferme.
Alai es tan bonita, tan sexy, tan interesante… que lo mas seguro es que valga la pena los riesgos que tome.
Saludo a unos cuantos ex compañeros y me detengo a hablar con otros que me han conocido desde el kindergarten. No me entretengo nada mientras busco las bebidas de las chicas y las mías, también tomo tres bolsas de Mackie’s Haggis grandes.
La bebida de Alai me da mucha pena. El padre de Charlotte tiene una reserva de licores que ella esconde cada vez que hace una fiesta, pero nosotros sus amigos sabemos dónde está; el asunto es que, nadie compra ron para una fiesta de adolescentes. Nadie. Tuve que sacar un ron importado de más de mil dólares y mezclarlo con una cola.
Salgo de la sala de estar y me voy al jardín pasando por el pasillo lleno de personas que entran y salen de la casa.
Observo a Alai riendo con Charlotte de algo que ella parloteaba y hacía muchas caras para expresarse.
Quiero que se divierta conmigo de esa manera.
A pesar de que Travis la está viendo con hambre mientras se fuma un porro, y que probablemente la comparta esta noche, aun así no me arrepiento. Pude hablar con ella por primera vez y escuchar su melódica voz. Puedo seguir conociéndola en lo que resta de la noche, y también ayude a que se divirtiera.
En la escuela veía como se paseaba por los pasillos con su amigo con cara de pocos amigos y siempre se miraba perdida, aburrida. Como si ella no encajara en el lugar. Ni yo encajo en ese lugar. Como si estuviera conteniendo algo y su amigo no era consciente de eso.
Había escuchado de Christopher Bar entre las clases. Es un chico alto de cabello castaño que lleva un piercing en el tabique de la nariz, o por lo menos eso es lo que se miraba, ya que no nos dejaban portar piercing o cabellos de colores. Todo muy conservado.
Chris como muchos lo llamaban, es el hijo de una ex modelo americana que se exilió en las Highlands y del mundo de la farándula para vivir una vida menos tóxica.
Se dice que todas las chicas del Inverness Royal Academy le han chupado la polla y no ha salido con ninguna de ellas a ningún lugar. Es una persona de secretos y que Alai es la única que los sabe, y que no le afectan tanto porque nunca se separan en la escuela.
Todos dicen que Alai está secretamente enamorada de Chris, pero yo he visto el comportamiento que tienen los dos y estoy casi seguro que no es así. Otros dicen que han visto a Chris entrar a la casa de Alai para tener sexo con ella, pero al día siguiente una chica llamada Poppy le chupó la polla detrás de un árbol en la escuela.
Hay tantos rumores sobre Chris, que es difícil decir cuál es cierto y cuál es verdad. Pero estoy muy seguro que nada tiene que ver con Alai, y que ella misma no está muy conforme con lo que sucede.
Me alegro haberle presentado a mis amigos porque esta Alai es muy diferente a la Alai que veo en los pasillos de la escuela.
Charlotte cuando me ve caminar hacia ellos me señala.
—Cuentale a Alai como vomitaste sobre muchas personas cuando te subiste a la noria de Stirling.
Ruedo los ojos a su dirección y me siento junto a Alai. Le doy las bebidas a Luna y Alai, y dejo las bolsas en la mesa.
—Noria y borracho, mal plan —comenta Caroline desde atrás de mi.
Caroline había estado todo el día trabajando en un cómic con un amigo de ella y por eso no se había organizado con nosotros.
Mi amiga era fan de todo lo artístico. Fotografía, hacer cortometrajes, dibujos y maquillaje artistico sobre todo. Era la persona más talentosa con respecto al maquillaje de fantasía que haya visto. Tiene tantos seguidores en Instagram y una vez viajó a Estocolmo para una competencia. Cada creación que hacía tenía una historia y su propia personalidad, como si cada personaje existiera de verdad. Era muy loco porque todo lo que Caroline hace es creepy. Una vez le pregunté sobre sus personajes y me dijo que los sueña de vez en cuando. Yo me mato si alguno de ellos se aparece en mis sueños.
Toma asiento a la par de Luna y sonríe a las nuevas.
Le hago una mirada avisando sobre Alai. Ella es igual que Charlotte, sabe leerme muy bien.
Me levanta una ceja morena y se que tiene interés ahora.
Soy un chico de pocas novias, de gustos muy altos.
Con una sonrisa traviesa vuelve a ver a Luna.
—¿Cómo te llamas? —se aparta un mechón de su cabello color lavanda y lo pone detrás de su oreja.