Se regañó por el rumbo que tomaba su imaginación. Decidió concentrarse en instalarse en el cuarto y guardo en el armario sus pertenencias. Estaba terminando de acomodar su ropa cundo sintió que la llamaban a la puerta. Pensó que sería Lucy para preguntarle sobre su habitación. Pero al abrir encontró a Shay.
-Hola –dijo Shay sonriendo.
-Hola – dijo ella algo intimidada.
-¿Dime como te siente en esta habitación? ¿Te gusta? –pregunto entrando. Emily se sentía nerviosa con ella allí, pero no podía impedirle que entrara en las habitaciones de su propia casa.
-Sí, gracia es hermosa –dijo ella.
-Me alegro –dijo Shay.
Se miraron a los ojos durante unos instantes y a Emily le parecieron que repentinamente la temperatura del ambiente había subido.
-Gracias por ir a casa. Gracias por inventarnos aquí. Para Lucy y para mi padre esto es muy importante –dijo ella para romper el tenso silencio.
-Para mi madre y para tu padre –dijo Shay. -¿y para ti? ¿Qué significa esto para ti?
Emily se movió algo incomoda. De súbitos su mente viajo a lo que había pasado la noche anterior. Pero debía olvidar lo, tenía que olvidar lo.
-Eso… no es lo que realmente importa –dijo ella alejándose un poco de Shay dándole la espalda para ocultar su rostro y que Shay no notara lo que le hacía sentir.
-¿Por qué insiste en que no importa? –pregunto Shay siguiéndola, tomándola por el brazo y obligándola a mirarla como la primera noche. –insiste en escarbar en el pasado, pero te niega admitir la atracción entre nosotras.
-¡Suéltame! –dijo logrando liberarse. La miro a los ojos para seguir. –no sé de qué atracción hablas.
-Claro que sí. No lo niegue. El fantástico beso de anoche me dijo que no soy indiferente.
Emily sintió enrojecer.
-Te equivoca el beso de ayer no significo nada –mintió.
En un solo movimiento, Shay la atrapo en sus brazos.
-Quizás este signifique algo –dijo Shay ante de besarla.
La boca de Shay asalto sensualmente la de ella. Primero rozo sus labios con los de Emily, después los mordisqueo y finalmente introdujo su lengua dentro de la húmeda cavidad para acariciarla. Los brazos de Shay la mantenían presionada, sosteniéndola contra su musculo y cálido cuerpo. Extrañamente, Emily no quería escapar de esa presión.
De nuevo el fuego líquido recorría su cuerpo femenino y la lengua de fuego lambieron sus pechos, su vientre. No pudo evitar de volver el beso de la misma manera, con la misma pasión. Una sensación de anhelo se posó en su cuerpo; necesitaba algo, quería más.
Las manos de Shay comenzaron un atrevido viaje hacia sus senos. Por encima de la blusa los acaricio y pellizco sus pezones haciendo que el ardor en el cuerpo de la joven aumentara.
-Es esto lo que hay entre nosotras, Emily –dijo ella con voz ronca besando el cuello del cisne. –te dese en el pasado y te deseo ahora, quizás con más intensidad al ver que respondes del mismo modo apasionado.
-No –susurro ella.
-Sí, claro que si –dijo Shay ante de volver a tomar su boca en un beso todavía más sensual. –eres tan sexy, tan hermosa, tan apasionada y me desea tanto como yo a ti.
Shay la tomo en sus brazos y en menos de dos zancadas tuvo juntos a la cama donde la deposito con ternura antes de seguirla y tumbarse suavemente sobre ella para continuar besándola.
Emily se sintió en el cielo al percibir el peso de Shay sobre ella, y las sensaciones la embriagaron cuando Shay presiono la parte baja de su cuerpo, haciéndola sentir su erección y comenzándose a mover sensualmente sobre ella.
-No puedes negar que esta tan deseosa de esto como yo –dijo Shay pasando su mano por su cuerpo femenino. –lo desea. Sé que lo desea.
Si, lo deseaba. Pero no podía permitir que pasara.
Apelando a la poca fuerza de voluntad que le quedaba, Emily la empujo y logro levantarse de la cama para alejarse unos pasos.
-No, Shay –dijo ella. –vete, sal de aquí.
La joven se levantó y se arregló la ropa arrugada. Ella pensó que volvería abrazarla y besarla, pero comenzó a caminar hacia la puerta.
-Puede correr todo lo quieras, puede hasta negarlo, puedes esconderte, pero jamás podrías escapar de ti misma y de lo que sientes.
Shay salió de la habitación y la dejo perpleja y anhelante.
¿Por qué es mujer insistía en besarla y tocarla? Cuando llego a su casa y los invito, pensó que lo de la noche anterior quedaría en el olvidado e ignorado, que fingirían que nunca sucedió. No obstante, parecía que no iba a ser así. Shay insistía en revivirlo en el presente. ¿Por qué? Era absurdo, pues se llevaban bien, solo era por sus padres, además eran hermanastra. El pasado pesaba mucho, más bien demasiado.
¿Por qué estoy pensando en esa posibilidad? Se regañó. Era ilógico, era imposible Shay tenía que entender que no podría haber nada entre ellas. Y si insistía esa atracción, ella se iba a encargar de eliminarla, a como diera lugar.