Un Amor Inesperado (editando)

Capitulo 39

—¡Despierten!

Abrí mis ojos rápidamente y lo primero que pude ver fue a los idiotas de mias amigos saltando en mi cama encima mío al igual que Emilio, que raramente se encontraba al lado mío.

—¡¿Como entra . . . ?! ¡agh, eso no importa! —dije dándome cuenta que las chicas no me lo iban a decir, ellas tienen una extraña manera de entrar a mi casa y no me lo quieren decir, lo que significa, que seguirán entrando en secreto a mi casa ¡y por quién sabe donde!, me levanté de la cama enojada y soñolienta, mis amigos por suerte ya habían salido de mi habitación, idiotas. Entré al baño, me dí una ducha, hice mis necesidades y salí, antes de entrar al baño Emilio estaba dormido, y ahora que salgo ¡sigue dormido!

—¡Levantate, idiota! —grité saltando encima de el.

—¿Eh? ¡Kenzie! —se rió.

—Levantate, los chicos estan afuera —informé abriendo la puerta de mi habitación para poder salir.

—¡¿Qué?! ¡¿y a qué hora llegaron?! ¡¿y por donde entraron?! —gritaba rompiendo mis timpanos.

—Si, apúrate.

—¡Kenzie! —salí corriendo de mi cuarto.

—¡Hasta que por fin sales! —dijo Lucas acercándose a mí.

—¿como estas de tu tobillo? —pregunté, ya que hoy recién le habían dado de acta.

—¡Mejor que nunca! —volteé los ojos.

—Ustedes después me dirán como volvieron a entrar en mi casa —hablé dirigiéndome hacía Laura y Gabriela. Estas al escucharme se hicieron las desentendidas.

—¿Que hora es? —pregunté.

Mateo fijó la hora en su reloj y dijo:

—2:00PM —abrí los ojos como platos.

—¡¿Qué?! —grité.

¡Había dormido bastante!

—Kenzie, ¿que haremos hoy? —preguntó Daniel ignorando completamente mi grito.

—¡Yo que sé!

—Mal humor —susurró Gaby ganándose una mirada matadora de mi parte.

—¿Saben qué?, ¡vamos al parque de diversiones! —propuse.

—¡Eso es perfecto!

—Bien, enton . . . —Mateo decía mientras fue interrumpido por Emilio.

—Hola chicos —saludó este y enseguida Mateo, Lucas y Daniel se avalanzaron hacía el, haciendo que se caigan al suelo.

—¡¿Por qué duermes mucho?!

—¡Kenzie es una loca!

—¡Tengo hambre! —se quejaban al unísono.

—¡Ya callense! ¿quieren ir al parque de diversiones si o no? —gritó la pelinegra.

—¡Claro amor! —dijo Mateo acercandose seductoramente hacía ella.

—Idiotas.

♡♡♡

—Kenzie, ¿a qué hora llega mi madre con la tuya? —me preguntó Emilio.

Ya habiamos llegado al parque, estabamos sentados en frente del juego al cual se habían metido los chicos, nosotros no nos subimos porque teniamos hambre y Emilio fue a comprar algunas cosas. En fin, mi madre por la mañana me había mandado un mensaje diciéndome que vendría por la noche al igual que la señora Johnson, dijeron que habían cancelado los demás días de prueba porque tenían problemas técnicos, tambien me contó que le fue genial en la prueba de trabajo.

—Hoy por la nochen llegan.

—Ya extraño a mi madre, creo que tú igual a la tuya.

—Si, Emilio ¿te puedo preguntar algo? —tenía una duda que aún no me decía.

—Dime.

—¿Y tu padre? —al decir eso vi como se incomodó mucho, nunca lo habia oido hablar sobre su padre, nunca había dicho donde vive o como se llama.

—El murió hace poco.

¡Mierda!

¡Siempre termino malogrando las cosas!

—Oh, lo siento, yo no lo sabía —intenté arreglar el problema que había creado.

—No te preocupes, nadie lo sabe —dijo cabizbajo.

—¡Chicos, vamos a la casa del terror! —gritó Daniel.

—¿Casa del teror?

Eso no suena bien.

—Vamos.

Compramos entradas e ingresamos, Lo primero que vimos al entrar fue pueras personas saliendo como locos, al parecer, esto si da miedo, seguíamos caminando y salían personas disfrazadas como fantasmas, a decir verdad daban un poco de miedo, ya que el efecto que le ponen de la sangre es increible. Continuamos el recorrido hasta cuando sale un payaso con un cuchillo.

¡Rayos!

Salí corriendo a toda prisa hasta la salida dejando a mis amigos atrás.

¡Odio a esos payasos!

Desde pequeña me han dado miedo, no sé por qué, solo sé que me dá terror verlos, hasta en las fiestas infantiles, siempre los niños en sus fiestas de cumpleaños piden al payaso, es algo aterrador, ¿como les puede gustar a esos niños un payaso?, una persona disfrazada con varios colores y cara de demonio, ¡agh!

—¡Kenzie! ¿que ocurrió? —preguntaron los chicos acercándose a mí.

—Lo siento, es que esas cosas me dan un poco de miedo —dije y Lucas se echó a reir, mierda, a Lucas cierto día le comenté una pequeña anécdota que ocurrió con un payaso en una fiesta infantil, solo falta que habra su bocota y haga que todos se rían.

—¿Saben?, Kenzie me dijo que un di . . . 

—¡Lucas, si quieres seguir viviendo tu desagradable vida, cállate o yo misma te mataré!

—¡Un día Kenzie se acercó hasta un payaso en una fiesta de niños y este le dió un globo, entonces la dramática de Kenzie gritó como loca que el payaso la quería asesinar, solo porque le había dado un globo rojo y a los demás niños unos azueles! —gritó rápidamente y empezó a correr por todo el parque, sabía lo que le esperaba.

—¡Lucas! ¡Corre por tu vida, que te mato! —empecé a perseguirlo por todas partes mientras los chicos se reían como focas retrasadas.

—¡Emilio, haz algo con tu chica! —pidió ayuda Lucas.

—Mejor no me meto en sus cosas —dijo este dando un paso hacia atrás.

Corrí velozmente y lo pude alcanzar, me lancé hacía el y empecé a hacerle cosquillas.

—¡Ya, Kenzie! ¡Para! —decía riendo producto de las cosquillas.

Dejé de hacerle cosquillas y me tiré en el suelo.

—Estoy cansada —me quejé.

—Yo igual.

¡Lucas y yo habíamos corrido largos kilómetros!, no puedo creer que lo haya hecho, ni en mis clases de dedicación física en el Instituto corría tanto.



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En el texto hay: adolescentes, humor, amor-odio

Editado: 27.04.2021

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