Escuchando la respiración de Edgar se acerco a sus labios intentado resistirse a la tentación; mientras que él quitando su mano de la cintura de Daniela y poniéndola alrededor de ella la empezó acercar a sus labios, mientras que ella se dejaba llevar por él, besándose por un tiempo.
Se escucho el timbre, y ambos se detuvieron mientras se miraba uno del otro con el deseo de ignorar el sonido y seguirse besando, pero reaccionando Daniela se separo de él mientras tomaba las cosas con el pretexto de lavarlo mientras se dirigía a la cocina. Edgar tocando sus labios y sudando empezaba a tomar conciencia de lo que había hecho mientras que el timbre seguía sonando.
-Puedes abrir por favor- Se escucho la voz de Daniela que provenía de la cocina.
-Claro- le dijo mientras se ponía de pie y se dirigía a abrir la puerta.
Luego de un rato se escucho unos pasos que se dirigía a los cuartos.
-Quien era- pregunto Daniela.
-Era el repartidor que vino a dejarme mi paquete- Le respondió estando de espaldas.
-aaaa okey-
-Me voy a acostar-Le dijo Edgar mientras se dirigía a su cuarto todo nervioso.
-Si, que descanses- despidiéndose de él.
-Igualmente Daniela-le respondió.
Cerrando la puerta de la habitación se dejo caer en la cama mientras extendía su mano en uno de los roperos para dejar su paquete encima.
-No puede suceder otra vez - Se repetía una y otra vez.
-Que acaba de pasar con Daniela- Mientras se volteaba mirando el techo de su cuarto.
No era la primera vez que se ponía a pensar sobre este tema, había sucedido muchas veces. Quedándose despierto toda la madrugada pensando si lo que sentía él, también lo sentía Daniela; como aquella ves cuando ella estaba en segundo año de su carrera, cuando le entrego una carta a donde se leía una confesión de amor, pero resulto ser que era una tarjeta que le había hecho a su amiga para que se lo entregara al chico que le gustaba.
-Que estoy pensando- llevándose una almohada a su cara-Soy como un hermano, no puede suceder nada entre nosotros, además de que le llevo varios años-mirando el reloj que había a lado de su cama.
-No, que estoy pensando, yo tengo una novia que me ama, como puedo pensar en Daniela como mujer-. Cerrando los ojos para quedarse dormido.
-Pero ella no se negó a mi beso-Le surgió un pensamiento. Abriendo rápido sus ojos.-Que estoy pensando- Solamente fue el momento de la conversación y la película que hizo que nos diéramos un beso. No creo que ella…… mejor me duermo-Cerrando sus ojos.
Eran las 3:00 de la madrugada cuando se despertó. Sintiendo su boca seca, se levanto y se dirigió a la cocina por un vaso de agua. Al salir de su cuarto vio que en la cocina estaba encendido la luz, al acercarse se encontró a Daniela quien estaba sentada en una de las sillas que estaban enfrente de la mesa.
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Editado: 12.11.2022