Capítulo Tres
Renata Ramírez
Soy una persona con mala suerte, pero con muy mala suerte.
Siempre me pasan cosas malas en muchos sentidos y el echo de que me tocará con los tres niños mimados y ricos era un claro ejemplo.
Desde que los deje en la cafetería solo nos hemos lanzado miradas de odio, sobre todo con el de ojos azules: Stéfano, a ese lo odiaba más que a Valeria y Liam, era mi pesadilla.
Era un chico mimado en todos los sentidos, era arroganté, malcriado, desconsiderado. Lo único bueno que le dio Dios fue su inteligencia y su belleza, para que decir que no cuando si.
Para empeorar mi desgracia: El mald*to profesor nos asigno el baile de la salsa, no sabia bailar eso y cuando vi la sonrisa que se les formaba a los tres, a Daniela y al otro chico que ni sabia su nombre supé que iba a ser su burla.
- ¿Sabes bailar salsa, no?- dijo Valeria con un tonito de "Ya se que no puedes pero me gusta humillarte", mocosa mimada.
- No- respondí a regañadientes, que molesta.
- Bien: Entonces que te enseñe Stéfano- dijo y eso me sorprendio.
- ¿¡Qué!? No, si quieres voy con el chico de cabello marrón pero con el mimado de ojos azules ¡Ni loca!- dije, cruzandome de brazos: No iba a bailar con ese idiota. Valeria no tenia paciencia para mi obvio.
- Soy la líder del grupo y yo decido con quien estás y si yo eligo que estés con Stéfano: Vas a ir con él y punto. No tengo por que preguntartelo y si te vuelves a quejar: Tienes los días contados en esta institución, Renata- me dijo ¿Me estaba amenazando?
Malcriada de-
- Bien, bien ¡Ahg!- bufé, está mocosa no se andaba con juegos.
- Stéfano: encargate- le ordeno.
- Pero yo no- intento responderle él pero Valeria lo interrumpio.
- No quieres hacerme enojar Stéfano: Sabes como soy- le retó, pensé que ese idiota no se iba a dejar mandar pero para mi total sorpresa: Él asintio y bajo la cabeza.
¿Disculpa? ¿No que muy poderoso tú? Cabr*n
- Bien: Pero yo no tengo paciencia- dijo Stéfano, puse los ojos en blanco.
- Tranquilo que yo tampoco- dije y me acerqué a él.
Las parejas fueron echas por Valeria y escogimos la música con la que bailariamos, preparamos la coreografía y llego el peor momento: Empezar a prácticar.
Decir que era incómodo y molesto bailar con Stéfano era poco: El ambiente entre nosotros era tenso y molesto, el estar tan juntos, sin ninguno de nosotros respetando el espacio personal del otro, y haciendo los pasos era muy extraño.
Podrá ser un idiota, egocéntrico, malcriado, mimado y todo eso pero el chico era toda una belleza: Sus razgos eran muy masculinos a pesar de tener apenas 12 años, sus ojos intensos eran abrumadores, desafiantes, los ojos perfectos en los cuales perderse, su cabello lo mostraba más masculino, la combinación del rubio con una castaño super claro le daban mucha clase.
Guapo y todo pero era un imbécil.
- 1, 2, 3, 4- me decia para yo aprenderme los paso, baje un momento la mirada para ver si estabamos combinados pero él me tomó del mentón- Nunca mires al suelo para bailar- me aclaró.
- ¿Y cómo se supone que se si estoy coordinada?- pregunté.
- Solo lo sabes- me dijo- Vuelta- y con eso me dio un giro y luego otro y vuelta a los otros pasos- 1, 2, 3, 4- seguimos y seguimos: Nunca había bailado salsa y la verdad me sentia orgullosa de mi misma.
Al finalizar las dos horas me di cuenta que éramos el único grupo que ya se había coordinado y ya estabamos casi listos, mi sorpresa era muy obvia ya que cuando estaba en mi anterior colegio: A los dos días de presentar recién teniamos la coreografía.
Volvimos al aula y nos tocaba Estudios Sociales, el día siguio tranquilo hasta que en salida, Valeria tomó del brazo a Valentina, alejandomé de mi gemela, me reí: Pensaba que era yo.
- ¡Suéltame demente!- le grito Valentina.
- Tenemos que practicar Renata- le dijo Valeria y Valentina entendío el problema, me eché a reir como loca, Valeria me miró con una mirada extraña y Valentina habló.
- Soy Valentina, no Renata: Renata es la demente que se está riendo- le dijo y yo seguia muriendo de risa.
- ¡Ahg!- dijo Valeria soltandola, le hizo señas a alguien y luego me tomaron del brazo.
- ¡Suéltame demente!- grite y me di cuenta de que era Stéfano- ¡Tengo que irme a mi casa!- reclamé.
- Te quedas a practicar- dijo simplemente mientras yo intentaba detenerlo pero era imposible: Era muy fuerte.
- ¿¡Renata!?- dijo Valentina- ¿A dondé te vas?- preguntó, acercandosé a mi.
- ¡A casa, nos vamos a casa!- dije haciendo fuerza para safarme de su agarre pero termine en el suelo, sentada- ¡Ahg!- me reclamé, Stéfano me miro y dijo:
- Ridícula
Y con eso me cargo en su hombro.
- ¿¡Qué cara-!? ¡Suéltame, imbécil!- grité pero él obviamente no hizo caso.
- No se puede quedar: Debe pedirle permiso a mis papás y no podemos llegar tarde: Son 2 horas y media hasta nuestra casa- se quejo Valentina y yo asentí.
Stéfano suspiró derrotado, me puso en el suelo y me entrego su teléfono ¿¡Cómo carajos le das a un chico de 12 años un f*cking iPhone de último modelo!?
- Llama a tus padres y diles que te quedas a prácticar: Es todo- dijo, entregandome el teléfono, puse los ojos en blanco.
- Podemos practicar mañana- dije.
- Se nota que eres muy básica, nena- dijo Liam, lo fulmine con la mirada y él me dio una sonrisa burlona: No había duda que él y Stéfano eran mejores amigos.
A regañadiente llame a mis papás y para mi desgracia: Accedieron a que me quede practicando con la condición de que Vale se quedara conmigo, me quede y practicamos un buen rato. Ni medio terminamos, tome mis cosas y a Valentina y me fui de allí.