Capítulo Cuatro
Lunes
Stéfano García
Ese día estaba teniendo un humor mucho peor que de costumbre y mis amigos lo notaron, Liam intentaba animarme mientra que Valeria solo se arrimaba a mi hombro, de vez en cuando me acariciaba el cabello pero era en vano: No tenia ánimos.
Renata, en cambio, llego con una gran sonrisa, la fulmine con la mirada ¿Y a esta que le pasaba? Pero ella solo me miró y sonrió. Eso me hizo enojar aún más, se notaba en el aire que estaba muerto de rabia y ella me sonreía: No aguantaría nada más.
El resto el día siguió normal pero cansado, estaba irritado y seguia sin saber por que. En la hora libre estaba tranquilamente cuando Daniela, Renata y su gemela Valentina se sentaron atrás nuestro y escuche su conversación.
- Comparado con los chicos de aquí ¿Es así de guapo?- le preguntó Daniela.
- No tanto, los chicos de aqui si que parecen modelos pero para mi es guapo- dijo Renata y suspiro ¿Enamorada?- Pase muchos años de mi vida esperando a que se fijara en mi y finalmete: El chico que me gusta desde hace años es mi novio- eso me hizo escupir mi bebida y mire a Valeria y a Liam y les di una sonrisa peligrosa.
- Creo que ya se quien sera mi blanco hoy- dije y mire a Renata.
Estaba muriendo de celos, no sabia por que pero estaba furioso con ella aunque jamás lo demostraria en público.
- Esto será- dijo Liam he hizo un movimiento con la cabeza para hacerla sonar- Muy divertido- termino y nos levantamos hasta la mesa de Renata, Daniela y Valentina.
- Entonces, Ramírez- dije aún con mi sonrisa- ¿Quién es el desafortunado de tu novio?- escuche las risas de Liam y Valeria a mis espaldas y Renata se levanto de la silla echa una furia.
- No es tu maldito asunto, García- me dijo, cruzandoze de brazos.
- Bueno, la verdad es que estoy tan aburrido que me interesa saber algo de ti- le dije, sentandome en una de las sillas y colocando los antebrazos en la mesa.
- ¿Qué los ricos no tienen otra cosa mejor que hacer que molestar a los que no tienen mucho?- preguntó, volviendosé a sentar.
- Por supuesto, es más, estoy tan aburrido que podria intentar comprar tu país pero eso me llevaria tiempo y eso es más aburrido, solo queria saber quién fue ese idiota que se le ocurrio salir contigo- le dije.
- ¿Celoso?- pregunto Valentina y Liam, Valeria y yo comenzamos a reir.
- Por favor ¿De qué? Siento pena del pobre chico: No se como llega a aguantar a tu hermana- le dije y Renata me hizo mirarla a la cara.
- No te metas en mis p*tos asuntos, García- la tomé de la cara para que me mirara y por un segundo me perdi en ese color café-marrón de sus ojos, era el color de las almendras y el de un tronco de un árbol, eran de un café de la tierra y de la suave piel de un caballo, eran del color del cuarzo café y de la piedra pyrope, eran hermosos.
- No te creas mucho, Ramírez: Eres una chica que llego aquí por suerte y siento pena del chico este que debe aguantarte porque, seamos honestos: No tienes paciencia para nadie- le dije.
- Tú no eres todo el mundo y al único que no le tengo paicencia es a ti y a tu grupito de mier- dijo pero no pudo terminar de hablar por la mirada que le di.
- Vuelve a referirte así de nosotros y juro que tendras que mudarte de país para volver a estudiar el colegio- y con eso nos fuimos.
Renata Ramírez
Azul, un precioso azul de color del mar y del cielo, del color de la gema turquenita y la gema lapis lazuli, ese era el color de esos ojos que hacian de mi vida del colegio un infierno, ese era el color de los ojos del mismisimo diablo en persona, de ese color eran los ojos de la persona que más he odiado en mi vida, lo desprecio con toda mi existencia pero ¡Dios, que ojazos!
Ni siquiera bailando me di cuenta de este color azul tan profundo que caracterizan sus ojos, que hacia verlo tan masculino y tan peligroso a la vez, eran hermosos pero no podia seguir perdiendome en esos ojos.
- Que molesto- dijo mi hermana y asentí.
- Si- comente- Pero no dejare que arruine mi felicidad- le dije con una sonrisa.
La razón de mi alegria ese día fue que Johann, el hermano de mi mejor amiga y el chico que me gusta desde que tengo memoria, el fin de semana me pidio ser su novia, pensarán que somos muy jóvenes pero no me importaba, ese chico me gusto desde hace mucho tiempo y estaba tan feliz que nadie, ni siquiera ese imb*cil de Stéfano me arruinaria el día.
Paso el día y Stéfano siguio molestandome, ahora siempre con una sonrisa burlona en su cara y no la cara de amargado que tenia hace unas hora pero lo ignoré lo mejor que pude, no me importaba lo que dijiera, estaba feliz y no iba a dejar que él me arrebatara mi felicidad.
Llegamos a la casa, hice mis deberes y Martin (mi otro amigo de la infancia), Johann y Jennifer (su hermana y mi mejor amiga) me llamaron para salir, obviamente sali con todo el gusto del mundo y no me despegué de Johann, me conto como iba en el colegio y yo le comenté como iba en el mío y como hoy, ese idiota de Stéfano se lo tomo contra mi.
- Ya pasará nena, de seguro pronto se olvidara de ti y te dejara en paz- dijo Johann y yo estaba en las nubes.
- ¡Ay por favor! ¡Ya denlé: Beso!- dijo y nos dimos un pico, me senti tan rara y no volvimos a hacer algo así en todo el día, mi felicidad era palpable.
Stéfano García
- Parece que tienes sentimientos comprimidos ¿No hijo?- me dijo mi padre al ver lo fuelte que golpeaba el saco de boxeo.
- Tal vez- le dije, recordando las palabras de Renata.
Pase muchos años de mi vida esperando a que se fijara en mi y finalmete: El chico que me gusta desde hace años es mi novio.