Mery
— **Quería disculparme, tenías razón en que a veces soy algo infantil.** — luego de volver del parque encendí mi celular para escribirle a Nico, no debí enojarme por nada.
— **No tienes que disculparte ¿Quieres seguir escribiendo?** — preguntó él luego de unos minutos, no parecía molesto ni nada parecido.
— **Por supuesto** — respondí, mientras tenía una sonrisa en mi rostro.
— ¿Por qué sonríes de esa manera? ¿Viste algo gracioso? — preguntó mi hermano, que acababa de entrar en mi habitación. — ¡Quiero ver!
— No es eso, mejor dime ¿qué haces en mi habitación? — dije mientras guardaba mi celular.
— Eso no importa ¡Quiero ver por qué te reías! — dijo y trató de tomar mi celular, yo aparté el celular, sin embargo, Malin aún así quiso tomarlo.
No quería que leyera mi conversación con Nico, mi madre había dicho que no debería hablar con alguien que no conocía, así fuese el hermano de Alba, si Malin veía la conversación podría avisarle. Sin embargo nuestro forcejeo terminó con mi celular cayendo al suelo, lo que rompió su pantalla.
El celular continuó funcionando bien por uno o dos meses más, aunque finalmente quedó inservible, ya que dejó de encender. Yo estaba enojada con Malin, aunque el celular era viejo y probablemente era inevitable que un día simplemente dejara de funcionar, aun así esto dificultó continuar con la historia, en la que trabajaba con Nico. Aunque podía usar la computadora y, de vez en cuando, una vieja tablet.
Durante el lapso de aquellos días descubrí que pronto tendríamos que mudarnos, dejar la ciudad en la que había vivido durante toda mi vida, mi casa y obviamente la escuela a la que asistía. Estaba consciente de que ocurriría en algún momento, después de todo mis padres habían reservado una casa hace unos dos años, al parecer la casa estaba finalmente construida.
Realmente no quería hacerlo, en ese lugar tenía una amiga incondicional, un chico que me gustaba con locura y dos nuevos amigos, más o menos. Al principio del año escolar, Clara, una chica que era nuestra compañera hace tiempo, se había unido a Alba y yo, era tan dulce, amable y sinceramente no entendía como no fue nuestra amiga desde el principio.
Por otro lado estaba Sasuke, a quién no sabía si considerar mi amigo, este chico era el mejor amigo de Nico y hace unas semanas se había convertido en el novio de Alba, el contacto que había tenido con este chico era el mismo que tenía con Nico, solo mensajes, pero había llegado a agradarme, totalmente aprobado para estar con mi querida Alba.
Tanto Sasuke, como Clara habían descubierto mi atracción hacia Nico, habían prometido no decir nada, por lo que Nico y Alba seguían ignorando mis sentimientos.
Recuerdo que pasaron varios meses, era febrero y ya le había hablado a mis amigas sobre mi mudanza, Alba fue la que estuvo más desanimada.
— ¿Por qué no tratas de convencerlos? ¡Cristal no está tan lejos podrías seguir estudiando aquí! — dijo mi mejor amiga mientras conversábamos respecto al tema.
— Quiero quedarme aquí, pero aunque no me mudara… mis padres ya no tienen suficiente dinero para pagar la mensualidad en este colegio, ya te he hablado al respecto… — dije, en verdad mi madre había sido despedida injustamente de su trabajo hace unos cuantos meses, aunque no me mudara a Cristal era imposible seguir estudiando en aquel colegio.
— Deberías ser un poco más comprensiva, Alba… se que ustedes han sido amigas desde lo doce años, sin embargo tú no eres la única triste por esto y no es que Mery no quiera quedarse con nosotras, es una decisión de sus padres. — dijo Clara luego de haber estado en silencio durante varios minutos.
— Lo se, pero en verdad no me gusta para nada pensar en que no estarás aquí el próximo año… y que no te graduarás con nosotras dentro de dos años… — dijo mi querida amiga con un tono bastante triste, fuera de su personalidad.
Luego de que las clases finalizaron subí al auto de mi padre junto a mi hermano y fuimos a casa, como siempre. Al llegar y entrar en mi habitación recordé que en cierta ocasión me enojé con Nico, con respecto a la historia, me enojé tanto que escribí una carta expresando todo mi odio y al siguiente día, en clases, le había dado la carta a Alba para que se la diera a su hermano y que así ella no pudiera leer lo que había ahí, puesto que ella solía leer el chat para leer la historia.
Quería decirle a Nico lo que sentía antes de mudarme “¿Una carta?” Pensé que si escribía una carta a mano, expresaría mucho mejor mis sentimientos, a diferencia de un simple mensaje.
Mientras pensaba en esto, recuerdo estar escuchando una canción y casualmente uno de los versos decía: “Una última carta te quiero dar”. Lo consideré como una señal de que debía continuar con mi idea.
Aquella carta, ahora de amor, se la entregaría Alba, igual que la de odio; así esta llegaría a las manos de Nico y aunque me rechazara, finalmente habría confesado mis sentimientos y me parecía suficiente. Recuerdo que ese mismo día, en la noche, me senté a escribir aquella carta, pero al siguiente día me arrepentí, supongo que estaba nerviosa y tenía miedo.
Cada día deseaba intentarlo, pero pensé que tal vez aún no estaba lista, tal vez esa carta escrita con prisa no representaba todo lo que sentía por Nico, no sólo amor, también mi admiración. O quizás tenía miedo de que no quisiera escribir la historia después de esto, así pasaron dos meses más...