Un amor un poco inusual

Cumpleaños número 16

Mery

Era la mañana del 29 de junio, mis vacaciones acababan de iniciar, sin embargo era el último día de clases de Malin; nos mudaríamos aquel día, esa misma tarde.

Mientras caminaba hacia el parque continuaba con la extraña sensación del día anterior, no se sentía como tristeza, ni enojo o alguna cosa similar, sinceramente lo único que se me ocurre para describirlo es “un vacío”, aunque no siento que sean palabras suficientes como para expresar lo que sentía en aquel momento. Aquella mañana había recibido un desayuno de cumpleaños especial, por lo que intentaba sonreír a pesar de lo que sentía.

Al mismo tiempo, no podía creer que ya habían pasado tres años desde que había empezado a hablar con Nico, no podía creer que hace tres años lo odiaba tanto y en aquel momento estaba en una situación tan diferente. Las cosas habían cambiado mucho.

Mis padres se había ido al trabajo, tenía toda la mañana para mí sola, debía despedirme de Alba y Clara, también de Fran; era un momento difícil para mí, amaba mi ciudad, había vivido ahí casi toda mi vida, mis abuelas, mis primos, mis amigos, mi escritor; todo estaba ahí. Me dirigía hacia el parque, ya que sentía que debía visitar mi lugar favorito por última vez antes de irme de la ciudad; era probable que no fuese la última vez que lo visitara en toda mi vida, sin embargo no sería lo mismo, no podría hacerlo siempre que lo deseara, como había hecho durante casi toda mi vida.

Llevé mi cuaderno de bocetos y al llegar me senté en una banca, cerca del árbol donde había visto a Fran, aquella noche —la primera y última vez que salí de casa sin permiso— no tenía forma de contactarlo, por lo tanto esperaba que hiciera su aparición en ese instante, él era un buen chico, tenía la misma edad de Nico, seguramente si lo hubiera conocido primero, no hubiera pasado por ese momento en que me sentía tan extraña. Es decir, Fran era un estereotipo extremadamente similar a Nico, aunque con algunas cosas más a su favor, no era tan bromista y egocéntrico, de hecho, aunque esas cosas eran defectos, habían logrado hacer que me enamorara de Nico.

— **Eres una persona valiente**— recibí un mensaje de Sasuke en aquel momento, de cierta manera, él también se sentía similar a Nico, aunque más serio. La forma en que lo contacté por primera vez es un hecho muy vergonzoso, sin embargo en ambos surgió cierto grado de confianza, a pesar de que él era el novio de Alba fue capaz de contarme cosas que no quería que la preocuparan a ella, en lugar de guardarlas para sí mismo del todo. Él fue de los primeros que supo lo que yo sentía por Nico, de cierta forma existía cierta confidencialidad entre nosotros.

— **No estoy muy segura de eso.** — respondí, tal vez él creía esto por su forma de ser, en general por la manera en que él estaba acostumbrado a ver actuar a las personas, los japoneses son más cerrados y es muy difícil ganarse su confianza, hay personas con las que puedes llevar varios años de amistad y aún así podrían seguir guardando algo para sí mismos, él era ligeramente diferente, aunque seguía ocultando cosas, especialmente para que no se preocuparan por sus problemas.

— **Sabías lo que él diría, aún así decidiste ser sincera y decir lo que sentías, no sé cuántas personas serían capaces de hacer esto.**— respondió él, seguramente era verdad, ni siquiera yo conocía a gente que hiciera lo mismo que yo, incluso mis amigas se preguntaban cómo era capaz de ser así, debido a que ya lo había hecho antes… pero bueno, siempre fui rechazada, así que probablemente me había acostumbrado a esa posibilidad.

— **Supongo que tienes razón, sin embargo no es tan difícil si ya lo he hecho antes, aunque debo admitir que no se siente “como antes”** — escribí y luego guardé mi celular, tal vez debía dibujar un poco mientras esperaba a que Fran hiciera su aparición..

Sujetaba el lápiz entre mis dedos, pero no podía hacer más que garabatos, no podía hacer nada, solo pensaba en Nico, en la historia, en cada momento inolvidable; como cuando al fin Do confesó tener sentimientos por Joy, exactamente en el mismo momento en el que pensaba decirle a Alba que me había rendido, o bueno, más bien que Joy se rendiría.

En el momento que Fran apareció lo noté algo extraño, no estaba segura de lo que le podría haber ocurrido, me siento egoísta al pensar en esto, ya que al verlo simplemente me quebré y no me importó lo que le ocurriera a él —tal vez inconscientemente me estaba reprimiendo y por eso sentía ese extraño vacío— cuando vi a mi amigo, mis sentimientos se liberaron instantáneamente.

— Todo es mi culpa, soy una tonta, lo arruiné todo. —  me abalancé sobre Fran y lo abracé escondiendo mi rostro en su pecho —cosa sencilla debido a que era mucho más alto que yo— no quería que nadie me viese llorar, él estaba confundido, pero solo continuó abrazándome, mientras acariciaba mi cabello. Yo solo pensaba en como Nico dejó de escribir luego de haberme dejado en claro que no estaba interesado en mí de la forma en que él me interesaba... 

Nico

Me sentía un poco extraño por lo que había ocurrido con Mery, tal vez se sentiría mal porque había dejado de escribir la historia de manera abrupta, sin embargo me parecía lo mejor en aquel momento. Me sentía molesto, no entendía como Mery había llegado a desarrollar tales sentimientos hacia mí, en aquel momento pensaba que, seguramente, Alba siempre se la pasaba hablando de mí, idealizando a su pequeño hermano y por esto Mery llegó a ilusionarse por mí tal cual un personaje ficticio, en esos momentos nunca pensé en la posibilidad de que mi escritura había mostrado cosas de mí, es decir, más de las que pensaba mostrar mediante mis personajes.



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En el texto hay: amor-odio, primer amor, amor adolescente

Editado: 16.08.2020

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