EL INICIO DE UNA NUEVA ERA
“Mientras tengamos una luz que guie nuestro camino, no importa cuán oscura sea la maldad que nos ataque, siempre encontraremos el camino de regreso a ella y si hay fe, esperanza y amor, estos tres unidos en uno solo, ganaremos sin lugar a dudas.” Ángel Artimedez.
Centro de entrenamiento para ángeles
Lugar: Segundo Cielo
Encargado: Ángel Artimedez
Posición: General de Tropas
La tarde comenzaba a llegar, de manera suave y tranquila, en lo que parecía un campo de entrenamiento, una gran cantidad de ángeles se encontraban allí reunidos, su numero era demasiado para contar y antes de que llegara el encargado de impartirles las instrucciones, una voz por lo que parecía un parlante comenzaba a darles las instrucciones.
- A todos los ángeles, se les notifica que comiencen a formar grupos de 100 – mientras aquella voz daba las instrucciones, todos comenzaron a formarse – una vez formados los grupos mantenerse firmes y quietos, no se aceptaran excusas – y en lo que todavía aquella voz daba las instrucciones, un ángel de aspecto mayor, alto, fornido, vestido con una ropa de color verde olivo, algo parecido a una boina en su cabeza de color roja, comenzó a gritarles a todos y de una manera intimidante hizo que todos aquellos se quedaran quietos, helados, y que comprendieran que el que tenia el control era él, y de una manera mas ordenada y silenciosa aquellos grupos se formaron, y esto seria el rito de iniciación para todos ellos.
- YO NO ESTOY AQUÍ PARA VOLVERME AMIGO DE NINGUNO DE USTEDES – las palabras eran golpeantes, ásperas, fuertes, no había ningún rastro de amor en ellas – SI EN ALGUN MOMENTO USTEDES PENSARON QUE ESTO SERIAN UNAS LINDAS VACACIONES… PUES SE HAN EQUIVOCADO – no paraba de gritar, caminaba de un lado hacia otro, observando a cada uno de aquellos personajes que se encontraban en ese lugar formados, estando en posición firme y con la vista al frente – TODOS USTEDES SON ESCORIA Y ME DAN ASCO – y mientras decía esto escupía por todos lados demostrándoles que no eran simples palabras de intimidación – CUANDO ME DIJERON QUE SERIA ENCARGADO DE ENTRENAR A LA PROXIMA GENERACION DE ANGELES QUE DEFENDERIAN LOS CIELOS, DIJE “CLARO, ESTOY MUY FELIZ DE ELLO”- y de pronto puso la mirada fija en una joven que parecía estar aterrada al escuchar aquella voz tan fuerte – PERO NUNCA ME IMAGINE QUE SOLO ME ENTREGARIAN BASURA, ESTIERCOL – y parándose frente a ella, la observo fijamente y sin pestañar ni un solo instante, comenzó la cacería - ¿CÓMO TE LLAMAS BASURA? – eran aquellas palabras ásperas de aquel general que no mostraba ningún grado de empatía por nadie.
- Mi… mi… mi nombre es Tiffany – las palabras no podían salir de su boca, estaba aterrada, sus piernas parecían fallarle en cualquier momento y todo su cuerpo se encontraba en completo shock.
- ASI QUE TE LLAMAS TIFFANY – decía aquel general que en ningún momento dejaba de gritar – Ahora dime… pequeña Tiffany ¿POR QUE DEMONIOS ESTAS TEMBLANDO? – la mirada agresiva de aquel general estaba dispuesta a devorarla – ¿ACASO TE DOY MIEDO TIFFANY? – y agarrándola de lo que parecía el cuello de su camisa, la levanto un poco del suelo – CONTESTAME CUANDO TE PREGUNTO TIFFANY – aquella escena era aterradora para aquella pobre joven, no sabia que hacer, ni que responder, su mente estaba totalmente confundida y sus pensamientos no lograban sincronizarse – ¿ESTAS ASUSTADA NIÑITA? – las lagrimas comenzaron a salir sin control, parecía que aquella escena de terror había obtenido lo que quería, romper a la pobre joven en pedazos – ESTO ES LO QUE SUCEDE CUANDO LES LLENAN DE SUEÑOS Y ESPERANZAS SUS TIERNAS CABECITAS – y arrojándola al suelo, continuo caminando sin importarle que aquella aterrada joven se encontrara destrozada y sin ánimos de levantarse – CREEN QUE SON CAPACES DE LOGRAR MUCHAS COSAS Y EN REALIDAD NO SON CAPACES DE HACER NADA – y mientras continuaba caminado, aquella joven, sacando fuerzas desde lo profundo de su interior logro ponerse de pie y sacando valor de aquello donde no existía, comenzó a contestarle al aterrador general.
- Esta equivocado general – con la voz entrecortada, con lagrimas en sus ojos, su cuerpo todavía temblando, logro levantar su voz en medio de aquella escena – hice una promesa, y estoy aquí dispuesta a cumplirla – aquel general se detuvo, y aunque todavía no se volteaba hacia donde se encontraba ella, escuchaba atentamente aquellas que tenían una fuerte convicción – y aunque me toque morir – aquella joven secándose aquellas lágrimas, poniendo firme y controlando su cuerpo hizo que aquel general, se diera la vuelta y comenzara a verla – MORIRE FELIZ PORQUE HARE QUE TODOS MIS MIEDOS SE VAYAN – y rompiéndose en llanto aunque esta vez firme, concentrada, con su cuerpo medio temblando, aquellas palabras aunque no se notara, llegaron al corazón de aquel general.
- Espero que así sea jovencita – y dándose la vuelta continúo caminando, haciendo que aquella joven se regresara a su posición.
- ESPERO QUE TODOS USTEDES MISERIAS, TENGAN EL VALOR SUFICIENTE COMO ESTA CHICA PARA DEMOSTRARME DE QUE ESTAN HECHOS – aunque los gritos de intimidación eran igual o peor que los anteriores, dentro de aquel general una felicidad brotaba a grandes escalas, y solamente una persona podía notar esa felicidad – PORQUE DE AQUÍ EN ADELANTE LAS COSAS SERAN ATERRADORAS Y SI YO LES DOY TERROR IMAGINENSE CUANDO LES TOQUE ENFRENTARSE A UN DEMONIO – y llegando hasta el final de la fila, comenzó a observar a todos los que se encontraban y dando el último grito del día despacho a todos a sus reclutas a sus lugares donde pasarían los próximos cuatro años y medio donde al final solamente quedaran 32 ángeles que serán distribuidos entre los cuatro arcángeles, ocho por cada uno de ellos, siendo estos los que estarán por encima de los demás y aquellos que obtendrán al final una fuerza extraordinaria para luchar contra las fuerzas malignas de las tinieblas y no dudar ni un solo instante ante ellas. Pero antes de llegar a esa culminación, el entrenamiento es un completo infierno.