Un Caso Perdido

DOCE

 

Han pasado un par de días desde que pintamos el gimnasio y la verdad no esperaba que nada cambiara entre Conrad y yo pero algo sí que cambió.

Estaba sentada en mi asiento, en la clase de biología cuando Gregory, el amigo de Conrad se acerca a mi asiento. —Hola Amalia.

—Em, ¿Hola? —Me sorprende que me hable. Normalmente de todos ellos, solo Conrad "me habla" y tampoco es de forma amigable.

Él sonríe de lado. —Entonces, ¿Saldrías conmigo este viernes?

No sé si lo dice enserio o es solo una broma, sin importar sus verdaderas intenciones le respondo: —Em, paso.

Sus amigos al fondo ríen. A ver, Gregory no es feo. Es alto, piel bronceada y una sonrisa de comercial pero no me interesa salir con nadie y menos con los tontos que disfrutan molestar a otros.

Conrad se acerca. —Vamos amigo, acepta tu derrota.

Conrad me hace un gesto con la cabeza, como un tipo de saludo. Extraño.

Gregory me da una mirada de desprecio. Vaya, que rápido cambia su actitud hacia mí.

Steven Mallow, el capitán del equipo de baloncesto se acerca a mí (con la pelota en la mano como si estuviera pegada a él) y pregunta: — ¿Y conmigo?

Em, ¿Qué está pasando?

Las chicas a mí al redor me miran molestas. No soy fea pero no soy nada comparada con las Barbies humanas que son las porristas y las chicas populares de la escuela.

En ese momento, Matt entra y se mueve a través de Conrad, Gregory y Steven. Se sienta como si no le importara, pero da un par de miradas hacia mi dirección.

—Em, no. —Le respondo a Steven.

Conrad ríe pero no dice nada.

Steven se muerde el labio ofendido pero vuelve a hablar: — ¿Por qué?

Me encojo de hombros. —Estoy ocupada —esa no es la única razón por la que no aceptaría salir con él pero prefiero evitar mi confesión.

Él coloca el balón sobre mi escritorio y se acerca a mi rostro. Este es otro de esos chicos "guapos" cabello castaño, ojos verdes y mandíbula definida. Aun así, no estoy impresionada y todo esto me huele mal.

—Soy el capitán del equipo de baloncesto, ¿No quieres ser novia de alguien así? subirías de escala.

Lo miro. —No. Estoy. Interesada. —Remarco cada palabra, desesperada de su actitud.

Resopla y mueve la cabeza de arriba hacia abajo pensando algo, señala a Matt y con un tono arrogante, grita: —No sé como lo conseguiste, amigo.

En ese instante comprendo que es por lo del rumor. Estos deportistas están tratando de conseguir lo que supuestamente pasó con Matt.

Mi rostro se tensa y Matt voltea a verlo enojado. —Callate Mallow, te dije que es mentira.

Conrad coloca su mano sobre el hombro de Steven. —Dejamos en claro que fue mi error, ¿No?

Steven le sonríe irritado. — ¿Cómo sabes que ella no quiere?

Odio estar entre estos tontos. Realmente quisiera poder insultar a todos y gritarles pero me contengo. Solo tengo que ignorarlos un poco más y se habrán ido.

—No digas eso —Conrad aclara su garganta—. Solo digo que te puedes meter en problemas por hablar de eso.

Steven rueda los ojos. —Pues yo si lo creo.

Matt se acerca a él. —Ya detente, ¿no?

Steven sigue con el balón sobre mi escritorio. — ¿Cuál es tu truco? —se voltea hacia mí— ¿O solo te haces la difícil?

Bueno, ya fue suficiente.

Me pongo de pie obligándolo a que se mueva a un lado, le arranco el balón que presionaba sobre mi escritorio y lo empujo a su abdomen. —No me impresiona que sepas como meter una pelota en un agujero.

— ¿Tan simple crees que es? —Típico hombre resentido que no puede lidiar con el rechazo.

— ¿Te lo demuestro? —Tomo el balón—. ¿Quieres competir conmigo?

Matt me ve confundido, Gregory levanta una ceja y Conrad tiene el rostro serio.

En ese momento, el profesor de biología entra y nos pide que nos sentemos. Ellos regresan a sus lugares y yo me dejo caer en la silla sintiendo el rostro caliente y un pequeño dolor de cabeza.

Matt se inclina hacia mí y me toma por sorpresa cuando confiesa: —Les dije a todos que fue mentira... Conrad también dijo que era un malentendido.

Trago saliva. —No importa.

Matt sigue susurrando mientras el profesor dibuja algo en el pizarrón. —Hablaré con ellos.

Lo fulmino con la mirada. —Te dije que no te metas en mi vida.

Después de eso, se incorporó en su asiento y no volteo a verme.

Últimamente mi sangre hierve más rápido que nunca, es como si todo el universo conspirara para hacerme enojar.

Trato de concentrarme en la clase pero simplemente no puedo. Estoy tan enojada últimamente y aun no sé con quién específicamente. ¿Con todos? ¿Conmigo misma? No sé, solo quiero irme a casa.

En el momento que termina la clase y todos se ponen de pie, como si estuviera en un tipo de trance, camino hacia el escritorio de Steven y me paro frente a él.

Sus amigos me ven sorprendida y unas chicas sentadas cerca de él comienzan a susurrar entre ellas.

— ¿Aceptas el reto? —espero su respuesta.

Él entrecierra los ojos. —Si pierdes, tienes que darme algo. —Dibuja una sonrisa confiada en su rostro.

Me acerco a él, inclinándome para quedar más cerca. —Perder no es una opción para mí.

Estoy consciente que la clase entera me está viendo ya que claramente no tienen nada más que hacer que meterse en los asuntos de los demás. Gregory se ríe de mí recordándome que estoy retando al capitán de baloncesto.

Lo ignoro y Steven acepta con una sonrisa pretenciosa.

Tomo mis cosas y antes de salir escucho como Steven se burla de mí diciendo algo como "Está loca si piensa que va a ganarme"

Pero Conrad, de forma inesperada, me defiende diciendo: —Ella no es lo que ves.

O bueno, parecía que me estaba defendiendo.

 

~ ❋✿✿❋ ~

 

En la hora de almuerzo, me encontré en la cancha de baloncesto. El reto consiste en encestar diez tiros cada uno, si uno falla, está acabado.




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