Un Chico Llamado Amor

DIEZ

Fue en mi clase de algebra cuando Penny se acercó a mi inmediatamente.

Penny lleva una camiseta dos tallas más grande negra con letras rojas, unos pantalones ajustados rojos y botas negras. Se sienta a mi lado y se inclina sobre mi escritorio — ¿Estas bien?

La miro con una sonrisa. —Sí, lo siento, ayer solo estaba preocupada por mi hermano.

Suspira mientras acomoda su cabello. —Te entiendo. Una vez tuve que cuidar a un vecino y no lo encontré por diez minutos, sentí tanta ansiedad.

—Gracias por tu ayuda —digo sinceramente—. ¿Cómo se llama tu perro?

Ella sonríe con la mención de su mascota. —Estrella fugaz, tiene dos nombres como todo ser que merece dos nombres —afirma—. ¿Tenías un perro, verdad? No lo vi bien pero lo escuché, ¿Qué es?

—Un dálmata —contesto sintiendo un poco de dolor en mi cabeza, suele ocurrirme eso cuando me duermo llorando—. Se llama Macaroon.

— ¿Macaroon? —Junta sus cejas—. Ese nombre es tan… bueno, algo que una chica como tú llamaría su perro.

Niego riendo un poco. —Yo no fui, fue mi hermano —recuerdo que mis padres intentaron convencerlo a que lo llamara de una forma más normal, él no quiso—. Además, Macaroon es un buen nombre.

Penny ríe. —Sí, creo que sí. Como sea, ¿Quién es Max?

— ¿Max? —Ah, recuerdo que lo mencioné ayer cuando la encontré en la calle—. Digamos que es el causante de todos mis problemas últimamente, o algo así, tal vez no lo es pero quiero creer que mi fortuna se volvió muy mala desde que lo conocí.

Penny vuelve a reír. — ¿En serio? ¿Te gusta?

—No —arrugo la nariz con solo pensar algo así—. Te acabo de decir que es un problema y me preguntas si me gusta.

Me agrada que Penny no sea nada tímida. Ella se acercó sin temor y ahora estamos hablando sobre este tipo de cosas que me hacen sentir un poco más como una adolescente normal. Una que habla sobre chicos y tiene más que una amiga.

—Bueno, mi hermana se quejaba todo el tiempo de su novio y llevan como cinco años juntos —afirma—. No es el tipo más divertido del mundo pero al menos compra pizza cada vez que llega a la casa, tiene una cicatriz en el brazo por pelearse con su papá.

Um, interesante sujeto. — ¿Tienes una hermana? —pregunto.

Niega acomodando el cabello que le cae en la cara. —Tengo demasiados hermanos —rueda los ojos—. Como sea, ¿Quién específicamente es Max? ¿Vecino? ¿Amigo?

—Es el hijo del mejor amigo de mi padre —le explico—. Y bueno, toda mi familia lo ama menos yo —recuesto mi codo sobre el escritorio y sostengo mi barbilla con mi mano—. Ayer le dije que debía quedarse en su casa cuidando a su hermana, tiene una hermana menor y él me dijo “deberías cuidar a tu hermano” o una cosa así. Yo no quería perder a Oliver, estaba preocupada y lo que menos necesitaba era un comentario así.

Penny silba. —Ahora quiero conocerlo, si te desagrada debe ser una persona mala, tengo la sensación que eres alguien buena, ¿sabes? No sé, no cualquiera llora por su hermano menor.

Ruedo los ojos un poco avergonzada. —Gracias, supongo.

— ¿Cómo dijiste que se llama? ¿Max? —Asiento—. Um, asumo que no está en esta clase.

—No —por suerte.

Penny me empuja con su brazo. —Oye Lily, ¿Qué harás en la tarde? ¿Quieres que saquemos a nuestros perros juntas? Para que quede claro, no estoy coqueteando contigo, estoy formando una amistad con la única chica que no se río de mi aspecto y que sigue pareciéndome agradable.

Yo sonrío. —Penny, me gusta tu ropa y yo también creo que eres agradable —afirmo—. Suena bien pero, mi hermano estará ahí, hoy no tiene clase.

—Entonces seremos tres —afirma entusiasmada.

El profesor llega y dejamos de hablar por media hora hasta que nos asigna más ejercicios. Ni siquiera tengo que preguntar, Penny acerca su escritorio al mío y comienza a escribir las respuestas en mi libro.

— ¿Sabes? Ayer conocí a un chico, bueno, estamos haciendo una tarea de literatura y es como tú —le digo mientras que ella sigue escribiendo las respuestas—. Ósea, es como, muy inteligente.

— ¿Me estás buscando novio? —ríe con sus ojos en el libro.

—No —aclaro rápidamente—. Pero me recordó a ti, él me dijo cuándo se inventó el papel higiénico y los zapatos.

Penny deja de escribir y me mira con las cejas juntas. — ¿Eso te gusta? ¿Conversaciones sobre papel higiénico?

Niego sonriendo. —Me refiero a que, es un chico inteligente, como tú. Es interesante y divertido.

Ella bosteza cuando termina de escribir las respuestas. —Ya te dije que no soy inteligente, solo con esto —regresa el libro a mí—. Ahora que yo hice esto por ti, debes hacer algo por mí.

— ¿Qué? —pregunto viendo sus respuestas, voy a confiar que sean las correctas.

Baja la mirada por un segunda. —Es una tontería pero, mira… —aclara su garganta—, ayer yo… no hice nada, bueno, durante el almuerzo me sentí como un bicho raro y aunque ya me acostumbré, nunca es totalmente agradable.

Asiento para que siga hablando.

— ¿Podemos pasar tiempo juntas mientras estamos en la hora del almuerzo? —Penny tiene una imagen de chica dura pero esa pregunta la hizo ver un poco vulnerable. Tal vez ella se siente tan en confianza conmigo como yo con ella.

Eso me hace sonreír, me gusta la idea sobre estar formando una nueva amistad. —Vamos a la biblioteca, te presentaré al chico —sugiero ya que tenemos que seguir con la historia—. Jared, su nombre es Jared.

—Jared —repite. Acerca el libro a ella de nuevo para dibujar un corazón en mi libro y escribe dentro de él: “Jared + Lily”

— ¡Oye! —Le quito el libro—. No hagas eso, Jared… lo acabo de conocer como a ti, somos compañeros.

Penny bosteza otra vez y se acomoda en su asiento. — ¿Somos amigas? ¿Ahora?

¿Así funciona hacer amigos? ¿Le preguntas si quieres ser su amiga? —Um, ¿Quieres ser mi amiga?

—Yo sí —sonríe un poco—. ¿Quieres ser mi amiga desde ahora?




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