Candy ahora está con Penny.
Penny se nos unió mientras que Oliver y Max paseaban a los perros. Penny dice que no confía a Estrella Fugaz con Max, así que es Oliver quien sigue sosteniendo su correa.
—Estrella Fugaz no ataca a nadie —explicó mientras me robaba un poco de helado derretido—. Pero si le doy la orden, lo hace.
Candy mordía su labio. —Es un lindo perro, solo… no me siento bien estando cerca.
Penny asiente. —Tranquila, no te obligaremos a estar cerca de los perros como tu hermano, el cual no me cae tan bien como tú y eso que te acabo de conocer.
Candy sonrió.
Luego de eso salimos de nuevo al parque antes de dejar más tiempo a Oliver con Max. Penny y Candy se fueron a la parte donde hay unos juegos infantiles, en esa parte no hay perros. Jared y yo nos sentamos en una banca de madera desocupada para vigilar a Oliver, y supongo que también a Max.
Sé que Oliver le agrada Max pero yo no confío totalmente en él.
—Lily, ¿Puedo preguntarte algo? —Jared habla.
Volteo a verlo y asiento. — ¿Qué pasa?
—Oliver, ¿se perdió realmente? —me mira preocupado.
Suelto una larga respiración. —Fue ayer. No es que se perdiera solo así, vine con Max aquí y el tiempo se pasó —en realidad hay más detalles en esa historia pero no considero apropiado compartirlos, sobre la conversación extraña con Max—. Oliver va a clases de refuerzo escolar, son clases especializadas para él. Cuando llegué al lugar estaba cerrado y él no estaba ahí.
— ¿Lo dejaron ir solo? —Jared frunce el ceño.
—Algunos niños se van solos —digo—. Supongo que pensaron que estaba bien —miro a Oliver—. Mis padres, ellos creen que Oliver solo tiene problemas para concentrarse pero yo…
Me quedo callada, ¿Realmente estoy diciendo esto en voz alta? ¿A alguien que acabo de conocer?
Jared asiente. — ¿Crees que es algo más?
Trago saliva. —Sí —miro a mi hermano—. Es un chico sano pero su atención se desvía demasiado rápido y otras veces actúa, como si no estuviera realmente presente.
Jared lo mira. —Creo que debería ver a un especialista, sería más fácil para él.
—Mis padres —digo bajando la voz—. Ellos no creen que haya ningún problema, solo dicen que son cosas de la edad.
Jared mira hacia el cielo. —No te rindas con él, Lily, creo que puedes ayudarle más de lo que piensas.
De pronto la conversación es más seria. —Sí, lo haré, haré lo mejor para que esté bien.
Jared gira su rostro y ahora me mira. —Entonces, ¿Todo lo que dijo Penny, fue verdad? —habla de la historia hipotética.
Asiento sin apartar mis ojos. —Sí, eso pasó —suspiro—. Estaba muy asustada.
Jared entrecierra sus ojos. —Lily….
— ¡Lily! —Oliver se acerca junto con Max—. Lily tengo hambre, ¿Podemos ir a comer?
—Sí vamos —al menos mi hermano se la pasó bien
Max, se inclina para acariciar a Macaroon, él mueve su rostro y me mira. — ¿Estoy invitado también? Si es a tu casa, estaré ahí, tu mamá me adora.
No quiero a Max en mi casa de nuevo.
Miro a los perros, no hay muchas opciones de lugares donde nos dejen entrar estos dos perros. Sí, hay algunos que permiten mascotas pero estos perros son más grandes que los que llevan en bolsas las chicas.
Max sigue esperando mi respuesta pero yo recuerdo que él no debería estar aquí.
—Max —me levanto y camino hacia un lado para que me siga, él lo hace y cuando nos apartamos un poco de Jared y mi hermano, le pregunto: — ¿Dónde está Jenny?
Se encoje de hombros. —No sé, íbamos a ir al cine pero me dijo que tenía otra cosa que hacer.
Suspiro. — ¿Qué cosa?
Estira sus brazos. — ¿No son mejores amigas? ¿Cómo es que no lo sabes?
Entorno mis ojos. — ¿Por qué ahora actúas así? Ayer me decías que querías ser mi amigo, no te entiendo.
Bufa. — ¿Quieres que te ruegue, Lily? Yo no hago eso, eres tu quien debería perseguirme. Puede que seas bonita pero no le ruego a nadie.
¿Que? —Yo no…
Max estira su mano y coloca un mechón de cabello detrás de mi oreja, le muevo el brazo a un lado. —Mira Lily, sigo queriendo ser tu amigo pero eres rara, ¿sabes? No entiendo porque Jenny dice que eres dulce cuando lo único que me has demostrado es tu lado desagradable.
— ¿Lado desagradable? Tú eres el raro, no te entiendo —junto las cejas—. Max, vete a casa, iremos a comer sin ti. Tu no estabas invitado, ni lo estas.
Suelta una risa irónica. — ¿De verdad? —Levanta la voz y le pregunta a mi hermano—: Oliver, ¿Voy con ustedes a comer?
Oliver asiente con una gran sonrisa.
— ¿Lo ves? Estoy invitado, tu hermano sí me quiere —toca con un dedo mi mandíbula, yo vuelvo a apartarle su mano de mi cara.
Ruedo los ojos. —Max, no porque nuestros padres sean amigos significa que nosotros vamos a ser amigos. No me agradas, lo he intentado pero no. Solo deja de estar cerca y deja de tocarme, ¿bien?
Él lame su labio inferior y camina un paso hacia mí. —Lily, podemos ser algo más que amigos y no creo que pueda cumplir con lo que me pidas.
Doy un paso hacia atrás. —No me gustas, ¿bien? No me gustas, no quiero estar contigo, te estoy rechazando así que deja de decir esas cosas.
Max sonríe de lado. — ¿Por qué? —una risa tonta se le escapa—. ¿Tienes miedo que Jenny lo sepa? ¿Qué tú me gustas? Porque tú me gustas Lily, ¿Qué vas a hacer al respecto?
Mis ojos se abren. — ¿Qué?
—Así es Lily, me gustas y sé que le gusto a tu amiga —pasa su mano por su cabello—. Así que, tal vez, soy yo el que tiene el control de la situación ahora, ¿no? Tal vez tú deberías ser un poco más dulce conmigo a no ser que quieras que las cosas se arruinen con Jenny —pasa su mano por mi brazo, eso envía un escalofrío por mi espina—. O peor, podrías hacerle daño.
Max se aleja y me deja con la boca abierta.
Tengo que tragar saliva para poder asimilar lo qué acaba de pasar. Penny y Candy se acercan, Candy no tanto mientras que Penny me toma de los hombros.