—Lily, ¿Cuándo volverás a comer conmigo? —Jenny pregunta mientras se pinta las uñas de los pies sobre mi cama.
Me siento a un lado de ella. —Jenny, te dije que lo haría si Max no se sienta también ahí.
Ella me empuja con su mano. — ¡No seas mala! Max no estaba siendo grosero, tu amiga rara sí.
—Penny —afirmo—. Se llama Penny.
Algunos días han pasado y yo no he comido con Jenny por culpa de Max. De verdad, él me está comenzando a fastidiar como nadie lo ha hecho antes.
Jared y yo presentamos nuestra historia modernizada de Romeo y Julieta, a nuestra profesora le gustó lo que creamos pero dejó que los demás hicieran preguntas. Algunos solo preguntaban detalles que se les pasó por alto pero Max no dejaba de cuestionar todo.
— ¿Por qué Romeo no sentía nada con los hombres antes? —preguntó mientras nos veía con una sonrisa.
Jared se encogió de hombros. —La sexualidad no siempre es clara, si ya vivimos en una sociedad donde te fuerzan a creer que solo puedes estar con alguien del genero opuesto en ese tiempo la presión era mucho más.
Max no se veía satisfecho con esa respuesta. — ¿Pero entonces, Julieta era una tonta, no?
Ahora yo le respondí: —Julieta solo se dejó llevar por sus emociones, pensaba que lo quería.
Max seguía sonriendo de manera poco amigable, me recordaba a los villanos en las películas. —Yo creo que Julieta nunca debió irse con Romeo.
Después de eso fue el turno de Max y Hally, su compañera. A diferencia de la mayoría de las historias que estaban relacionadas con el romance, la de Max fue diferente. Muy diferente.
Hally comenzó a contar la típica historia, los detalles iban cambiando al narrar que Julieta decidió no seguir con Romeo pero en ese momento, Max la interrumpió.
—Entonces Julieta huyó sola entre el bosque —narraba—. No sabía que había alguien persiguiéndola, acechándola muy de cerca.
Vi a Hally juntar las cejas, parecía que Max estaba cambiando todo.
—Julieta jamás fue encontrada —concluyó.
Ese final fue extraño pero gracias a Hally que intervino y agregó: —Hasta meses después, estaba viviendo feliz con su nuevo novio, un hombre del bosque muy apuesto. Tuvieron muchos hijos.
Aun así, yo pensaba en lo que Max había dicho.
Jenny bufa y alejo el recuerdo de mi mente. —Como sea, el viernes es el baile y no tengo un vestido, ¿qué vestido usarás?
Me encojo de hombros. —No sé, alguno de los que ya tengo.
Ella rueda los ojos. —Lily, has usado tus únicos tres vestidos desde hace cuatro años, es hora de cambiar.
—No quiero comprar un vestido para usarlo una sola vez —contesto.
A diferencia de ella yo no voy a ninguna parte. Mis padres tienen conocidos y amigos pero no me llevan a ningún evento, yo no asisto a las actividades escolares y ¿citas? No hay nada de eso en mi vida.
Jenny sigue pintándose las uñas. —Mira, compra uno no tan costoso y ya, puedes volver a usarlo después, en alguna boda o evento —sugiere—. Uno negro, ese es un básico que necesitas.
Miro hacia la ventana. —Entonces, ¿Iras de compras? —cambio la atención a ella.
Suelta una risita. —Mamá y yo iremos esta tarde de compras, sabes cómo es ella, si ve que papá me regala algo quiere darme tres cosas para ser la mejor madre, o algo así.
Sus padres están divorciados y siendo la hija pequeña, sus padres competitivos buscan ganarse su cariño con regalos, ropa, zapatos y todo lo que ella pida.
Mis padres no discuten, no son perfectos pero no los veo divorciándose. Aun así, si eso ocurriera no creo que actuarían de esa forma. Creo que mamá diría algo como “es tu decisión quedarte con tu padre o conmigo, no voy a comprarme tu afecto” y papá le daría igual.
—Envíame fotos —le pido sonriendo, cuando Jenny va de compras me envía muchas fotografías de ella posando para que le ayude a escoger.
Me toma del brazo. —Deberías venir, mamá te comprará algo también, ¿sí? Quiero ir de compras con mi mejor amiga.
Niego. —Es por eso que no voy, la última vez tu mamá me compró mucha ropa y mis padres me hicieron devolverla, ¿recuerdas?
Bufa. —Tus padres, los amo pero son un poco… ya sabes.
Sí, me sentí avergonzada esa vez. —Solo, intentan que no parezca una persona que se aprovecha de otras.
Arruga la nariz y me mira entornando sus ojos. —Sí pero no tiene nada de malo que te regalen cosas, además, ¿no fue un poco demasiado que te hicieran devolver la ropa? Si me lo hubieran hecho a mí me muero de la pena.
Asiento sin decir nada más, ¿Qué puedo hacer? Así son mis padres.
Escuchamos tres golpes en la puerta, un segundo después la voz de Oliver: —Lily, Jenny —llama—. ¿Puedo entrar?
Jenny niega con una mueca pero yo me levanto de la cama para dejarlo pasar. Oliver se sube a la cama de un salto y doblando las piernas, el esmalte de Jenny casi se cae. —Oigan, mamá dice que la comida estará lista en un rato, hizo pasta y albóndigas.
Jenny suspira. —Um, estoy a dieta —me da una mirada—. Tal vez debería irme, dile a tu mamá que comeré sus albóndigas después del baile, quiero verme bien.
Yo no pienso que Jenny necesite ninguna dieta aunque siempre deja de comer pastal, pan, dulces y cosas fritas antes de algún evento importante. Ella siempre ha sido naturalmente bonita.
Oliver intenta tomar el esmalte pero Jenny lo retira rápidamente y lo cierra. —Me iré en unos minutos, cuando esto se seque.
— ¡Chicas, vino Max! —grita mamá desde abajo.
Los rostros de Oliver y Jenny se iluminan, él mío no. ¿Qué hace de nuevo aquí? En ese momento mi teléfono vibra, yo lo tomo y me muevo hacia la puerta para leerlo pues sé que es de Max.
“Lily, ¿te escondes de mí?”
Borro la “conversación” de Max. No es realmente una conversación pues solo son mensajes que vienen de él, yo no le contesto. He pensado en bloquearlo pero no quiero sobre exagerar, Max puede ser irritante pero debe ser solo algo como un juego para él.