—Lily, hora de pasear a nuestros perros —Penny llegó el domingo temprano, trajo a Estrella Fugaz y los dos perros han estado jugando con Oliver.
Niego sin pensarlo, no dudo que Max esté cerca de la casa. —No quiero salir.
Aprieta mi mano para tranquilizarme. —Mira, lo sé pero él estará cerca en la escuela y no puedes temerle, él tiene que tenerte miedo.
Max no me tiene miedo, no creo que le tenga miedo a absolutamente nada. No porque sea valiente, es porque dudo que le importe dañar a alguien para conseguir lo que quiere ni tampoco las consecuencias de sus acciones.
Estamos sentadas en las escaleras del jardín trasero, Oliver tiene el cabello mojado porque decidió jugar con la manguera, lanza agua hacia arriba mientras ambos perros saltan y él ríe.
—Lily, tienes visita —mamá me avisa asomando la cabeza.
Penny me mira pero sabemos que no es Max, mis padres no estarían nada tranquilos si él se hubiera aparecido de nuevo por aquí. Últimamente los chicos han venido constantemente así que no me sorprendería que fueran ellos.
Me levanto y estiro la mano hacia Penny para que me acompañe, ella se levanta también y vamos hasta la sala de estar. No es Max pero tampoco es ninguno de los chicos. Es Jared.
—Hola —saluda a ambas, rápidamente baja la mirada.
Estrecho la mano de Penny y ella me devuelve el gesto, caminamos hacia donde él esta. —Hola —contesto yo.
Jared suspira. —Um, Lily, ¿podemos hablar en privado?
Penny bufa. —Vamos Jared, ¿No me digas que estas echándome? Cualquier cosa que le digas a Lily ella me lo va a decir, así funcionamos, nos estamos fusionando.
Yo suelto aire por la nariz. Jared suspira y rueda los ojos. —Bien, quédate —me mira—. Pero, ¿si podemos hablar?
—Sí —me siento con Penny a mi lado.
Él está frente a nosotras. —Bien solo… lo siento por todo, ya sabes —pide—. Sé lo que te hizo Max y perdón por no estar contigo durante todo eso, lo siento. No debí enojarme contigo ni reclamarte nada, lo siento de verdad.
Elevo un poco la comisura de mis labios. —No es tu culpa.
Mira a Penny unos segundos y luego regresa la mirada a mí. —Perdón por creer cosas que tu no… ya sabes, lo arruiné.
Froto mis brazos. —Jared, solo quiero ser tu amiga —admito—. Yo sé que hice mal, se suponía que estábamos saliendo pero no sé, perdón por no tomar en cuenta tus sentimientos. Nunca planeé que todo esto ocurriera y no merecías que no prestara atención a pues, el hecho que estábamos saliendo.
Jared sonríe un poco. —No Lily, está bien, he hablado con Penny —dice—. Mira, salir contigo fue genial pero tengo que admitir que entre nosotros tal vez no hay química, al menos no como para que seamos algo. —Afirma, un poco apenado—. Sin embargo me agradas mucho como mi amiga, yo aún quiero ser tu amigo. Sí me gustabas y me divertí contigo pero aun si no podemos seguir con esto, espero que sigamos siendo amigos.
Pienso lo mismo. —Sí, podemos ser amigos. Eso me gustaría.
Penny suspira. —De pensar que ustedes eran mi pareja heterosexual favorita, que trágico final de temporada para ustedes —coloca su mano sobre mi hombro—. Pero bueno, espero que en la próxima Jared bese a algún chico y tú seas de esas mujeres solteras exitosas e imponentes.
Jared resopla. — ¿Por qué tengo que besar a un chico?
Penny lo mira. —Um, porque sí —sonríe—. Además, ¿lo has hecho? No deberías descartarlo antes de intentarlo, tal vez te gusten los chicos.
Jared se queda unos segundos en silencio. Él mueve sus manos y junta sus piernas, parece que quiere decir algo aunque no tiene mucho valor para hacerlo. Finalmente aclara su garganta y empieza a hablar. —Oh, pues… tal vez…
Y ahora nosotras nos quedamos en silencio.
Estoy analizando lo que acaba de decir Jared. —Espera —Penny se inclina hacia adelante—. ¿Qué? ¿Tal vez? Ósea que tu…
Jared niega. —No… solo… —muerde su labio—. ¿Recuerdas cuando te dije que mi familia era complicada? Por el divorcio.
Asiento, esa vez cuando nos besamos por primera vez me explicó que su situación familiar no era la mejor. —Si.
Rasca su brazo. —Bueno… cuando era más niño le dije a mi mamá que alguien en la escuela me parecía lindo —traga saliva—. Un niño. Ella me defendió pero papá no pudo con eso, así que mamá no iba a dejar que me rechazara.
Penny junta sus cejas. —Un momento, ¿eres gay?
Niega. —No, me gustan las chicas también —sube sus ojos a mí—. Lily me gustó pero también, a veces pienso en los chicos. No sé que soy, solo… soy.
Penny abre la boca, la cierra, la vuelve a abrir. —No sé qué decir ahora, supongo que, ¿felicidades? Creo que acabas de salir del closet, creo.
— ¿Lo hice? —ríe—. Supongo, no tenía a nadie antes para hablar de esto, es raro que se lo diga a mi ex novia, ¿no?
Yo sonrío y me acerco para sentarme a su lado. —No soy tu ex novia, soy tu amiga —respondo—. Lamento lo que pasó con tus padres, no mereces que te rechacen por algo así.
Jared me voltea a ver y sé que estamos bien ahora. Me mira como lo hizo la primera vez en la biblioteca. No sé si Jared y yo íbamos a funcionar como pareja pero estoy muy segura que como amigos, sí que duraremos.
Penny se mueve y se sienta a su lado también. —Qué raro grupo de amigos, yo no siento atracción por nadie, tu sientes por todos y Lily… —inclina su rostro y sube una ceja—. ¿Qué te gusta?
Veo el rostro de Penny con sus sombras oscuras y su cabello de colores, veo a Jared quien está levemente sonrojado. —Me gusta estar bien con ustedes.
Penny rueda sus ojos. —Que cursi eres Lily —sonríe—. Pero también me gusta que estemos bien, prometamos no pelear nunca más.
—Lo prometo —responde Jared.
Asiento. —Yo también.
Penny le da un empujón a Jared en el hombro. —Entonces, ¿te gusta algún chico? ¿Quién? Dinos ahora o calla para siempre.