CUARENTA Y DOS

El último día de la escuela ha terminado y volvimos a celebrar. Esta vez fuimos a comprar helados y a pasar el rato sin sentir la presión de los exámenes sobre nuestros hombros, aunque aún tenemos que esperar las calificaciones.

Ayer Kyle se quedó algunas horas. Cuando llegó mamá con Oliver, mi hermano estaba feliz de verlo y le preguntó si quería jugar con él en el jardín. Mamá no me regañó en absoluto por estar a solas con un chico, creo que aunque no lo conoce por mucho tiempo, le tiene un poco de confianza a Kyle.

Él y yo estudiamos un rato aunque nos distraíamos de tanto en tanto y hablábamos sobre cosas que no tenían nada que ver con la escuela. Kyle no parecía querer irse y yo no quería que se fuera pero era un poco tarde y de todas formas, nos veríamos en la escuela al siguiente día.

Luego de terminar los exámenes y de pasar tiempo con mi nuevo grupo de amigos, él se ofreció de nuevo a llevarme a mi casa. Durante el camino lo veía un poco ansioso, como si quisiera decirme algo.

—Entonces, ¿estás nervioso por los resultados de los exámenes? —pregunto.

— ¿Ah? —Aclara su garganta—. Ah, sí, sí, los exámenes.

Tomo un mechón de mi cabello y le doy vuelta en mi dedo. —Entonces…

—Lily —me interrumpe—, ¿Recuerdas que te dije que te enviaré algo y que puedes responderme después?

Asiento. —Sí, ¿Sobre qué es?

Muerde su labio. —Bueno, será mejor que esperes —suelta una risa nerviosa—, pero solo necesito decirte que no quiero hacer las cosas mal contigo, quiero ser tu amigo.

Parpadeo un par de veces, ¿Acaso se dio cuenta que me gusta y me está rechazando dejándome en la zona de solo amigos? —Um, sí, está bien.

—Me agradas mucho —afirma con un tono de voz diferente, como si temiera decir algo incorrecto—. Es la primera vez que tengo una amiga y esto es genial, me gusta pasar tiempo contigo.

Sí, parece que está rechazándome. Suspiro, decepcionada, pero acepto que lo haga. Kyle me agrada también y si tenemos que ser solo amigos, puedo conformarme con eso.

—Gracias Kyle —contesto mientras veo hacia mis rodillas—. Entonces, esperaré tu correo electrónico.

Kyle estiró su mano y la colocó sobre la mía. —Por favor perdóname, si lo que lees no es lo que esperabas de mí.

Mi corazon se rompe un poquito. —Kyle...

Él estrecha mis dedos. —Cómo te expliqué antes, puedes tomarte todas las vacaciones para responderme. No espero que nos veamos después de eso, sé que… bueno, mejor después lo hablamos.

Lo veo sin responderle. Por más que hubiera deseado que mi historia terminara de otra forma, con un desenlace un poco esperanzador y que mi vida finalmente comenzara a mejorar, me recuerdo que esta es la vida real.

Después que Kyle se fue volví a ver la película y me di cuenta de algo: que algún día veré hacia atrás y pensaré que estos eran los mejores años. Yo no tendré la suerte de hacerlo todo de nuevo, mis errores se quedarán así para siempre y mi adolescencia pasó sin nada para presumir. Cuando recuerde estos años, pensaré en lo horrible que Max me hacía sentir, en mi amiga que perdí y en como mi vida estuvo a punto de arruinarse completamente.

Y el chico que volvió a despertar las mariposas en mi estómago, me rechazará en un correo electrónico a media noche.

Genial.

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Pasaron muchas horas para que anocheciera y desde que el reloj marcó las nueve de la noche yo no dejaba de revisar mi teléfono. Estaba preparándome mentalmente para recibir su explicación de porqué no puede (o quiere) que seamos algo más que amigos.

Seguramente escribirá sobre como él es amable con todos y que lamenta haberme confundido. Puede que deba empezar a pensar en qué respuesta le daré para no hacer todo tan incómodo entre nosotros. Kyle quiere ser solo mi amigo y eso está bien.

Aunque no se sienta así.

A las diez aun no recibía nada y yo no dejaba de escuchar todas las canciones que él me ha enviado. Mi cabeza da vueltas y mis pensamientos van de un lado hacia otro. Me recuerdo de esas veces que los chicos han afirmado que “yo le gusto” pero luego, recuerdo el énfasis que hizo Kyle en querer ser mi amigo.

Solo quiere ser mi amigo.

Tal vez le gustaba un poco y cuando me conoció, dejó de sentirse así. Puede que haya sucedido lo mismo que ocurrió con Jared. Quizás sí había algo antes, pero ya no. Como esas veces que te ilusionas con una persona que no conoces y cuando le hablas, te decepciona.

Quizás todos mis problemas lo abrumaron y no quiere ser involucrado en todo eso.

Son las once de la noche y nada.

¿Se habrá olvidado?

¿Se arrepintió?

¿Se quedó sin internet?

¿Y si lo envió a la dirección de correo equivocada y ahora jamás leeré lo que quería decirme?

Volteo mi rostro hacia mis libros y considero reorganizarlos solo para distraerme pero no quiero salir de mi cama ahora mismo. Ya fui a cepillarme los dientes, ya me cambié de ropa y estoy bostezando sin parar pero sigo esperando.

Y justo cuando pensé que ya no resistiría más las ganas de dormirme, mi teléfono vibró con una notificación  de mi correo electrónico.

Mi corazón pegó un salto y mis manos temblaban un poco. Respiro profundo y me recuerdo que estaré bien después terminar de leer lo que sea que él me haya enviado.

Abro la notificación, me acomodo en mi cama y comienzo a leer.

“Lily:

Tengo los peores amigos del mundo y los tontos no saben cuándo cerrar la boca. No quiero que te sientas incomoda conmigo, es lo menos que quiero. Últimamente no dejan de decir cosas sobre que me la pasaba hablando de ti y hacer sus bromas “emparejándonos” así que he decidido decirte esto y dejar las cosas claras entre nosotros.